La derecha acabó en 2018 con la hegemonía socialista en Andalucía dividiendo sus esfuerzos en tres marcas. Por un lado, el Partido Popular, que concitó el apoyo de los votantes tradicionales del centroderecha; por otro, Ciudadanos, que atrajo a un electorado joven, urbano y desencantado con la gestión del PSOE, y por último, Vox, que aprovechó el malestar con el transcurso del proceso independentista catalán, apostando por una vuelta a la batalla cultural o de las ideas.
Aunque el PSOE siguió siendo la fuerza más votada en la mayor parte de Andalucía –ganó en 612 de los 785 municipios de la región–, la derecha ganó en el combate a los puntos, superando en conjunto a la suma de la izquierda. La alianza poselectoral tejida por estos partidos, con una fórmula que dejaba a Vox fuera del Ejecutivo, posibilitó la conformación de un Gobierno alternativo a los socialistas por primera vez desde la consecución de la autonomía.
Tres años y medio más tarde, la confirmación del cambio político en la comunidad más poblada de España ha llegado a través de la apuesta decidida del electorado de este espectro ideológico por una única candidatura, la del Partido Popular y Juanma Moreno.
Frente a un Ciudadanos en k.o técnico, un PSOE aún atenazado por la sombra de la corrupción y un Vox desbocado durante la campaña, la propuesta de la formación conservadora fue considerada por cientos de miles de ciudadanos como la más sólida y fiable entre las que se presentaron el pasado domingo a los comicios.
Así lo atestigua el mapa electoral que pintaron los andaluces este domingo, donde el color azul ha acabado sustituyendo al rojo en gran parte de la región. Los populares, además de hacerse con la victoria en 567 localidades, subieron en porcentaje de voto en casi todos los municipios de Andalucía.
La candidatura liderada por Moreno creció más de 25 puntos porcentuales respecto a 2018 en ciudades medias como Ronda (Málaga), Écija, en Sevilla, o Linares (Jaén), la localidad con más paro de España. Asimismo, consiguió más de la mitad de los sufragios en alrededor de un centenar de municipios y arrasó en los feudos tradicionales de la derecha, como el barrio sevillano de Los Remedios (64 %), Málaga-Este (59 %) o Lepe (57 %).
El PP también se impuso con claridad en todas las capitales de provincia, arrebatando a la izquierda las ciudades de Sevilla, Huelva, Málaga y Cádiz. En total, el PSOE obtuvo la primera posición en 205 localidades, aunque la más grande en la que ganó fue La Rinconada (Sevilla), de apenas 39.000 habitantes. El retroceso de los socialistas fue generalizado y especialmente intenso en la provincia de Sevilla, aunque la formación de centroizquierda mantuvo el tipo en los en los pueblos de interior de las provincias de Huelva y Almería.
Vox siguió encontrando en Almería su principal caladero de votos, aunque el auge del PP contuvo su crecimiento. Los de Moreno Bonilla se hicieron con el único municipio en el que esta formación ganó en 2018, El Ejido.
Pese a ello, la lista de Macarena Olona superó el 20 % de los votos en localidades como Vícar, Níjar o Roquetas de Mar, en la costa almeriense, al igual que en Cartaya o Benahavís. Su mayor crecimiento se dio en esta ocasión en las provincias de Jaén y Huelva, aunque donde sumó sus dos nuevos escaños fue en Granada y Almería.
Por Andalucía y Adelante Andalucía retrocedieron en más de 136.000 votos respecto a los últimos comicios, y vieron especialmente mermada su representación parlamentaria por su división –pasaron de 17 a 7 escaños, aunque podrían haber sumado algunos más de presentarse coaligados–. De hecho, fueron las dos candidaturas a las que les costó un mayor número de votos obtener un representante: 56.337 y 83.985 votos, respectivamente.
La coalición que integraba a Podemos, Izquierda Unida y Más País ganó en 11 poblaciones –frente a las 29 de 2018–, resistiendo en algunos de sus feudos históricos como Trebujena (Cádiz), Teba (Málaga) o Marinaleda (Sevilla). Sus mayores pérdidas respecto a las anteriores elecciones fueron Cádiz y Puerto Real, donde Adelante Andalucía solo pudo ser tercera.
El tsunami azul del PP en estos comicios tiene mucho que ver con la absorción de buena parte de los antiguos votantes de Ciudadanos. La formación naranja ha pasado de obtener 21 escaños y de gestionar cinco consejerías del Gobierno andaluz a quedarse sin representación y fuera del Ejecutivo, tal como le ocurrió hace un año en la Comunidad de Madrid.
Las dos aldeas galas que siguieron confiando en los de Juan Marín fueron Porcuna y Aldeaquemada, en Jaén. Estas dos exiguas victorias contrastan con las 22 que sumó hace tres años y medio, cuando lograron imponerse en Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María, Rota o Benalmádena. El partido liberal solo se situó por encima del 5 % de los sufragios en 31 localidades.