Sin restricciones en Navidad
Sánchez usa la mascarilla en exterior como placebo cuando lleva en vigor desde junio
El presidente recicla una medida que tiene poco de novedosa -la obligatoriedad de llevarla al aire libre a menos de 1,5 metros- para enmascarar su falta de iniciativa
Le pedían liderazgo e iniciativa y la respuesta de Pedro Sánchez ha sido reciclar una medida que, en realidad, está en vigor desde el pasado 25 de junio: la de la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores siempre y cuando no haya una distancia de seguridad de 1,5 metros. Otra cosa es que, con el paso de los meses, los españoles se hayan relajado.
El presidente del Gobierno se esforzó en vender la solución mágica como nueva en su comparecencia posterior a la Conferencia de Presidentes. Allí afirmó que no hace sino recoger un «amplísimo consenso», en alusión a las siete comunidades que habían pedido mascarilla obligatoria en exteriores: Comunidad Valenciana, Galicia, País Vasco, Andalucía, Castilla y León, Navarra y Castilla-La Mancha.
Más allá de eso y de insistir en la vacunación, Sánchez evitó este miércoles mirar a la sexta ola de frente y proponer cualquier medida impopular, o restricción, a dos días de la Nochebuena y con media España ya de viaje. Y la otra media, o buena parte de ella, confinada.
Para estupefacción de varios de los presentes en la reunión de la Conferencia de Presidentes telemática desde el Senado. Los de Cataluña, Galicia, el País Vasco y Andalucía le recriminaron que su fórmula es insuficiente. Pere Aragonés incluso pidió que el toque de queda que él impondrá de nuevo en Cataluña si el TSJC lo autoriza se extienda a toda España.
Pero para Sánchez la «cogobernanza» no es eso, sino seguir dejando la responsabilidad sobre los hombros de las comunidades. Y, si acaso los respectivos Tribunales Superiores de Justicia les ponen pegas, brindarles la oportunidad de acudir al Supremo (desde mayo en que se levantó el segundo estado de alarma).
«No estamos en marzo de 2020 ni en las navidades de 2020. La situación es diferente y no vamos a tomar las medidas de entonces», insistió después en rueda de prensa.
Las «salvedades» de Sánchez
La polémica de las mascarillas saltó poco antes de las seis de la tarde, cuando la reunión estaba en marcha. A esa hora la Secretaría de Estado de Comunicación mandó un mensaje por Telegram a la prensa informando de los «ejes» de la intervención de Sánchez. Y entre ellos citaba como número dos: «Se establece la obligatoriedad de uso de mascarillas en exteriores». Así, textualmente y sin más añadidos ni matices.
Eso sí habría supuesto una diferencia con respecto al real decreto ley que hay en vigor. A partir de ahí, durante las horas siguientes la polémica fue creciendo. Santiago Abascal anunció que si va por la calle con distancia suficiente no hará caso. «No me la voy a poner», señaló.
Ni siquiera a Gabriel Rufián, socio del Ejecutivo de coalición, le gustó la idea: «Imponer mascarillas obligatorias en exteriores mientras se recorta en sanidad es casi como regalar paraguas en mitad de un tsunami. El casi es porque las mascarillas no se regalan», lamentó el portavoz de ERC en el Congreso.
Isabel Díaz Ayuso fue la primera presidenta regional en replicarle en las redes sociales, a todo esto aún con el encuentro telemático en marcha. «No compartimos las mascarillas al aire libre si hay distancia», escribió en Twitter.
A última hora de la tarde, el presidente compareció para dar cuenta de sus propuestas y habló de «salvedades» que se incorporarán en el real decreto ley que un Consejo de Ministros extraordinarios aprobará este jueves. Para que sea publicado en el BOE el día de Nochebuena. Entre ellas citó el deporte, espacios naturales como el monte y la playa y cualquier actividad en la que no se garantice una distancia de 1,5 metros con un no conviviente.
El decreto que está actualmente en vigor dice eso. Dice en su artículo 6 que la mascarilla será obligatoria «en cualquier espacio al aire libre en el que por la aglomeración de personas, no resulte posible mantener una distancia mínima de 1,5 metros entre las mismas, salvo grupos de convivientes».
Durante la rueda de prensa Sánchez fue preguntado por la diferencia de esta nueva norma respecto a la anterior y no fue capaz de concretar. Aunque insistió en venderla como novedosa e incluso pidió comprensión a la opinión pública: «Es difícil, es volver a una situación que ya habíamos superado», señaló.
Las otras medidas
En la Conferencia, el presidente marcó nuevos objetivos de vacunación: el 80% de la población de entre 60 y 69 años vacunada con tercera dosis antes de acabar el año; el 80% de entre 50 y 59 años en la semana del 24 de enero; el 80% de entre 40 y 49 años en la primera semana de marzo; el 70% de los niños de entre 5 y 11 años con la primera dosis pediátrica en la semana del 7 de febrero; y el 70% con la segunda dosis en la semana del 19 de abril. Para ello anunció que las Fuerzas Armadas reforzarían los equipos de vacunación.
También anunció un plan de acción en atención primaria y comunitaria que no tendrá efectos en el corto plazo, si acaso en el medio. Se basará en aumentar el número de sanitarios y reducir la temporalidad por debajo del 8%. Poniendo sobre la mesa 292 millones de euros que serán transferidos a las comunidades. Entre los refuerzos figurarían personal sanitario jubilado y prejubilado y otros con título expedido fuera de la UE.
Además, el Gobierno autorizará temporalmente la venta en farmacias de algunos test de antígenos hasta ahora de uso profesional, para facilitar el acceso a la población. Se eliminan las cuarentenas obligatorias para los contactos directos siempre y cuando se esté vacunado con pauta completa, que es algo que ya fue anunciado el martes, siguiendo la estela de Isabel Díaz Ayuso en Madrid.
Los presidentes regionales, divididos
Durante la reunión, Alberto Núñez Feijóo y Juanma Moreno reclamaron también una Ley de Pandemias para dar cobertura legal a cualquier restricción autonómica sin estado de alarma. Íñigo Urkullu, por su parte, propuso volver a los cierres de la hostelería a las 23.30 horas y las limitaciones de aforo.
El castellano-manchego Emiliano García Page adelantó que si la situación sigue empeorando habrá que restringir la movilidad entre comunidades. También él reclamó una legislación de «alcance orgánico».
Y el valenciano Ximo Puig defendió que no se pueden tomar las mismas medidas que las de la primera ola porque las cosas han cambiado gracias a la vacunación. Aunque conminó a Sánchez y a los presidentes regionales a pactar medidas comunes de cara a las celebraciones de Nochevieja. Sin embargo, la idea del presidente es no reunir nuevamente a la Conferencia de Presidentes hasta, al menos, dentro de 10 días. Es decir, ya el año próximo.