Feijóo resetea el PP con una cúpula renovada sin apenas «supervivientes» de Casado

Las tiritas es mejor arrancarlas de golpe, y también de golpe se arrancó el PP este viernes la etapa de Pablo Casado para estrenar la de Alberto Núñez Feijóo. No hubo, ni siquiera, foto simbólica de ambos con Mariano Rajoy sobre el escenario.

Unos lo han llamado «reinicio». Otros, «reseteo». Como quiera que sea, los populares escenificaron en la primera jornada de su XX congreso que están listos, como reza el eslogan de este cónclave.

Listos para ponerse en manos de Feijóo, el deseado, el esperado. El que ha generado una «ola de entusiasmo», como reconoció Mariano Rajoy, que volvió de entre los expresidentes del PP para pedir solo una cosa a los suyos: «Que apoyéis a Alberto tanto como me apoyasteis a mí». «Todos somos compañeros. Y los compañeros solucionan sus diferencias con voluntad de acuerdo y con lealtad», remachó.

También volvió, aunque desde la distancia obligada, José María Aznar. Y también él formuló la palabra mágica: «Unidad». Recordó, asimismo, que este congreso tiene una «dimensión histórica», como lo tuvo aquel del año 1990 en el que él cogió las riendas del PP de manos de Manuel Fraga.

La tiene, o así lo sienten los más de 3.000 compromisarios que participan en este congreso, en el que a Feijóo por momentos se le vio abrumado ante la responsabilidad del reto. «Cuando uno ha levantado muchas expectativas, lo mínimo es empatar con ellas», señaló durante su discurso como candidato.

En la primera fila peinaban canas dirigentes como Esteban González Pons, Javier Arenas y el exministro y exvicepresidente de la Xunta de Galicia José Manuel Romay Beccaría, que a sus 88 años entra en el Comité Ejecutivo Nacional como vocal por designación del presidente. Un gesto hacia uno de los dos referentes políticos de Feijóo –junto con Manuel Fraga–.

El Comité Ejecutivo Nacional

Feijóo reivindicó que todos los PP caben en su PP, pero la lista de vocales de su Comité Ejecutivo Nacional apenas guarda parecido con la que conformó Pablo Casado en 2018.

De los 40 nombres siguen seis: la alcaldesa de Teruel, Emma Buj; el vicepresidente de la Xunta (y uno de los candidatos a suceder a Feijóo), Alfonso Rueda; el exministro José Manuel García Margallo; el senador leonés Antonio Silván; el secretario general del PP de Extremadura, Fernando Manzano; y la presidenta del PP de Navarra, Ana Beltrán. Esta última, hasta ahora vicesecretaria general de Organización –y por tanto número tres–, se mantuvo fiel a Casado hasta el final.

También sigue el presidente del PP de La Coruña, Diego Calvo, pero ya no como miembro del Comité Ejecutivo Nacional sino como presidente del Comité Electoral. El de Derechos y Garantías lo presidirá el líder del PP de Extremadura, José Antonio Monago, que pronto dejará este último cargo.

Para conocer toda la guardia de corps del nuevo presidente habrá que esperar hasta el domingo. El protagonismo del día fue para el nuevo coordinador general, Elías Bendodo, igual que el día antes lo había sido para Cuca Gamarra como nueva secretaria general.

Fernando Martínez Maíllo, que fue coordinador general del PP con Rajoy (Casado prescindió de esa figura), recordaba en una conversación informal con periodistas que aunque el modelo sea el mismo, las circunstancias son muy distintas: entonces Rajoy y María Dolores de Cospedal estaban en el Gobierno, ahora Feijóo y Gamarra estarán en Génova, haciendo oposición. De hecho, el único con responsabilidades de Gobierno es precisamente Bendodo, consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía.

«Este congreso es la respuesta a una crisis que nunca debió existir», sostuvo Isabel Díaz Ayuso durante su intervención. Pero ni siquiera ella hurgó en una herida que está empezando a cicatrizar. Ya sin tirita.