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Cayetana Álvarez de Toledo

Cayetana Álvarez de ToledoEl Debate

Sostenella y no enmendalla

El diccionario de invectivas de Cayetana Álvarez de Toledo contra el Partido Popular

«La política española más libre y brillante de su generación» (sic), tal y como la contraportada de 'Políticamente indeseable' describe a su autora, deja escasos títeres con cabeza dentro de la formación en la que continúa de diputada

Cayetana Álvarez de Toledo dedicó cerca de un año a ejercer la portavocía del Partido Popular en el Congreso; y ha dedicado el año siguiente a rumiar lo que para ella ha resultado ser, a tenor de lo descrito, una pésima experiencia.

Su nuevo libro constituye un anecdotario impresionista y un tanto desordenado, pero en conjunto ágil y amenamente narrado, de su accidentado paso por los cuarteles generales del PP. Al tiempo, abre las puertas a varias facetas de su vida personal y familiar.

Quizás Políticamente indeseable, por la subjetividad inherente a toda autojustificación, no sirva tanto para conocer las batallas y batallitas dentro de la política y el periodismo madrileño, que también, sino a su propia autora; una mujer argentina de clase alta, criada entre colegios ingleses, urbanizaciones y grandes capitales, leída más que cultivada, y siempre dueña de unos enfoques apriorísticos con dejes abstractos que de forma dogmática proyecta, para gozo de unos e irritación de otros, sobre todos cuantos la rodean.

La descripción que realiza de sus dinámicas de trato con los demás denotan que la educación, para Álvarez de Toledo, no constituye un acto de cordialidad, sino de distinción. Áspera y soberbia hasta caer en la involuntaria autoparodia, por alguna grieta de la máscara que son estas 500 páginas translucen fogonazos de vanidad, ternura y dolor. Resumiendo mucho, podríamos definirla como una materialista de derechas.

Si uno es un drogadicto de la política, el libro se lee con agrado. Si no es el caso, abreviamos en formato diccionario –concepto más cita– lo nuclear de Políticamente indeseable, que son las valoraciones que realiza Álvarez de Toledo sobre sus todavía compañeros de centro-derecha. La estética, loados sean los clementes dioses, salvará a Cayetana. Nunca se irá a Vox; debe resultarle como muy folkie.

Actitud ante la vida en general:

Cayetana Álvarez de Toledo

Cayetana Álvarez de Toledo en una recepción en el Palacio RealEl Debate

«No recuerdo la última vez que me puse de rodillas».

Pablo Casado:

Cayetana Álvarez de Toledo y Pablo Casado

Cayetana Álvarez de Toledo y Pablo CasadoEFE

«Quería que me sumara a la campaña todavía soterrada para convertirle en el próximo líder del PP. Le dije que siempre había trabajado para gente más inteligente y valiente que yo, y no me sumé. ¿Qué cambió para que yo cambiara de opinión? Quizá menos de lo que quise creer».

«Pablo quería llevar al PP al poder; yo, al Gobierno. No es exactamente lo mismo. Lo primero es una cuestión técnica: formar una mayoría y entrar por las puertas de La Moncloa. Lo segundo tiene un componente moral. No basta con ocupar el mando».

«Quizá Pablo tampoco quería una portavoz con personalidad propia. Y si alguna vez la quiso, pronto se arrepintió».

«Pablo me acompañó hasta el ascensor. Antes de despedirnos, tuve un último reflejo. Me di la vuelta y le dije: 'Me has destituido. Lo sabes, ¿no?' Asintió con la cabeza. 'Dale un beso a Isa de mi parte'. Isabel, su mujer: guapa, con una sonrisa limpia, sincera y amable, nos llevábamos bien».

«Vi cómo Pablo se marchaba del hemiciclo acompañado de su guardia de corps e intuí lo que iba a ocurrir. Lo he visto decenas de veces: un éxito parlamentario del PP se convierte en una derrota, o como mínimo en una avería, gracias a sus propios titubeos y filtraciones. El relato que fue cuajando a lo largo de la tarde lo escribió Génova: 'Cayetana eclipsa a Casado y estropea la estrategia del PP contra Marlaska'».

«Mi concepción de libertad no es compatible con su autoridad».

Teodoro García Egea:

Teodoro Garcia Egea y Cayetana Álvarez de Toledo

Teodoro Garcia Egea y Cayetana Álvarez de ToledoEl Debate

«Ejerce un mando testosterónico».

«Llegó al Hotel Wellington exhibiendo su sonrisa de crooner. Llegué a la cita con buen ánimo, y, sobre todo, con unas ganas infinitas de que remitiese el fuego amigo (…). Pero en dos minutos comprobé que el Profident y el puñal son compatibles».

