Maniobras militares  Un gran convoy militar sorprende a conductores españoles en plena crisis de Ucrania

Las carreteras del norte de España se vieron sorprendidas ayer por la presencia de un convoy militar con numerosos de camiones que incluía el transporte de espectaculares tanques de combate que, dada la situación que está viviendo Europa con la crisis en Ucrania, llamó la atención de muchos conductores más de lo que ya de por sí puede llamar la atención una estructura de transporte de estas características.

Se trataba de un total de 270 soldados que se encuentran viajando hacia Noruega para participar en unas maniobras de la OTAN. Pertenecen al Batallón León del Regimiento Alcázar de Toledo que, a su vez, pertenecen a la Brigada Guadarrama XII, con base en El Goloso (Madrid). Recorrerán más de 3.200 kilómetros hasta los campamentos de las Fuerzas Armadas Reales Noruegas de Jørstadmoen, cerca de Lillehammer, a unos 185 km, y Rena, a unos 170 km al norte de Oslo, donde tendrán lugar los entrenamientos.

Fuerzas terrestres, aéreas y marítimas

Allí se juntarán más de 35.000 soldados de 28 países que realizarán distintas maniobras entre el 14 de marzo y el 1 de abril. España ha enviado a estas maniobras un batallón terrestre, pero las maniobras contarán también con fuerzas aéreas y marítimas aportadas por otros países de la OTAN, a los que se ha sumado Suecia y Finlandia. Todos ellos pertenecen a la Fuerza de Tarea Conjunta de Muy Alta Disponibilidad (VJTF), una fuerza internacional de la Alianza Atlántica que tiene como misión el despliegue más rápido posible.

Según explica la OTAN, se trata de «entrenar el refuerzo de los aliados en condiciones climáticas desafiantes, mejorando la preparación y las capacidades de las fuerzas participantes». Y añaden que es «un ejercicio defensivo bajo un escenario del Artículo 5 de la OTAN».

En plena crisis de Ucrania

Aquí está el quid de la cuestión. El artículo 5 de la OTAN dice que «Las partes convienen en que un ataque armado contra una o contra varias de ellas, acaecido en Europa o en América del Norte, se considerará como un ataque dirigido contra todas ellas y, en consecuencia, acuerdan que si tal ataque se produce, cada una de ellas, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva, reconocido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, asistirá a la Parte o Partes así atacadas, adoptando seguidamente, individualmente y de acuerdo con las otras Partes, las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada, para restablecer y mantener la seguridad en la región del Atlántico Norte».

Desde el Ministerio de Defensa insisten en que, una vez que finalicen las maniobras el próximo 1 de abril, los soldados desplegados en Noruega regresarán a su base de El Goloso (Madrid). Desde la OTAN recuerdan que «Noruega anunció este ejercicio planeado durante mucho tiempo con dos años de anticipación de acuerdo con los requisitos del Documento de Viena».

Pero también es cierto que, aunque ya estuviera planificado, las maniobras de la OTAN han llegado en un momento de seria crisis tras la invasión de Ucrania por parte del Ejército ruso, «la más importante desde la II Guerra Mundial» en palabras del Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Seguridad, el español Josep Borrell.

Países cercanos a Ucrania como los países bálticos ya han pedido a la OTAN la activación del artículo 4 de la Alianza Atlántica que dice que «Las partes se consultarán cuando, a juicio de cualquiera de ellas, la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de las Partes fuese amenazada». Y consideran que la cercanía de las tropas rusas a estos países es una amenaza.

La escena vivida ayer en la A-1 resultó tan impactante que desde numerosos vehículos se grabaron vídeos que subieron a redes sociales hasta el punto que Bildu utilizó alguno de estos vídeos para mostrar su rechazo a todo lo que suene a español, en este caso, al Ejército.