El Defensor del Pueblo se lava las manos sobre la discriminación del castellano en Cataluña
Afirma que es un tema que «no le corresponde», ante una denuncia de la Asamblea por una Escuela Bilingüe
El Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, dice que «no le corresponde» pronunciarse sobre los informes que la Asamblea por una Escuela Bilingüe le presentó hace unos meses. En dicha denuncia se constataba, con datos, la discriminación del castellano en Cataluña, en ámbitos como las bibliotecas (por la poca adquisición de libros en castellano) o los premios literarios que organizan las administraciones públicas, y que prácticamente en su totalidad son en catalán.
Dice Fernández Marugán, en su respuesta a la AEB, que la misión de la institución «se circunscribe a la garantía de los derechos y libertades reconocidos en el título I de la Constitución, a cuyo fin puede supervisar la actuación de la Administración en relación con los ciudadanos». Y añade que «se deriva que la posible intervención de esta institución se fundamenta no en estudios, informes o dictámenes como los que se han remitido, sino en actuaciones concretas de la Administración respecto del ciudadano o ciudadanos que planteen su queja y en tanto en cuanto tales actuaciones afecten a esos derechos y libertades».
En definitiva, el Defensor considera que para poder actuar es un ciudadano el que tiene que presentar una denuncia, una queja concreta.
Fernández Marugán considera que las autoridades catalanas disponen «de un amplio margen de discrecionalidad no supervisable por esta institución en tanto que integrante en la acción política de las mismas».
La AEB presentó al Defensor dos informes. Uno sobre los premios literarios convocados por administraciones, básicamente ayuntamientos y consejos comarcales. Prácticamente siete de cada diez premios impulsados desde los consistorios vetaban al español en las bases. Y sólo en uno, el de Bossòst (Valle de Arán), se pide la presentación de las obras en castellano.
El otro informe hacía referencia a libros comprados por bibliotecas públicas. Informe que recoge que menos de tres de cada diez libros comprados por las bibliotecas catalanas son en castellano. Y, además, de cada diez ejemplares comprados recientemente, y que hablan de temas de historia o de política, 96 hacen referencia a Cataluña, y sólo cuatro a España.