Yolanda Díaz reconoce el fracaso de su negociación y carga contra sus socios

La vicepresidenta de la sonrisa perenne no la ha traído este jueves al Congreso. Yolanda Díaz ha subido a la tribuna con el gesto muy serio y una herida en carne viva: la de no haber podido convencer esta vez a las izquierdas independentistas de que su reforma laboral es lo mejor que les puede pasar a los trabajadores.

La también ministra de Trabajo no ha ocultado su fracaso en las negociaciones, aunque el decreto ley acabe convalidado. Ni tampoco su malestar, especialmente con ERC.

Gabriel Rufián ha asistido en su escaño a un discurso que a Díaz no le ha hecho falta personalizar: sabía que iba con él más que con nadie. La vicepresidenta segunda ha lamentado haber oído demasiados «proyectos personales, humo y maquillaje» estos días.

También ha agradecido a los partidos que apoyarán la convalidación de este real decreto ley: el PSOE, Unidas Podemos, Ciudadanos, Más País, Compromís, UPN, el PRC, Coalición Canaria y Nueva Canarias. E incluso al PNV, a pesar de su voto en contra, porque según Díaz ellos «sí han discutido contenidos, han sido serios y claros». No como otros, le ha faltado añadir.

«Tengo la sensación de que no hemos abordado con rigor lo que esta reforma supone», ha lamentado. «Éste ha sido un pacto laborioso, esforzado, muy complejo, pero en el que cada uno ha dado lo mejor de sí mismo. Una lección para la política, señorías. Porque eso es justamente la política: el diálogo, la negociación permanente, tejer acuerdos», ha añadido.

Los representantes de los sindicatos y la patronal están en la tribuna de invitados para asistir al debate.