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Sánchez y Díaz entrando juntos en La Moncloa el juevesBorja Puig

El análisis político de la semana

¿Quiere bien Pedro Sánchez a Yolanda Díaz o la quiere bien… muerta (políticamente)?

El presidente es ahora mismo los 120 escaños del PSOE, pero también los 35 de Unidas Podemos. Y no se puede permitir que la izquierda a su izquierda, desmovilizada y dividida, acabe de saltar por los aires

En el plató 3 del complejo de Netflix en la localidad de Tres Cantos había el pasado lunes un ritmo frenético. Se suponía que el martes, temprano, Pedro Sánchez iba a visitar las instalaciones de la compañía de entretenimiento y a reunirse, entre otros, con su co-CEO, Ted Sarandos.

Pero a última del lunes, con todo ya preparado -incluido el pase de un vídeo-, los operarios recibieron la orden de desmontar todo, le cuentan a El Debate desde la organización. El presidente del Gobierno finalmente había cancelado la cita. Tenía otra prioridad.

La anécdota revela la premura con la que Sánchez decidió que del martes no pasaba. Que ese día, sí o sí, tenía que tener cerrado y anunciado un acuerdo para los Presupuestos Generales de 2022 con su socio de Unidas Podemos.

Así que se arremangó y, antes de que empezara el Consejo de Ministros, citó en su despacho a Yolanda Díaz, Félix Bolaños, María Jesús Montero y Ione Belarra. Ni más cháchara ni más cruce de declaraciones en los medios de comunicación entre socialistas y morados. Allí el presidente cortó por lo sano. O mejor dicho: cosió por lo sano.

Un par de horas después, la Secretaría de Estado de Comunicación anunció la que ha sido la noticia política de la semana, la renovación de los votos matrimoniales entre Sánchez y Unidas Podemos: el doble acuerdo para los Presupuestos Generales de 2022 y para la Ley de Vivienda. Esta última llevaba más de un año coleando.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo había conseguido que su socio accediera a intervenir los precios del mercado del alquiler y a subir el tipo mínimo del impuesto de sociedades al 15%. Apareció como la gran vencedora frente a una Nadia Calviño que no fue convocada al despacho de Sánchez y para colmo tuvo que quedarse presidiendo el Consejo de Ministros cuando su jefe decidió marcharse a Sevilla a mitad de la reunión con todo su gabinete.

El curso acaba de empezar y Díaz ya se ha anotado tres victorias importantes. La subida del salario mínimo interprofesional, la prórroga de los ERTEs y el pacto presupuestario y de vivienda. «El socio pequeño siempre quiere hacerse notar y apuntarse tantos, aunque sean del PSOE», afirma con cierto desdén una ministra socialista.

Pero algo no encaja en este último planteamiento. Sánchez tiene muchos más resortes a su alcance que Unidas Podemos para moldear la narrativa gubernamental. Incluso ha logrado aplastar con su relato al hasta el verano gran fabricante de relatos, Iván Redondo (por más que se desgañite el exjefe de Gabinete de Sánchez, para la posteridad ha quedado que su jefe le echó, no se fue).

Sánchez tiene muchos más resortes que Unidas Podemos para moldear la narrativa gubernamental

Así que cabe concluir que si la gallega aparece como ganadora es porque el presidente quiere. O porque al menos no opone resistencia. Lo que lleva a la pregunta formulada en el titular de este artículo: ¿Quiere bien Pedro Sánchez a Yolanda Díaz o la quiere bien… muerta (políticamente)?

Quererla bien puede que no, pero necesitarla sí. Sánchez es ahora mismo los 120 escaños del PSOE, pero también los 35 de Unidas Podemos. Y no se puede permitir que la izquierda a su izquierda, desmovilizada y dividida durante los estertores políticos de Pablo Iglesias, acabe de saltar por los aires. Una izquierda que además tiene querencia a la abstención.

«La izquierda tiene que reaccionar»

Si no podía permitírselo antes de la frustrada moción de censura de Murcia, una vez que Ciudadanos ha estallado y el centro derecha se está reagrupando, menos que nunca. «Ahora la derecha está dividida en dos, ya no en tres, y la izquierda tiene que reaccionar. Porque cuando hay elecciones generales la ley D’Hondt (la ley electoral) actúa como una guillotina ante la división de siglas», señala el presidente de GAD3, Narciso Michavila.

De ahí los movimientos de Yolanda Díaz para crear una plataforma que sea mucho más que la secuela de Unidas Podemos (una marca absolutamente abrasada en las cuatro últimas citas electorales: gallegas, vascas, catalanas y madrileñas). Y de ahí que en La Moncloa observen estos movimientos más con curiosidad que con preocupación.

Yolanda Díaz y Ada Colau el pasado verano en Barcelona.Efe

Si acaso la preocupación es de Podemos, hasta ahora partido alfa de la coalición, que sabe a ciencia cierta que su papel en el nuevo proyecto va a diluirse. «En los próximos meses este Gobierno se juega su reelección», ha afirmado en los últimos días la líder del partido, Ione Belarra. Quién sabe qué quedará de Podemos para entonces.

Sánchez está dando hilo a la cometa de Díaz, es evidente. Como cuando este jueves ambos llegaron al altar del Consejo de Ministros extraordinario paseando por los jardines de La Moncloa. Charlando animadamente como dos socios de Gobierno bien avenidos, olvidando el tira y afloja de los días, las semanas, los meses previos.

Y mientras, la heredera de Iglesias busca alianzas con los Comunes, Compromís, Adelante Andalucía, Más País… aunque con Íñigo Errejón parece haber chocado contra un muro. 

Nada que no tenga arreglo: en las pasadas elecciones generales, Más País concurrió solo en las 17 circunscripciones donde se repartían siete o más escaños y en Castellón (en alianza con Compromís) y renunció a hacerlo en las de menos para que la ley electoral no castigara la división de la izquierda. Así que Errejón aprieta, pero nunca ahoga.   

Queda una gran pregunta en el aire. ¿Llegará un momento de la legislatura en que el presidente decida cortar el hilo de la cometa de su socia? Difícil saberlo tratándose de un político que pasó de no dormir de solo pensar en ver a Podemos en su Gobierno a dejar que Iglesias le arropara y arrullara dos días después de la repetición electoral de noviembre de 2019.

De momento el próximo martes Pedro Sánchez y Yolanda Díaz compartirán protagonismo en el desfile del 12 de octubre. La vicepresidenta segunda no faltará, según confirman fuentes de su entorno a este diario. 

Ya se estrenó el año pasado. Aunque entonces lo hizo a la sombra de Iglesias; y ahora, como líder de Unidas Podemos y futura líder de en lo que quiera que vaya a convertirse la marca tras la mucha tierra quemada que dejó su antecesor.