Mañueco supera a toda la izquierda y deja al PSOE sin ninguna opción de gobierno

Alfonso Fernández Mañueco se encamina con paso firme hacia una mayoría que, sin ser absoluta, será muy amplia. Tanto que el candidato del PP en Castilla y León está en disposición de superar a toda la izquierda por sí mismo y de dejar al socialista Luis Tudanca sin una opción de gobierno. Ni la más remota. Ni siquiera sumando a Ciudadanos –si es que finalmente Cs consigue un procurador, que es a lo más que puede aspirar– y a las candidaturas provinciales. Él, que en 2019 ganó las elecciones.

La encuesta realizada por la consultora Target Point para El Debate sitúa a Fernández Mañueco en cabeza con el 35 % de los votos, lo que traducido le daría entre 35 y 36 escaños en unas Cortes donde la mayoría absoluta está en 41. No llegaría por sí mismo, pero lo haría sobradamente con los entre 9 y 10 escaños de Vox. El partido de Santiago Abascal, que presenta al burgalés Juan García-Gallardo como candidato, experimenta un crecimiento exponencial: del 5,5 % que obtuvo en 2019 al 12,2 %.

La opción de un gobierno del PP en solitario con el apoyo externo de Vox se afianza, a imagen y semejanza del que confeccionó Isabel Díaz Ayuso en junio. «Quiero obtener una mayoría suficiente para gobernar en solitario», insiste el presidente Fernández Mañueco en todos sus actos.

Es cierto que Vox está más fuerte en Castilla y León de lo que lo estuvo en la Comunidad de Madrid (donde obtuvo un 9,13 % de los votos); pero por otro lado a Fernández Mañueco se le presenta alguna opción –aunque difícil– de sumar mayoría absoluta con partidos pequeños. Eso restaría capacidad de influencia a Vox, si en efecto no es imprescindible.

El batacazo de Cs

El mayor batacazo lo experimenta no el PSOE, sino Ciudadanos. El partido naranja pasa de tocar el cielo a descender a los infiernos políticos. De tener 12 procuradores (11 desde que en marzo de 2021 se le fue una a los no adscritos), la Vicepresidencia de un Gobierno de coalición y la Presidencia de las Cortes de Castilla y León a luchar por un solo escaño en Valladolid, el de Francisco Igea. Según la encuesta, realizada a través de 1.005 entrevistas online entre los días 14 y 19 de enero, Cs está en el 3,8 % de intención de voto, cuando en los comicios de 2019 sacó el 14,9 %.

Por lo que respecta al PSOE, a tres semanas de la cita con las urnas Tudanca cae al 28,9 % de los votos, lo que se traduce en entre 27 y 28 escaños de los 35 que tenía en la legislatura anterior. A los socialistas les perjudica que éstas sean unas elecciones solo autonómicas y no también municipales. Porque a la desmotivación de una derrota segura se une la desmovilización de sus alcaldes y el resto de cargos locales y provinciales.

El que sí aguanta el tipo es Unidas Podemos, a pesar de la polémica suscitada por las palabras del ministro Alberto Garzón sobre la calidad de la carne que exporta España. Los de Pablo Fernández están en disposición de obtener tres escaños, uno más, lo que en buena medida se explica por su alianza con Izquierda Unida.

La encuesta de Target Point sitúa la participación en el 67 %, un porcentaje considerable teniendo en cuenta que las elecciones son en invierno y únicamente autonómicas. No obstante, el nivel de indecisión es muy alto aún, y ello será determinante en la abstención final y en la entrada de los partidos pequeños.

Atendiendo a la encuesta que publica El Debate tiene asegurada su continuidad Unión del Pueblo Leonés, que de un procurador puede subir a dos o incluso tres, con un porcentaje de voto del 3 %, un punto más que en 2019.

Hasta el mes de diciembre, cuando Fernández Mañueco disolvió las Cortes, también tenía un escaño Por Ávila, una escisión del PP. Ahora ese escaño está en duda, puede retenerlo o perderlo.

Está llamado a ocupar su lugar Soria ¡YA!, al que la encuesta atribuye uno o incluso dos procuradores. La plataforma se presenta por primera vez a unos comicios como agrupación de electores, aunque tiene una trayectoria de dos décadas de activismo. Su entrada se produciría en perjuicio de Vox, puesto que Soria sería la única circunscripción en la que Vox no obtendría representación.

La irrupción de España Vaciada puede limitarse a Soria o sumar Burgos, donde tiene opciones de conseguir un escaño. Pero no en Valladolid, Palencia ni Salamanca, las otras tres circunscripciones en las que se presenta. Pillar a un movimiento que está despegando a contrapié fue precisamente uno de los factores que pesó en la decisión de Fernández Mañueco de adelantar las elecciones al 13 de febrero.

El «relato» del PP no cuaja

La encuesta arroja datos reveladores sobre el relato que durante semanas desplegaron el presidente de la Junta, el propio Pablo Casado y el resto de dirigentes del PP nacional y regional sobre los motivos de la voladura del Gobierno con Cs.

En ese tiempo, los populares acusaron a su socio de haberles traicionado negociando a sus espaldas los Presupuestos de 2022 con Por Ávila. Lo que, sumado a la posibilidad de una segunda moción de censura a partir de marzo (el PSOE ya presentó una en marzo de 2021, que perdió), llevó a Fernández Mañueco a concluir que lo mejor era disolver las Cortes.

Lo llamativo es que la mitad de los encuestados no se cree que hubiera tal traición de Cs y, aun así, el partido naranja está hundido. Lo que lleva a pensar que la crisis naranja, también en Castilla y León, venía de antes.

El 28,6 % cree que la responsabilidad de la ruptura la tiene el presidente regional, otro 14,6 % la dirección nacional del PP y un 7,6 % más la dirección regional del partido. En suma, el 50,8 % considera que fueron los populares quienes forzaron la máquina electoral. Por el contrario, un 12,1 % atribuye el adelanto a una posible moción de Cs y la izquierda y otro 4,7 % a la desestabilización interna de Igea.

En clave nacional

Al margen de los motivos, buena parte del electorado castellano y leonés asume que éstas serán unas elecciones autonómicas atípicas. Y no solo porque por primera vez Castilla y León vaya a las urnas en solitario, sino sobre todo por el marcado acento nacional que tienen. El 45,7 % de los encuestados cree que el 13-F es un plebiscito contra Pedro Sánchez, frente al 54,3 % que lo niega. 

La respuesta viene determinada, claramente, por la adscripción política del encuestado: los votantes del PP y de Vox creen en su mayoría que sí serán un plebiscito, en la línea con las declaraciones de sus líderes. Fernández Mañueco ha señalado en más de una ocasión que su enemigo es el «sanchismo». Enfrente, los simpatizantes del PSOE, UPL, España Vaciada y, sobre todo, Unidas Podemos no consideran que esto vaya de Pedro Sánchez.

Para el presidente del Gobierno, Castilla y León se ha convertido en un terreno electoral radioactivo, sabiendo que la derrota es segura y que los populares se la adjudicarán a él. Es por eso que hasta la fecha ha mantenido una distancia prudencial con la precampaña.