La candidata de la formación conservadora a la Junta andaluza, Macarena Olona, se granjea 14 escaños en una noche electoral que deja a la formación conservadora como tercera fuerza parlamentaria
La sonrisa de Macarena Olona cuando concedió una entrevista a este medio a finales del 2021 lo dijo todo. Sin confirmar verbalmente que sería la candidata de Vox para Andalucía, su mirada la delató. Desde entonces y hasta ahora, la abogada del Estado de Vox logró convertirse en la estrella de los vis a vis contra el feminismo radical de Irene Montero, dar la batalla judicial de su partido y hasta recorrerse las provincias sureñas con la ilusión de convertirse en vicepresidenta de la Junta de Andalucía. Incluso se le puso «cara de presidenta» antes de que comenzara oficialmente la campaña, según Abascal. No pudo ser.
De los 27 escaños que manejaba la propia formación hace apenas dos semanas hasta los 14 que se granjearon el pasado domingo en el Parlamento andaluz, no sólo hay unos cuantos miles de votos menos de diferencia, sino también muchos aciertos y algunos errores.
La lucha a contracorriente
La campaña de Macarena Olona en realidad comenzó desde antes de lo que dictaba el calendario electoral. Que Vox sufrió ataques injustificados a diestro y siniestro volvió a ser una realidad. Para empezar, y según la propia formación, Canal Sur trató de dilatar la organización del debate a seis. Después, la alcaldesa socialista intentó invalidar la candidatura de la alicantina desde la localidad granadina de Salobreña.
Al menos, esto es lo que la jurista puso de manifiesto en la denuncia que presentó contra la jefe del consistorio por supuestos delitos electoral, de prevaricación administrativa y de vulneración de derechos fundamentales. Con la ley en la mano siempre, el equipo conservador avanzó y libró no pocas batallas. Como el intento de un afiliado de Vox por invalidar la lista de los candidatos a la Junta andaluza ante un supuesto incumplimiento de los estatutos y que aún está pendiente de resolver. Hasta aquí, todo aciertos.
Un disfraz de andaluza
Preguntados por este medio unos cuantos andaluces de diversas ideologías, ¿qué es lo que no convencía de la candidata? Las conclusiones son múltiples. Algunos la veían como «disfrazada» (literalmente en la Feria de Sevilla), otros apuntaban que estaba haciendo una campaña en clave nacional y los hay quienes subrayan la falta de propuestas o el tono demasiado bronco, sobre todo durante el primer debate a seis en la televisión pública andaluza.
Nótese que entre los aciertos y los errores, hay un hilo que los une y que no sigue el mismo padrón de la protagonista. Los primeros dependieron de la alicantina. Los segundos, según han explicado varios miembros de Vox de diferentes equipos y regiones a este medio durante los últimos días, se han atribuido directamente al equipo de Olona.
Así, cada vez que la abogada del Estado era ella misma – presentando una denuncia contra quien quería impedirle presentarse en igualdad con el resto de candidatos, abrazando a los simpatizantes, mostrando su lado más humano–, Vox subía en las encuestas. Sin embargo, otras decisiones como cancelar entrevistas a grandes medios de comunicación y otros que, no siendo tan grandes, disponían de un público más que cercano al de la formación, para dárselas a influencers; quizás tras la resaca electoral, se entienda que no fueron tan buenas. Porque ni siquiera desde la nacional del partido, se comprendieron estos cambios de rumbo en mitad de campaña, tal y como se confirmó a este medio durante la tarde de la jornada electoral del pasado 19 de junio.
Ambiente de absoluta celebración
No obstante todo lo anterior, la noche electoral en el sevillano Hotel NH Plaza de Armas se vivió de forma triunfalista tanto por simpatizantes como por los propios políticos. Poca autocrítica (la sola de Olona admitiendo que no eran los resultados esperados) y toda la victoria a haber derrotado a la izquierda, o al menos, así lo interpretó el presidente de la formación. Por su parte, la líder de Vox en Andalucía dejó claro que su nueva batalla será librada desde la oposición: «Vox va a ser la voz de nuestras familias, de nuestros mayores, de quienes tenéis la necesidad de seguridad en vuestros barrios. Vox va a ser la voz de la Ley y el orden en Andalucía».
Los fuegos artificiales preparados para el final de la noche, tras el riguroso Himno Nacional, quizás estaban pensados para una victoria por encima de los 20 escaños. Aunque, como desde la dirección del partido se confesó a este medio un par de horas antes del cierre de los colegios electorales, para ellos la situación idónea era quedarse en la oposición.
La sonrisa de Olona de hace unos meses no fue la misma que la de anoche durante su discurso en el hotel sevillano. Eso sí, la fuerza del terremoto de Abascal se volvió a sentir como en la Cámara de Baja hasta hace apenas medio mes, pues su oposición contra el propio Partido Popular, vencedor de estas autonómicas, será pero que muy dura. Y la postura más fácil.
El peón no se cambió por reina al final del tablero de este juego electoral. El 'macarenazo' que pudo haberlo sido todo de cara a las elecciones generales de 2023 se quedará afianzando el casi medio millón de andaluces que le han otorgado su confianza buscando un 'cambio real'. La otra lectura, que Vox ha llegado para quedarse en España, también es muy real.
Regístrate para seguir leyendo
El Debate es, y seguirá siendo, gratuito
Además de tener acceso a todas las noticias, disfrutarás de todos los beneficios de Mi Debate.