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Las vicepresidentas Yolanda Díaz (i) y Nadia Calviño durante la sesión de control al Gobierno en el pleno del SenadoEFE/ Kiko Huesca

Derogar la reforma laboral: sí, no, quizás... Las contradicciones del Gobierno

Analizamos las posturas contradictorias de los miembros del Ejecutivo sobre una de las cuestiones que ha hecho peligrar el acuerdo entre PSOE y UP, la derogación de la reforma laboral de los populares

«El cambio comienza poniendo fin a la reforma laboral», decía Pedro Sánchez en enero de 2016. El que fuera elegido secretario general del PSOE dos años antes ya adelantaba entonces que la primera medida que tomaría el próximo Gobierno socialista sería la de derogar esta reforma del Partido Popular para «recuperar cuanto antes los derechos de los trabajadores», decía en un comunicado. 

Ha llovido desde entonces, pero el ahora presidente del Gobierno, siete años después de que asumiera el liderazgo del partido socialista, se reafirmaba en su intención de poner «punto y final» a la reforma laboral. Así lo aseguraba en el 40 Congreso del Partido celebrado en Valencia el pasado mes de octubre. 

No obstante, en los últimos meses y, especialmente, en las últimas semanas han sido varias las contradicciones que se han trasladado a la opinión pública desde el seno del Ejecutivo. De hecho, ha sido tal la tensión por la diferencia de posturas en torno a este tema que los dos partidos que conforman el Gobierno de coalición convocaron una reunión para reconducir la situación, que dejaba resentida la alianza entre PSOE y Podemos.

Nadia Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, y Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, han sido los dos miembros del Gobierno que han protagonizado el choque de posiciones. El gesto de la titular de Economía ante la intervención de Díaz en el Congreso en la que sentenció que «sí, vamos a derogar la reforma del PP», lo puso de manifiesto.

El discurso de investidura

El 4 de enero de 2020, Pedro Sánchez afirmaba con rotundidad en su discurso de investidura: «Este Gobierno cree firmemente en el diálogo y en el acuerdo social. Por eso, proponemos reconstruir consensos rotos y derogar la reforma laboral de 2012». Y continuaba expresando su deseo de avanzar en la elaboración de «un Nuevo Estatuto de los Trabajadores». 

«Absurdo» y «contraproducente»

En plena pandemia de Covid-19, en mayo de 2020, la ministra Nadia Calviño consideraba que en ese contexto –crisis sanitaria, caída del PIB, el impacto en el empleo, y el aumento de la pobreza–, sería «absurdo y contraproducente» abrir el debate sobre la derogación de la reforma laboral y «generar la más mínima inseguridad jurídica». 

Más de un año después, el escenario no ha cambiado mucho en cuanto a datos de empleo o número de personas en situación de pobreza en España –seis millones, según Cáritas. 

Pedro Sánchez, Nadia Calviño y Yolanda Díaz en el CongresoSergio R Moreno / GTRES

Congresos confederales de sindicatos

En el Congreso Confederal de UGT celebrado el 18 de mayo de este año, la titular de la cartera de Trabajo señaló que: «Sí, vamos a modernizar el mercado de trabajo, pero también vamos a derogar la reforma laboral del PP», a la que calificaba de «ineficaz». 

Meses más tarde, el pasado 23 de octubre, durante la clausura del Congreso Confederal de Comisiones Obreras, reiteraba la decisión «inalterable» de derogar este mismo año la reforma, «a pesar de todas las resistencias, que las hay y muchas», añadía Díaz. En este mismo congreso, la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, insistía en que lo iban a hacer, «y lo va a hacer el Partido Socialista Obrero Español», decía, aludiendo a que sería su formación la que liderara esta reforma. 

Reunión «urgente» de PSOE y UP

Y es que el liderazgo de este asunto se ha visto cuestionado, tanto que Unidas Podemos, acusando a Calviño de «intentos de injerencia», solicitó el 22 de octubre una reunión urgente de la mesa de seguimiento del acuerdo de coalición para «abordar la gestión y la ejecución de los compromisos de coalición», decía la ministra de Derechos Sociales y líder de la formación morada, Ione Belarra.

Así y todo, el Gobierno terminó aceptando que fuera Yolanda Díaz la que liderara la reforma laboral, aunque siempre y cuando estuvieran presentes ministros socialistas en la mesa de diálogo. 

«Seña de identidad de todo el Gobierno»

En la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros del 26 de octubre, la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, aseguró que el Ejecutivo «quiere hacer una reforma laboral, quiere modernizar las relaciones laborales de nuestro país para adaptarlos al proceso de transformación». Afirmaba que «será una seña de identidad de todo el Gobierno». Este martes repetía que existe un «compromiso» con lo que dijo el presidente en su investidura, el acuerdo de coalición y lo ratificado por Europa. 

En la misma línea de sustituir el término «derogar» por «modernizar» se expresaba Pedro Sánchez el 31 de octubre: «Lo que debemos hacer como Gobierno es no solamente cambiar nuestro modelo productivo, sino también cambiar, actualizar y modernizar nuestras relaciones laborales». Y añadía: «Que las cosas que se hicieron mal en 2012 se reconstruyan».

«Técnicamente no se puede derogar»

Después de que esta semana PSOE y Podemos acordaran finalmente derogar la reforma –recuperando de nuevo este término– y marcara como plazo antes de fin de año, la titular de Trabajo ha señalado ahora que «técnicamente» no se puede hacer. Lo ha confirmado en una entrevista en el programa El Objetivo, en La Sexta. Ha añadido, sin embargo, que sí pueden suprimirse algunas partes. 

En esta misma entrevista, la propia Díaz confesaba que «no hemos dado una buena imagen», reconociendo así las llamativas discrepancias que se han producido en el seno del Gobierno respecto a este tema.