Sucedió en las últimas elecciones de la Comunidad de Madrid y la historia se ha repetido con las autonómicas andaluzas. Ciudadanos certifica su total desaparición del mapa parlamentario. No ha sido sorpresa, ya que todo hacía presagiar que iban a ser los más damnificados en las elecciones de Andalucía.
En 2018, Ciudadanos fue la tercera fuerza más votada con 661.371 votos, y formó un Gobierno de coalición con Juanma Moreno en la Junta de Andalucía. En esta ocasión, el panorama político ha sido bien distinto, con el Partido Popular como líder indiscutible, seguido del PSOE y Vox, sin representación para el partido naranja.
Juan Marín, líder de la formación y vicepresidente de la Junta, tenía opciones escasas de alcanzar su objetivo de reeditar Gobierno con el Partido Popular tras el 19-J. «A la política hay que venir llorado de casa», comentaba Marín cuando ya estaba el 50 % escrutado.
El propio Marín ya se lo olía y llegó a declarar que pensaba que no era «el momento idóneo» para convocar elecciones. No obstante, Inés Arrimadas, presidenta de Cs, no tiraba la toalla y hasta el último momento reivindicaba el papel de los cinco consejeros de su partido: «Preparados para seguir gobernando». Al final, no han logrado arañar ni uno de los 21 escaños que lograron en 2018.
«Mañana por la mañana presentaré mi dimisión a la dirección del partido», decía Marín al valorar los resultados, mientras felicitaba al PP y se alegraba de que Vox «quedase fuera del Gobierno de Andalucía».
Ciudadanos se desangra
El desplome de Ciudadanos comenzó en las elecciones generales de finales del 2019, cuando pasó de 57 escaños a los diez actuales. A partir de ahí, con la marcha de Albert Rivera y la llegada a la presidencia de Inés Arrimadas, el partido terminó de perder su escaso poder territorial a medida que se fueron sucediendo elecciones autonómicas.
Este proceso se vio agravado, especialmente, desde que Arrimadas autorizase las dos mociones de censura en Murcia que, en parte, propiciaron los adelantos electorales de Madrid y Castilla y León.
El goteo de cargos que dejaban Ciudadanos no ha cesado. Concretamente en Andalucía, tras la convocatoria de elecciones, las dimisiones han sido constantes. Destacan la diputada del Parlamento andaluz, Mar Hormigo, que dejó el Comité Autonómico a mediados de mayo asegurando que no creía que el partido estuviera «en las mejores manos». Le sigue Fran Carrillo, quien fuera rival de Marín en las primarias para designar al candidato a la Junta.
Otros parlamentarios autonómicos que renunciaron, incluso a la militancia, son María del Mar Sánchez, Raúl Fernández, Emiliano Pozuelo y Javier Pareja. También se han marchado el portavoz parlamentario Sergio Romero, así como las también diputadas Mónica Moreno, portavoz adjunta y que encabezó en 2018 la lista de Jaén como independiente, o Ángela Rodríguez.
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