El río Guadalquivir separaba los mítines del Partido Popular y Vox. En el muelle de la Sal, a los pies del puente de Triana, Juanma Moreno –que ha llegado al lugar agarrado de la mano de su esposa– ha afirmado que la única opción «viable de Gobierno» es el PP. Así, ha apelado a esas personas indecisas para que le den su confianza.
Y cruzando el puente que, a la vez, unía a unos y otros, en la trianera calle San Jacinto, Macarena Olona y Santiago Abascal, junto a José Antonio Ortega Lara y el resto de la plana mayor de Vox, se han presentado como «una amenaza» para los sindicatos corruptos, la inmigración ilegal, «la banda del WordPerfect» y el resto de partidos políticos, incluido el Partido Popular, al que Vox ha tendido la mano «para un cambio real». Así lo ha manifestado Abascal, que ha denunciado una «gran coalición».
No obstante, al menos este viernes, al PSOE y el PP los han separado un paseo de kilómetro y medio. En el muelle de las Delicias, en la misma orilla que Juanma Moreno, Juan Espadas –físicamente, más cerca que nunca del Palacio de San Telmo– ha vuelto a reivindicar, «con mucho orgullo», a los expresidentes socialistas de la Junta, incluidos, de nuevo, los condenados Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Asimismo, ha asegurado que Moreno «sólo ha tenido una indicación: confrontar con el Gobierno socialista y Pedro Sánchez».
Según Espadas, «la hoja de servicios» del popular «sólo tiene dos páginas: recortar la ayuda a domicilio cuando fue secretario de Estado y pactar con la ultraderecha para ir contra los intereses de Andalucía». Así, ha negado la abstención que Feijóo ha pedido para Moreno, «el moderado indolente».
A pesar de acabar de un modo triunfalista, el candidato socialista ha dejado entrever que ya está preparado para un posible batacazo electoral, de manera que su valedor, Pedro Sánchez, ha hablado más en clave nacional que autonómica, pero siempre contra la derecha. «Todos los avances y las conquistas que se han producido en Andalucía y España siempre han venido de la mano del PSOE», ha aseverado Sánchez. «La derecha vive del agravio y la confrontación territorial», ha añadido al respecto un Sánchez que ha parecido dar por perdida Andalucía.
Por su parte, en el parque de los Perdigones, cerca del Parlamento andaluz, el eurodiputado Miguel Urbán, cofundador de Podemos, ha sostenido que «quien ha plantado cara a Vox ha sido Teresa Rodríguez», y la candidata de Adelante Andalucía ha llamado a «votar sin miedo» contra «las ideas de mierda de Olona» y «la derecha brava y la mansa». El grupo Califato ¾ –conocido por la melodía del anuncio de Cruzcampo en el que Lola Flores «resucita» para hablar del «acento»– ha puesto la nota musical al mitin andalucista.
En Los Bermejales, lejos del antiguo Hospital de las Cinco Llagas –metáfora del futuro que auguran a Ciudadanos–, Inés Arrimadas ha planteado la «fórmula del 50+5», entre el PP y ellos, para mantener la alianza, ya que «los Gobiernos en solitario no son sanos».
En Málaga, Alberto Garzón e Irene Montero han escenificado unidad e interpelado a los indecisos para que voten a Por Andalucía. «Tenemos en la mano que efectivamente haya un bloque de progreso en Andalucía que sea mayoritario frente a las derechas, que podamos liderarlo y formar un gobierno útil, de progreso y andalucista», ha asegurado su candidata, Inmaculada Nieto.