«¿Cómo es posible que yo tenga que dedicar a este hombre tanto tiempo y energía? Pero hay que hacerlo. Porque García Egea es un arquetipo. Perfiles como el suyo proliferan en los partidos. Son políticos de los que no se recuerda ninguna idea realmente valiosa, pero que acaban imponiéndose por la pura fuerza de su ambición. Ansían el poder. Buscan el poder. Y a menudo acaban ejerciendo el poder. Y de una manera despótica. Teocrática. Teodocrática».

«No solo rechazó mis fichajes, sino que arremetió contra toda la dirección del Grupo Parlamentario. Dijo que no trabajaban, que no servían».

«No exagero cuando digo que es la conversación más desagradable que he tenido en mi vida. Sabía que García Egea podía ser injusto y avasallador. Pero jamás imaginé la suma irracionalidad y despotismo en la que era capaz de hundirse. Un político dispuesto a aplastar cualquier signo de inteligencia, sensibilidad y criterio».

«Su forma de hacer política son las pelotas y el peloteo. Esto último es absolutamente esencial. La coba al jefe se convierte en consigna y permea la organización de arriba a abajo con una facilidad pasmosa y letal. De pronto, hombres y mujeres adultos, inteligentes, formados, algunos con sólidas profesiones, acaban comportándose como una pandilla. O, peor, como una claque servil y sectaria. Sus excelentísimas señorías, representantes de la soberanía nacional, reducidos a palmeros y, en el chat de diputados, a emoticonos de palmas. «¡¡¡Grande!!!. »¡¡¡Maestro!!«. »¡¡¡Sensacional!!!«. »¡¡¡Orgullo!!!". El espectáculo de diputados compitiendo en elogios acentuados por exclamaciones y emoticonos, a ver quién aplaude más y mejor al mando, es sencillamente desolador. Nada deja más en evidencia la mediocridad de un discurso que un aplauso inmerecido».

Isabel Díaz Ayuso:

Isabel Díaz Ayuso y Cayetana Álvarez de Toledo

Isabel Díaz Ayuso y Cayetana Álvarez de ToledoEFE

«Su designación como candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid me había parecido una temeridad (…). No tenía experiencia de gestión, y sus principales méritos se circunscribían a las redes sociales y a una entrevista combativa en La Sexta».

«Yo observaba el proceso con la angustia del déjà vu».

«¿Cómo no va a presidir ella el PP de Madrid? (...) Génova, ahora contra Ayuso por celos, miedo y afán de control».

«Ayuso tenía una cualidad política que siempre he valorado por encima de cualquier otra: coraje al servicio de las ideas, una saludable ausencia de complejos. Actitud».

Los barones del PP:

Alberto Núñez Feijóo y Juanma Moreno

Alberto Núñez Feijóo y Juanma MorenoEl Debate

Alberto Núñez Feijóo, Alfonso Fernández Mañueco, Juanma Moreno Bonilla y el caído Alfonso Alonso son, para Álvarez de Toledo, los «barones blandos» del PP. «Tanto le dijeron a Pablo ‘no la nombres, no la nombres, no la nombres’ que se vio obligado a nombrarme para reafirmar su autoridad».

Manuela Carmena:

Manuela Carmena durante las Navidades en su época de alcaldesa de Madrid

Manuela Carmena durante las Navidades en su época de alcaldesa de MadridEFE

«Si hubieran trascendido las condiciones en las que puse ese tuit, su impacto habría sido aún mayor, que ya es decir». «Me encontraba en un hotel pequeño y suntuoso de Verbier (comarca en el cantón suizo de Valais, excelente para el esquí) después de una mañana perfecta esquiando, una tarde en el spa y un derroche de fondue y vino blanco». Tras la cena, ante la televisión, «vi al rey Baltasar ataviado con una horrenda cortina de baño color rosa chicle». En ese momento, afirma, su hija pronunció la frase, «Mamá, el traje de los reyes magos no es de verdad», que trasladó a su Twitter. «Su padre y yo nos miramos, miramos furtivamente hacia el balcón nevado, donde habíamos escondido los regalos desde Madrid. Y a palo seco, riéndome, pero sin emoticonos de los que abomino, puse el tuit». «Cuando me desperté mi timeline parecía un campo de batalla».

Sus compañeros del PP, sobre el libro:

Cayetana Álvarez de Toledo, en un acto del PP

Cayetana Álvarez de Toledo, en un acto del PPEFE

«No vamos a contribuir a que Cayetana venda más libros».

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