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El candidato de Vox a la Presidencia de la Junta, Juan García Gallardo (c), durante la pegada de cartelesEuropa Press

Inicio de la campaña en Castilla y León

Vox trata de arañar voto obrero castellanoleonés: «No estáis solos»

Juan García-Gallardo Frings ha escogido el «humilde» barrio de Las Delicias, en Valladolid, para el arranque de la campaña

Para acceder al barrio de Las Delicias, en Valladolid, hay que cruzar alguno de los túneles peatonales subterráneos que lo comunican con el centro de la ciudad, salvando las vías del tren. Delicias, que tomó su nombre del barrio zaragozano, es uno de los más poblados de la capital y su origen no puede ser más humilde: asentamientos ilegales en tierras ocupadas que personas llegadas a través del éxodo rural hicieron suyas a comienzos del siglo XX.

Hoy Las Delicias no tiene mucho que ver con sus inicios, aunque sí conserva un carácter popular y buena parte de su población es, o se siente, obrera, o, al menos, trabajadora. Este ha sido el escenario que ha elegido Vox para realizar la tradicional pegada de carteles previa a cualquier cita electoral. En este caso, las elecciones autonómicas en Castilla y León del próximo 13 de febrero, en las que el partido liderado por Santiago Abascal quiere influir lo máximo posible de cara a la conformación de un Gobierno de derechas, liderado por el PP, pero en el que quieren ser claves, aunque solo sea con su apoyo desde fuera del Ejecutivo.

El candidato de Vox, Juan García Gallardo, se ha presentado en Las Delicias con una intención clara: rascar todo lo que se pueda de un voto obrero tradicionalmente ligado a la izquierda, como ya consiguiera, en parte, en algunas zonas de Madrid, como Vallecas. «No estáis solos frente a las traiciones del PSOE ni tampoco frente al abandono del Partido Popular. Estamos con vosotros», apeló el candidato en su mensaje a los trabajadores, rodeado de una pequeña comitiva que portaba un mástil con la bandera nacional.

A 3 km de Podemos

El lugar elegido para el arranque de la campaña ha sido la avenida de Segovia, la calle que nace del principal de los citados túneles del barrio, definido por el candidato como «humilde». Y desde allí se dirigió a «los trabajadores», pero con un lema de campaña que no se olvida del campo, en un claro guiño resumido en la palabra «Siembra». Los de Santiago Abascal podrían «recoger» entre nueve y diez escaños en las cortes castellanas.

A menos de 3 kilómetros de allí, en la plaza de Fuente Dorada, que albergó en su día la indignación del 15M en Valladolid, el candidato de Unidas Podemos en Castilla y León, Pablo Fernández, consideraba que al presidente castellanoleonés, Alfonso Fernández Mañueco, se le podía «torcer» la convocatoria de elecciones. El candidato de la órbita 'pablista' –en referencia a Iglesias– ha apuntado a que confía en lograr un «cambio» de izquierdas, por lo que, según recoge Europa Press, ha iniciado la campaña con «ilusión, ganas y determinación».

Pegada de carteles para el 13-F del candidato de Unidas Podemos, Pablo Fernández, en ValladolidClaudia Alba / Europa Press

«Es una oportunidad para acabar con 35 años del PP, de despoblación, precariedad, deterioro y exilio», ha dicho. Un optimismo verbal que no parece ir de la mano de las previsiones de las encuestas. La de Target Point para El Debate apenas le da tres asientos en el parlamento castellanoleonés.

Casado arropa a Mañueco

A diferencia de los candidatos de Vox y Podemos, que no han contado con ninguna primera espada del partido para sus pegadas de carteles, PP, PSOE y Cs sí han contado con algunas caras conocidas a nivel nacional, aunque fuera en las horas previas al inicio oficial de la campaña. La más destacada, la del principal líder de la oposición al Gobierno de Pedro Sánchez, Pablo Casado, que arropó a Mañueco en La Bañeza, en León. «Nosotros no defendemos la España vacía como la llaman algunos, defendemos la España llena de oportunidades», defendió el líder nacional del Partido Popular.

Por su parte, el presidente de Castilla y León arrojó mensajes en clave nacional, como cuando pidió el voto «parar los pies a Pedro Sánchez y parar la plaga del sanchismo en esta tierra», aunque no se olvidó de las referencias en clave autonómica. «Se necesita una mayoría suficiente para que no haya lugar a las dudas y que reuniones de despacho no quiten el gobierno que realmente necesita esta tierra», apuntó el líder 'popular', en clara referencia al candidato de Cs y exsocio de su Gobierno, Francisco Igea.

Alfonso Fernández Mañueco y Pablo Casado, en La Bañeza (León)Europa Press

La presidenta nacional de Cs, Inés Arrimadas, ha acompañado a Igea en Valladolid las últimas horas de precampaña y ha pedido que en estas elecciones se vea por primera vez un castigo a «la deshonestidad, la canallada y la mentira», y se premie «el valor de la palabra», como recoge Efe. Lo cierto es que sus expectativas electorales no pueden ser peores para un partido que hasta hace bien poco gobernaba con el PP en la región. La encuesta de Target Point para El Debate le da a los naranjas un máximo de un escaño.

El PSOE no sumaría más escaños que Mañueco ni con el apoyo de Podemos

«El cambio no solo es necesario, es imparable», ha clamado, por su parte, el candidato del PSOE, Luis Tudanca, en un acto de apertura de campaña al que han asistido cerca de un centenar de personas y en el que los socialistas han hecho alusiones a su lema de campaña: «Cambio y esperanza». Lo tienen complicado, aunque no imposible, los socialistas en Castilla y León para que se produzca ese cambio: con casi un 29 % del voto y una estimación de entre 27 y 28 asientos, el PSOE no llegaría al empate con Mañueco, que podría sacar entre 35 y 36 escaños, ni con la ayuda de Podemos, según la mencionada encuesta para El Debate y según la práctica totalidad de las mismas, a excepción de la del CIS, más cercana a las pretensiones de Ferraz, que incluso coloca a los socialistas por delante del PP.