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Rajoy a su llegada a la comisión de investigación

Muy escurridizo

Rajoy sale ileso del interrogatorio del PSOE y sus socios en el Congreso

Los portavoces del PSOE, Unidas Podemos, ERC y Bildu acaban desesperados ante la socarronería del expresidente durante su comparecencia en la comisión de investigación Kitchen

Había transcurrido aproximadamente una hora y media de la comparecencia de Mariano Rajoy en la comisión de investigación sobre la operación Kitchen cuando a Gabriel Rufián se le escapó un largo suspiro. Uno que resumía a la perfección el estado de ánimo, la desesperación, de los diputados del PSOE, Unidas Podemos, ERC y el Grupo Plural.

De todos los que estaban deseando echarse a la cara al expresidente del Gobierno para interrogarle sobre el presunto espionaje a Luis Bárcenas organizado desde los despachos de poder del Ministerio del Interior y que se encontraron con un muro infranqueable.

Ni el portavoz socialista, Felipe Sicilia. Ni la de Unidas Podemos, Sofía Castañón. Ni siquiera Rufián. Ninguno de ellos consiguió mover a Rajoy un solo ápice de la versión que traía bien ensayada: no conocía al excomisario Villarejo, ni éste ni Bárcenas son personas creíbles, la presunción de inocencia es sagrada, su exministro del Interior alguien «inocente» y el PP no ha sido condenado por la caja B, ni por los ordenadores destruidos ni tampoco por los sobresueldos.

Es más. Todos acabaron rendidos a la evidencia de que Rajoy sigue siendo un hueso parlamentario muy duro de roer. Puede ser que alguno de los mencionados acabara arrepintiéndose, en su fuero interno, de haber llamado al expresidente del Gobierno a declarar como traca final de una comisión de investigación cuya conveniencia también cuestionó Rajoy.

«Han elegido ustedes mal momento para poner esta comisión en marcha», le recriminó al portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal. «A lo mejor se equivocó usted trayéndome aquí a contestar algunas cosas que no conozco», continuó. «Yo no le propuse», replicó Bal. «Entonces ahí sí acertó», intervino de nuevo Rajoy.

Cuca Gamarra acompaña a Mariano Rajoy

Cuca Gamarra acompaña a Mariano RajoyEfe

Éste estuvo socarrón, escurridizo y hasta aprovechó para hacer publicidad de su nuevo libro, Política para adultos. Fue revelador que, conforme avanzaba la tarde, las caras más relajadas -divertidas incluso- eran las de los diputados del PP y en cambio los del resto de partidos estaban serios. Especialmente el portavoz del PSOE, Felipe Sicilia, que tuvo que ver cómo una tras otra las preguntas que hacía acababan en pólvora mojada. «Aunque no se pueda probar que son culpables… usted sí sabía de la Kitchen», sentenció el socialista como si estuviera en un tribunal.

«¿Es asturiana? Yo viví en Oviedo»

La portavoz de Unidas Podemos intentó descolocar a Rajoy comienzo de su turno de intervención y la descolocada fue ella. «Cómo está?», le preguntó. «La verdad es que estoy muy bien. Estoy encantado. Eso sí, la echo un poco de menos pero por lo demás estoy muy bien», respondió él.

Y un poco después: «¿Usted es asturiana? Yo viví en Oviedo», le dijo a Castañón cuando le preguntó si acaso él podía ser «el asturiano» que aparece en las grabaciones de Kitchen.

«¿Usted qué busca?, ¿un titular? No se lo voy a dar», le advirtió a Rufián, con quien tuvo el choque dialéctico más duro. E improductivo para el portavoz de ERC, poco acostumbrado a que le hablen como le habló Rajoy, que le acusó incluso de haber hecho el «ridículo».

Al término de la intervención de Rufián, la portavoz morada puso la mano en el hombro al independentista en señal de apoyo. Éste no se quedó al resto de la comisión. Se levantó y se fue, contrariado.

Durante la misma, el expresidente reveló que nunca había tenido abogado porque nunca lo había necesitado (en Gürtel compareció, pero como testigo). «Me sorprende el afán que tienen ustedes de usar al señor Villarejo como argumento de autoridad», reiteró en distintos momentos.

«Yo no conozco ni al señor Villarejo ni al señor García Castaño (también comisario), ni puedo ser responsable de lo que digan unas personas sobre mí, oiga», insistió.

«Admiro su tranquilidad cuando son sucesivos los hechos que le señalan a usted», le confesó el portavoz de Bildu, Jon Iñarritu, durante su turno.

Después de más de dos horas y media, Rajoy terminó su comparecencia con un alegato en defensa de la presunción de inocencia y en contra de los juicios parlamentarios: «Les pediría que de cara al futuro no obliguen a la gente a demostrar su inocencia, y sobre todo no lo hagan desde un Parlamento. Aquí hay mucha gente que ha venido a plasmar sus prejuicios y a acusar».

Después se marchó rodeado de no menos de una docena de parlamentarios del PP, entre ellos la portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra, y Ana Pastor. Ileso, sin un solo rasguño. Hasta la portavoz de Vox, Macarena Olona, le reconoció su mérito cuando se acercó a despedirse, ya sin micrófonos.

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