Otro elemento de tensión
Sánchez confía en que el Supremo no anule los indultos o la legislatura saltará por los aires
La sola posibilidad de que el alto tribunal corrija la decisión del Gobierno vuelve a mostrar la fragilidad de una legislatura asentada en un volcán: el independentismo catalán
La decisión del Tribunal Supremo de admitir a trámite los indultos a los cabecillas del referéndum ilegal, cambiando su criterio inicial, ha cogido al Gobierno con el pie cambiado.
Tal es así que, hace apenas dos semanas, el ministro de la Presidencia se jactaba de que el alto tribunal había zanjado en enero el asunto, durante una comparecencia en la Comisión Constitucional del Congreso: «Esos indultos han tenido su recorrido en el Tribunal Supremo y se ha visto ratificada su plena legalidad», afirmó entonces Félix Bolaños.
Lo hizo a preguntas, por cierto, de la diputada del PP Edurne Uriarte. Ésta le recriminó que el Gobierno reconociera abiertamente que no había razones de equidad ni justicia en el expediente de esos indultos, publicado en exclusiva por El Debate por aquellos días.
Exclusiva | El expediente de los indultos a los separatistas
El Gobierno justificó los indultos con artículos de prensa afín, comentarios sindicales y encuestas de la Generalitat
La primera y única reacción del Gobierno fue defender la «legalidad» y «utilidad» de la medida de gracia aplicada a Oriol Junqueras y otros ocho condenados, invocando la «convivencia» entre catalanes.
Es exactamente lo mismo a lo que aludió el propio Pedro Sánchez en el Congreso el 30 de junio de 2021, cuando acudió a la Cámara para explicar tan controvertida decisión: «El Gobierno ha estimado que existen razones de utilidad pública que aconsejan conceder estos indultos y, en consecuencia, hemos tomado esta decisión en beneficio de los catalanes. Creemos que ésta es la mejor decisión para Cataluña y para España, y que es la más conforme con el espíritu de concordia de nuestra Constitución», defendió entonces.
La decisión del Supremo vuelve a poner de manifiesto la salud quebradiza de la legislatura
Sin embargo, la sola posibilidad de que el Supremo acabe anulando los indultos vuelve a mostrar la fragilidad de una legislatura asentada en un volcán: el independentismo catalán. Y entraría en erupción si pasara tal cosa. Pere Aragonès le reiteró este martes a Sánchez que la única vía para garantizar el «fin de la represión» en Cataluña es una Ley de Amnistía a la que el presidente del Gobierno siempre se ha opuesto. Al menos, de momento. Sería tanto como negar la existencia del delito y la responsabilidad de sus autores.
Fuentes gubernamentales auguran que el Supremo acabará dando carpetazo a una decisión que es «discrecional, corresponde en exclusiva al Gobierno y se mueve en un plano distinto al plano judicial». Señalan que lo único que ha hecho la Sección Quinta de la Sala Tercera es aceptar la legitimación del PP, Vox y Ciudadanos para interponer recursos contra los indultos, en una votación igual de dividida que la que en enero se saldó con la decisión contraria (ha habido un cambio de magistrada que ha resultado decisivo para cambiar las tornas, la sustitución de Ángeles Huet por Inés Huerta).
Pero añaden que el alto tribunal no ha entrado a analizar el fondo de los expedientes que elaboró el Ministerio de Justicia para hacer un traje a medida de cada uno de los nueve indultados. Apoyándose en artículos de El País, comentarios de los sindicatos y estudios del «CIS» catalán, como reveló a finales de abril El Debate.
Otro elemento de tensión
En cualquier caso, el paso dado por el Supremo introduce un elemento más de tensión y distorsión en las ya de por sí complicadas relaciones entre el Gobierno y sus socios de ERC. Un elemento que puede tener consecuencias en el corto plazo.
El jueves está previsto que Sánchez comparezca en el Congreso para hablar del espionaje a varios líderes independentistas. Pero es que, además, durante ese mismo pleno el Gobierno se enfrentará a dos votaciones importantes para las que necesita el apoyo del grupo parlamentario de Gabriel Rufián, últimamente un socio poco estable para Sánchez: el dictamen sobre la Ley del solo sí es sí y la Ley Audiovisual, que fue una contrapartida a ERC para que apoyara los Presupuestos Generales de 2022. Y ni por ésas, porque en el trámite parlamentario los republicanos han ido subiendo su precio.
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Que el de Junqueras sea uno de los indultos sometidos a revisión no ayuda a Sánchez. Aunque tampoco ayuda a Aragonès y Rufián. El presidente de ERC reaccionó este martes a la noticia en Twitter: «De la cárcel salimos más fuertes y convencidos que nunca. Y así nos mantendremos, por muchas veces que nos amenacen con volver. La represión del Estado español continúa, pero nosotros no pararemos, hasta la victoria final».
También reaccionaron, aunque para felicitarse por la admisión de sus recursos, el PP, Vox y Ciudadanos. «Ojalá pronto la victoria sea completa y anulemos esta maniobra impresentable del Gobierno de Sánchez», deseó la líder de los naranjas, Inés Arrimadas.
Desde la Moncloa insisten en que lo importante es que hay una interlocución fluida con la Generalitat, contra viento y marea.