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Pelea de facciones Bildu en San Sebastián

Batalla campal en San Sebastián entre facciones enfrentadas de Bildu por el control de las calles

La tensión entre oficialistas y no oficialistas amenaza con extenderse a las fiestas patronales del verano

El enfrentamiento entre las distintas facciones de la izquierda abertzale, los independentistas del País Vasco, se está recrudeciendo de forma notable en las últimas semanas por el control de las casetas políticas que se instalan en las fiestas patronales de los pueblos y ciudades del País Vasco y Navarra.

Hace ya tiempo que la izquierda abertzale se encuentra dividida. Por un lado están los seguidores de Otegi, la línea oficial que apuesta por una cierta moderación para garantizar su continuidad en las instituciones, y por otro lado están los englobados en el movimiento Gazte Koordinadora Sozialista (GKS), que apuesta por aumentar la presión en las calles, en muchas ocasiones, a través de la violencia.

Lucha por la financiación

Como ya explicó El Debate la pasada primavera, el sector más radical, el GKS, está cogiendo auge en los últimos meses y se están envalentonando. De ahí que ahora quieran hacerse con el control de las casetas políticas que se instalarán en las fiestas patronales de las distintas localidades del País Vasco y Navarra, también conocidas como ‘txoznas’.

No en vano, las casetas políticas durante las fiestas no son solo un escaparate para fomentar el ideario abertzale, sino que representan una gran fuente de financiación. Y los miembros del GKS acusan al sector oficial de impedir a través de las instituciones donde tienen representación su propio espacio.

La tensión ha llegado a tal punto que este pasado sábado se produjo un «enfrentamiento serio» en la Herriko Taberna de San Sebastián que llegó a las manos, según un testigo de lo sucedido, y en la que participaron decenas de jóvenes radicales que durante la semana se habían disputado la utilización de un edificio municipal ocupado.

La tensión entre las facciones es tal que incluso los jóvenes de GSK, los más radicales, hicieron un llamamiento al sector oficial para detener la escalada de violencia. «Junto con nuestra voluntad de defender las organizaciones socialistas que serán las herramientas de toda la clase trabajadora, estamos listos para evitar una guerra sin sentido entre los trabajadores jóvenes», afirmaron en una rueda de prensa el pasado domingo los representantes del sector crítico con Otegi.

Grupos violentos en el acto de España Ciudadana en Alsasua en 2018Pablo Ojer

Pero para ello, pusieron una serie de líneas rojas: «la seguridad de los militantes, el derecho al uso del espacio público y el derecho a la financiación». «Si se respetan estas líneas rojas, estamos dispuestos a negociar para ayudar a bajar la tensión en las calles y evitar un escenario de tensión general que realmente no le interesa a nadie», concluyeron los radicales.

Y el temor a que la violencia continúe e, incluso, se incremente conforme se vayan desarrollando las fiestas patronales «es serio y posible».