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Pedro Sánchez junto a los reyes de España, en el desfile militar del 12 de octubreGTRES

Día de la Fiesta Nacional 

Pitos, desplantes y un saludo negado, la crónica del 12 de octubre

La tensión política que impregna la política española se ha trasladado a la celebración de la Fiesta Nacional

La celebración del Día de la Fiesta Nacional vino marcada por el reflejo de la tensión política en España, que se trasladó al desfile militar encabezado por el Rey Felipe VI. El monarca cedió protagonismo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Y no para bien. Al grito de «¡Fuera, fuera!» recibieron a Sánchez buena parte de los asistentes al evento, celebrado en el centro de Madrid.

El presidente retorció el protocolo para, quizás, tratar de evitar que llegaran a sus oídos las peticiones de «¡dimisión!» y una retahíla de insultos injustificables. Entre los menos altisonantes, el de «parásito».

Estas palabras proferidas por el público contra el presidente no sentaron demasiado bien en el seno del Ejecutivo, aunque quien dio la cara para replicarlos no fue Sánchez, sino la ministra de Defensa, Margarita Robles.

«Es una falta de respeto a España, al Rey, al Ejército», apuntó la ministra, obviando que los pitos y abucheos iban dirigidos exclusivamente contra Sánchez y algunos miembros de su gabinete.

Ausencias de ministros

No se sabe muy bien qué originó las ausencias de dos de los ministros de Sánchez en el acto de celebración del Día de la Hispanidad. No acudieron al acto ni el titular de la cartera de Consumo, Alberto Garzón, ni el de la de Universidades, Manuel Castells, que plantaron al Rey en la recepción celebrada en el Palacio Real. 

También faltó al acto, en el que participaron más de 2.500 efectivos militares, la ministra de Industria, Reyes Maroto, aunque en este caso sí tenía disculpa, pues se encontraba de viaje oficial en Italia.

Iglesias carga contra la monarquía

El ex vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias tampoco acudió a la cita, ya liberado de sus cargos institucionales, pero no dejó pasar la oportunidad de despacharse a gusto contra la Corona y buena parte de la ciudadanía española desde su perfil en Twitter.

«La monarquía es un símbolo político de la derecha y de la ultraderecha. De nadie más. Una institución que sólo genera adhesión en esa parte del país, tiene su futuro muy comprometido», aseveró sobre los abucheos del público, que también fueron dirigidos a la madre de sus hijos, la ministra de Igualdad, Irene Montero, quien se presentó con una mascarilla con la bandera de la transexualidad.

No se perdieron la fiesta algunos de los principales cargos del Partido Popular: del presidente del partido, Pablo Casado, al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, pasando por la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, quien se convirtió, tal vez sin quererlo, en una de las protagonistas del desfile.

El motivo fue el gélido, prácticamente negado, saludo entre la presidenta de la Comunidad de Madrid y el presidente del Gobierno. «Nos odia», sintetizó Díaz Ayuso en un corrillo con sus compañeros de partido, tal y como adelantó este periódico.