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Rajoy protagonizó la última sesión de la comisión KitchenEfe

Fiasco parlamentario

El PSOE y Podemos fracasan en su intento de arrojar el caso Kitchen contra Casado

Los socios no han conseguido ni uno de los objetivos que se marcaron con la comisión de investigación, ni alargándola artificialmente seis meses. Y el remate ha sido la declaración de Rajoy 

La comisión de investigación que el PSOE, Unidas Podemos y sus socios crearon hace un año en el Congreso sobre la operación Kitchen –un asunto judicializado en la Audiencia Nacional– ha resultado ser un fiasco. Lo era ya antes y más aún después de la comparecencia de Mariano Rajoy, que este lunes cerró la ronda de comparecientes y salió sin un rasguño.

Los de Pedro Sánchez no han conseguido ni uno de los objetivos que se marcaron, a pesar de que en junio alargaron artificialmente y con tretas seis meses más los trabajos de la comisión para mantener el foco sobre el PP. Ésta tenía que haber acabado el 10 de junio.

En la mente del PSOE y de Unidas Podemos, llevar al Congreso la turbia red de espionaje a Luis Bárcenas supuestamente orquestada desde el Ministerio del Interior en el año 2013 era una idea brillante.

Se suponía que España iba a vivir pendiente de las revelaciones en sede parlamentaria del excomisario José Manuel Villarejo, el extesorero, el exsecretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez… y que, portada tras portada, esas confesiones acabarían golpeando de lleno a Pablo Casado y la actual dirección del PP. 

El excomisario Villarejo, en el CongresoEfe

«Este espectáculo no ha tenido el éxito que esperaban en la opinión pública. Han intentado un juicio sumarísimo (...). Aquí no se busca la verdad, sino desgastar a la oposición», se quejó este lunes la portavoz en la Cámara Baja, Cuca Gamarra, durante su intervención.

Conforme iban desfilando comparecientes sin que Casado fuera mencionado ni de refilón, los propios socialistas se dieron cuenta de que era absurdo llamar a declarar al actual presidente del PP. No había conexión posible, ni forzando la máquina.

De hecho, el grupo parlamentario del PSOE tuvo que frenar a Unidas Podemos y ERC, que siguieron insistiendo en que la comisión de investigación debía llamar a declarar al líder de la oposición. Por entonces Casado no tenía ningún cargo en el Gobierno ni tampoco en el partido. Era un diputado por Ávila. Hasta mediados de 2015 no fue nombrado vicesecretario de Comunicación de los populares.

A falta de Casado, Enrique López

Como los socialistas consideraron contraproducente llevar a Casado, intentaron salpicar a la actual dirección del PP de otra forma: citando al actual portavoz de Justicia del PP y consejero madrileño, Enrique López.

Su comparecencia fue surrealista, porque por aquellos años López no estaba en política: era magistrado del Tribunal Constitucional y, antes, juez de la Audiencia Nacional. El portavoz del PSOE en la comisión, Felipe Sicilia, mantuvo con él un acalorado toma y daca sobre su vinculación con el PP para intentar justificar por qué le habían llamado a la comisión. Pero poco productivo a fin de cuentas.

«Su vinculación con el PP no es solo una evidencia para nosotros, también lo ha sido para sus propios compañeros de la Audiencia Nacional. Y no solo lo ha sido ahora, sino que también lo fue antes. Ahora es evidente. Es usted consejero de la Comunidad de Madrid, está en la dirección del señor Casado, pero antes, en su etapa de magistrado para sus propios compañeros la vinculación que tenía usted con el PP no le hacía ni tan siquiera válido para poder juzgar las causas que iban a su sala y de las que usted tenía que haber conocido», le dijo Sicilia.

Entre los diputados del PSOE, Unidas Podemos y el resto de la izquierda y los independentistas se percibía este lunes cierta frustración, coincidiendo con el cierre de los trabajos de la comisión.

Esperaban conseguir en sede parlamentaria lo que de momento no están logrando en los juzgados. El pasado mes de julio, el juez instructor de la operación Kitchen de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, emitió un auto de apertura de juicio oral contra el exministro Fernández Díaz y su entonces número dos, pero decidió dejar por completo al margen a Cospedal y Rajoy.

Socialistas y morados pusieron el grito en el cielo. En septiembre, la Fiscalía de Dolores Delgado recurrió el «cierre en falso» y «precipitado» –así lo calificó en su escrito– de la instrucción. En octubre, Anticorrupción insistió de nuevo.

La propia Cospedal se escudó en ese sobreseimiento recurrido para no responder el jueves a las preguntas de los portavoces de la comisión.

Cospedal en su comparecencia del juevesEfe

En junio, la exsecretaria general del PP había sido utilizada por el PSOE y Unidas Podemos como coartada para estirar seis meses más los trabajos de la comisión. El miércoles 2, el mismo día en que Cospedal debía ir al Congreso, García Castellón decidió imputarla en la Kitchen junto a su marido, el empresario Ignacio López del Hierro.

La mesa de la comisión de investigación, presidida por la diputada socialista Isaura Leal, suspendió la comparecencia de Cospedal. El motivo oficial fue que el cambio en su situación procesal afectaba a su comparecencia y era mejor posponerla Pero un día antes había comparecido el exsecretario de Estado Francisco Martínez, imputado en el caso desde enero de 2020.

Por más que han estirado, los esfuerzos de Sánchez y sus socios han caído en saco roto.