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Echenique habla en el hemiciclo ante la mirada de SánchezEFE

El «batiburrillo» no surte efecto

El «truco» de Sánchez de mezclar el Sáhara con el decreto energético se vuelve en su contra

El paquete de medidas detallado por el presidente queda aguado por las críticas de todos los partidos –salvo el PSOE– a su apoyo unilateral a Marruecos. «¿A cambio de qué?», le preguntan

Socios y no socios de Pedro Sánchez han vuelto a expresar este miércoles en el Congreso su oposición a la decisión unilateral del presidente de reconocer el plan de autonomía de Marruecos para el Sáhara Occidental.

Sánchez se ha llevado un chaparrón de críticas; por las formas, por el fondo y además por mezclar en la misma comparecencia la cuestión de Marruecos con el plan de respuesta a la crisis energética y con el Consejo Europeo, para mitigar los golpes que sabía seguros. La estrategia del batiburrillo diseñada por La Moncloa para esta comparecencia se ha vuelto en contra del presidente, porque ha deslucido su plan «España responde», el decreto ley aprobado el martes por el Consejo de Ministros.

Quien mejor ha descrito la jugada ha sido el portavoz de Más País. Íñigo Errejón ha comparado la rapidez con la que Sánchez compareció el viernes pasado ante la prensa para presumir de éxito en el Consejo Europeo con las largas que durante casi dos semanas ha dado al Parlamento en el asunto de la excolonia española. «Ése es el comportamiento de alguien que no está tan orgulloso. Porque sabe que ha dado un bandazo político en una cuestión de Estado», ha remachado Errejón. Que también ha hecho al presidente la gran pregunta que aún no ha respondido el Gobierno, ni hoy Sánchez ni Albares el miércoles pasado: «¿A cambio de qué?».

El papel más complicado lo ha tenido, no obstante, el portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, que ha querido dejar clara la disconformidad de su grupo, pero sin importunar demasiado a Sánchez. Echenique le ha recriminado que la nueva postura de España con el Sáhara sea la que marcó en diciembre de 2020 Donald Trump, pero «desde la lealtad», como ha reiterado en media docena de ocasiones.

«Nosotros pretendemos cuidar la coalición», le ha recordado, sin embargo. Porque como han venido reiterando Yolanda Díaz y los morados en los últimos días, tampoco el Sáhara hará que Unidas Podemos salga del Gobierno. Por «responsabilidad», según ellos.

Las contradicciones

Por su parte, el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, le ha avisado de que sus actos unilaterales ya están teniendo consecuencias serias: «Hoy Argelia ha suspendido vuelos con Iberia y repatriaciones», ha sostenido.

Y el de ERC, Gabriel Rufián, ha incidido en la contradicción del presidente: «¿Por qué el Gobierno defiende el derecho del pueblo ucraniano a existir pero no el del pueblo saharaui?». «Canjean principios por más control marroquí en la valla de Ceuta y Melilla», ha lamentado.

«Tanto multilateralismo en la boca y de pronto actúan unilateralmente, tal como lo hizo Trump, utilizando el mismo lenguaje», se ha quejado el portavoz del PNV, Aitor Esteban. «Si hablamos de memoria histórica, hablamos de todo. Sáhara también es memoria histórica», ha añadido.

Santiago Abascal durante su intervenciónEFE

Más gráfico ha sido el presidente de Vox, Santiago Abascal, quien ha calificado el giro de Sánchez de «puñetero insulto». También el de Ciudadanos, Edmundo Bal: «Está usted rindiendo a España frente al chantaje de Marruecos. Marruecos, en cuanto tenga algo que pedirle a España, volverá a presionar con el flujo migratorio», ha avisado.

Y la portavoz del PP, Cuca Gamarra, le ha afeado que tome partido por Rabat. «Su soledad se ve en el giro copernicano que ha dado en la relación con Marruecos. Pide unidad y patriotismo. ¿Dónde está su unidad y patriotismo en esto? ¿Qué más tiene que ocurrir para que usted de una manera responsable hubiera comparecido aquí previamente a plantear al Parlamento la posición de España en materia exterior?», le ha preguntado la popular.

Previamente, durante su intervención, el presidente del Gobierno había reconocido la importancia de su decisión, pero achacándola a la «política real» y para dar «un paso adelante».