
Jóvenes universitarios en una jornada informativa
Un estudio alerta de la decadencia de la universidad pública: «El currículum es rígido y poco actualizado»
El documento concluye que los alumnos más satisfechos estudian en la universidad privada, a través de canales online y son mujeres
La mayoría de los estudiantes no se muestra muy entusiasta con sus universidades y seis de cada diez no se siente satisfecho con la reputación de su centro y da más importancia al grado que cursa.
Esta es una de las principales conclusiones del II Informe sobre la Satisfacción del Sistema Universitario Español elaborado por el Observatorio de Educación Superior (EsdeES) y realizado mediante 14.000 entrevistas en 89 universidades.
Un análisis al que ha tenido acceso EFE y que concluye que los más satisfechos estudian en la universidad privada, a través de canales online y son mujeres.
El estudio analiza los cuidados que presta la universidad, sus infraestructuras, la calidad del docente y la digitalización; y destaca que la satisfacción de los alumnos de la universidad privada es ligeramente mayor que la de los estudiantes de la pública.
El 61,5 % del estudiantado entrevistado no se consideraría «prescriptor» de su centro, teniendo en cuenta que este concepto se refiere a aquellas personas que se sienten verdaderamente unidas a la marca y orgullosos de su reputación.
De media, la valoración que hacen de su experiencia universitaria se sitúa en 3,3 puntos sobre 5 y, entre todos los indicadores, las mejores valoraciones se centran en la capacidad y disponibilidad de los docentes.
El estudiantado se siente más orgullo y satisfecho de los grados que estudia (el 44 %) que de sus universidades (30 %).
Y es que para el 64 % el principal motivo para ir a la universidad es la obtención de un título para acceder al mercado laboral.
Esta es la variable más valorada a la hora de elegir un centro, seguida de la reputación y de su modelo educativo.
Principales quejas
La mayoría de los entrevistados ve el currículum «rígido y poco actualizado» y se queja de que no incorpora inquietudes personales. La valoración media es de suspenso.
Los estudiantes reclaman una transformación de las metodologías de aprendizaje, una mayor oferta de prácticas externas y más movilidad para realizar estancias en otras universidades.
También lamentan que no haya más enseñanzas soft skills (de habilidades, como en inteligencia emocional, en creatividad o en adaptabilidad al cambio).