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Varios niños en la ikastola de Boise

Varios niños en la ikastola de BoiseBoiseko Ikastola

Un colegio en euskera y la 'ikurriña' se cuelan en Estados Unidos: «Se ven banderas vascas por todas partes»

Según reza la página web de la ikastola de Boise, el Gobierno vasco «también desempeñó un papel importante en la construcción de Boiseko Ikastola con su financiación del primer instructor, así como con el suministro de material didáctico basado en un plan de estudios utilizado en el País Vasco»

En el siglo XIX, inmigrantes vascos arribaron en Idaho (Estados Unidos), tras la fiebre del oro que tuvo lugar en esos años en el estado de California. Gracias al pastoreo, los vascos comenzaron a establecerse en la región, generando un efecto de atracción que fomentó una continua migración entre el País Vasco e Idaho. Esta conexión histórica es tan significativa que el censo estatal permite a los habitantes identificarse como descendientes vascos.

Este fenómeno migratorio provocó que la localidad de Boise, en Idaho, albergase una manzana entera dedicada a celebrar la cultura vasca, con restaurantes que sirven especialidades tradicionales, museos, frontones y hasta una ikastola, escuela donde los niños se escolarizan en euskera.

Según ha publicado la creadora de contenido @royaventurera en la red social TikTok, «se ven banderas vascas por todas partes, hay un museo vasco, un centro cultural vasco... y alguien me comentó en los comentarios de mi último video que incluso enseñan euskera en el Centro Vasco».

Según reza la página web de la ikastola de Boise, «con un sueño, determinación e incontables horas voluntarias de trabajo e investigación, Boiseko Ikastola, la única escuela infantil en euskera fuera del País Vasco, comenzó en octubre de 1998». Por otro lado, señalan la labor del Gobierno vasco, quien «también desempeñó un papel importante en la construcción de Boiseko Ikastola con su financiación del primer instructor, así como con el suministro de material didáctico basado en un plan de estudios utilizado en el País Vasco».

Sobre el euskera explican que «es la lengua hablada en este programa de inmersión total, pero no todos los niños son de ascendencia vasca. Los estudios demuestran que los niños que aprenden una segunda lengua durante las primeras etapas de su vida desarrollan importantes habilidades cognitivas y estarán en mejores condiciones de aprender otras lenguas a medida que crecen», reza la web de la ikastola.

Las calles de Boise reflejan la herencia vasca con un museo y un centro cultural dedicados a sus tradiciones, ikurriñas ondeando, restaurantes de cocina típica y un frontón. En el corazón de esta identidad se encuentra el Basque Block, un barrio que, según Visit Southwest Idaho, es «el centro de la vida vasca local y un punto de encuentro popular para residentes y turistas». Antaño, en este mismo lugar se levantaban dos pensiones que acogían a los inmigrantes vascos que llegaban a Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades laborales.

Los lazos entre el noroeste de EE.UU. y el País Vasco van mucho más allá. Además de la abundancia de apellidos vascos, en Boise es fácil encontrar negocios que venden chacinas de Pamplona, vinos de La Rioja e incluso bares donde se sirve kalimotxo. Un mural con referencias al Guernica de Picasso también rinde homenaje a esta conexión. La influencia vasca ha llegado incluso a la política local: en 2008, durante la campaña presidencial, el entonces alcalde de Boise, David Bieter, descendiente de vascos de segunda generación, alentó a sus conciudadanos a proclamar un sonoro «Gora Obama» en un auditorio.

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