Audiencia Nacional
El juez imputa a Mikel Antza por ordenar el asesinato de Gregorio Ordoñez
El que fuera jefe político de ETA entre 1992 y 2004 tendrá que declarar por videoconferencia el próximo día 21 de diciembre
Aunque ETA se disolvió hace tres años y medio, la justicia sigue investigando los crímenes de la organización terrorista con el fin de dar con todos los implicados en los crímenes.
Así, el juez Alejandro Abascal ha citado al que fuera líder de ETA, Mikel Albisu, más conocido como Mikel Antza, en calidad de investigado «por su presunta responsabilidad en la toma de decisión de asesinar a Gregorio Ordóñez».
De esta forma, la Justicia da un paso más en la investigación de los responsables intelectuales de los terroristas. De hecho, Mikel Antza quedó en libertad después de que cumpliera condena en Francia como dirigente de ETA. Esta es su primera imputación en España a pesar de que dirigió la organización asesina entre 1992, después de que cayera toda la cúpula anterior en Bidart (Francia) hasta 2004.
Labor policial
Según la asociación Dignidad y Justicia, personada en el caso y quien ha logrado la imputación del etarra, para llegar a la investigación de Mikel Antza «es de gran importancia la labor desarrollada por la Guardia Civil y la Policía Nacional para implicar a Mikel Antza en el asesinato de Gregorio Ordoñez». Indica que «su responsabilidad como jefe del aparato político de ETA fue crucial para señalar a este gran servidor de España en el País Vasco». En opinión de esta asociación, «la forma de ser y de actuar de Gregorio hizo que ETA, desde su cúpula, lo señalara como objetivo prioritario».
Medallas de Dignidad y Justicia
Un compromiso con las víctimas y «la esperanza de lograr una España mejor»
Gregorio Ordoñez, parlamentario vasco y teniente de alcalde de San Sebastián por el Partido Popular, fue asesinado el 23 de enero de 1995 en un bar del casco viejo de la capital guipuzcoana. Su asesinato conmocionó a toda España puesto que Ordóñez se había convertido en la voz de los que se negaban a guardar silencio frente a las pistolas y bombas de ETA. Con su asesinato, además, se inauguró la denominada «socialización del sufrimiento», la estrategia de los terroristas de extender el miedo a través del atentado y asesinato de cualquier persona que no pensase como ellos.