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María del Mar Blanco en el Congreso de las Víctimas del Terrorismo

María del Mar Blanco en el Congreso de las Víctimas del TerrorismoPaula Argüelles

Entrevista a la hermana de Miguel Angel Blanco

Marimar Blanco: «El blanqueamiento del Gobierno a los herederos de ETA les permite seguir imponiendo sus ideas totalitarias y mafiosas»

Cuando se cumplen 25 años del secuestro y asesinato del concejal del Partido Popular en Ermua, su hermana hace balance y analiza para El Debate la evolución de las políticas antiterroristas

María del Mar Blanco (Ermua, 1974) tiene una mirada clara y sincera. Pese a los reveses de la vida, conserva la contundencia de palabra de una mujer de carácter que, sin embargo, siempre mantiene una forma amable y sosegada en todo lo que cuenta aunque no sea fácil para ella. Marimar, como todos la llaman, se convirtió en la triste protagonista de una historia sin final feliz pero llena de valor y de memoria para toda una generación de españoles que sufrió, en carne propia, el dolor tras la muerte de su único hermano, Miguel Ángel, a manos de ETA, en julio de 1997.

Más de dos millones y medio de ciudadanos se manifestaron, en algún momento de las 48 horas que duró su secuestro, contra la banda terrorista en la que fue la muestra de repulsa más multitudinaria y contundente de la sociedad española contra la banda terrorista. María del Mar ha continuado con el legado de Miguel Ángel, en las filas del Partido Popular, como actual diputada en la Asamblea de Madrid, defendiendo la verdad, la dignidad, la libertad y la Justicia para su familia y las de todas las víctimas de los asesinos. El Debate ha hablado con ella en el marco del Congreso de Víctimas del Terrorismo organizado por la Comunidad de Madrid en colaboración con la Universidad San Pablo CEU:

–¿Dónde está para usted el límite del perdón a los terroristas?

–Para mí el perdón es algo muy íntimo, muy de la persona y no es algo nuevo que diga: yo ni olvido ni perdono. Lo primero, porque el que tiene que perdonar ya no está aquí. Y, lo segundo, porque quienes dieron la orden de secuestrar y asesinar, ni me han pedido perdón ni ha mostrado el más mínimo arrepentimiento. En cualquier caso, la solicitud del perdón tiene que ir acompañada no solamente una serie de palabras, sino también una serie de hechos o de gestos, empezando por el arrepentimiento, y continuando por la colaboración con la justicia porque, en el caso de mi hermano, solamente se ha condenado a quienes fueron los autores materiales del asesinato pero no a los autores intelectuales, quienes dieron las órdenes con nombres y apellidos.

–La Audiencia Nacional ha reabierto el caso de su hermano Miguel Ángel, junto con otros asesinatos, en busca de esa autoría mediata, ¿qué esperas de esa nueva causa?

–Ha sido una noticia muy importante, más si cabe, en este año en el que se cumplen 25 años del secuestro y del asesinato de mi hermano. Desde luego sería una victoria más del Estado de Derecho si no solamente, como he dicho antes, estuviesen en una cárcel los autores materiales de su muerte, sino aquellos que tuvieron en su poder, por decirlo de alguna manera, el dar la orden de ejecutar o de no hacerlo. Para mí es tan culpable el que apretó el gatillo como el que dio la orden o no hizo absolutamente nada por evitarlo. Confío en que la trayectoria judicial termine sentando en el banquillo a los responsables.

–Es un aniversario triste... ¿qué ha sido más duro, aquellas 48 horas o estos 25 años?

–Las 24 y 48 horas fueron muy duras, muy duras, pero teníamos esperanza. Durante estos 25 años hemos vivido, mejor dicho aprendido a vivir, con la ausencia de un ser querido. Hoy se ha hablado en este en este Congreso sobre cómo cuando el terrorismo atenta contra una persona no solamente acaba con su vida sino que destruye a una toda una familia, a un entorno, a una sociedad. Las consecuencias de un atentado terrorista nunca terminan con la muerte y el entierro de esa víctima inocente, sino que por desgracia, marcan para siempre.

Para mí es tan culpable el que apretó el gatillo como quien dio la orden o no hizo absolutamente nada por evitar el secuestro y la muerte de mi hermano

Mis padres, como siempre he dicho, fallecieron en vida. Jamás volvieron a ser los padres alegres y felices que mi hermano y yo pudimos disfrutar durante muchísimos años. Hechos importantes en mi vida como el nacimiento de mis hijas, mi boda... fueron algunos de los días más tristes de mi vida. Suena mal decirlo, pero es que para mí fue un hecho que en un día tan importante me faltaba la persona más importante. Para mí mi hermano lo era todo. Estos 25 años han sido muy duros y seguirán siendo muy duros. Me hace gracia cuando nos dicen que hay que pasar página como si las víctimas pudiéramos olvidar que tuvimos un hermano, un familiar, que fue asesinado por una organización terrorista. Para las víctimas es imposible pasar página. Es que no queremos.

–Para muchos Miguel Ángel marcó un antes y un después, ¿cómo se puede mantener vivo el espíritu de Ermua?

–El espíritu Ermua... ojalá lo volviéramos a retomar. Aquella unidad política y social frente al terror donde todas las voces al unísono decían que todos éramos Miguel Ángel Blanco, sin importar la ideología o a quién votaras. Todos éramos Miguel Ángel Blanco y lo que teníamos que conseguir era liberar a una persona que estaba condenada a pena de muerte por una organización terrorista como ETA. Se ha hablado mucho de volver a recuperar esos consensos, esa unidad porque, al final, la unidad es lo que más nos ha hecho avanzar en la lucha contra el terrorismo.

Es cierto que conseguimos derrotar a ETA pero el objetivo político por el cual mataban sigue estando muy presente y lo vemos cada vez que suben a la tribuna o que conceden. Toca seguir defendiendo la dignidad, la memoria y la justicia de todas y cada una de las víctimas del terrorismo porque, desgraciadamente, ahora vemos que la memoria está siendo cuestionada, incluso olvidada y aparcada por ciertos sectores de la sociedad, incluso de los principales partidos políticos. Y hablo, en concreto, del Gobierno de España, que vemos cómo trata de blanquear a quienes nos han hecho la vida imposible durante tantísimos años, ocultando a los culpables y como callando a las víctimas. Eso es algo lamentable.

–Cree que si Miguel Ángel nos está viendo, ¿se sentiría orgulloso de lo que hace?

–Yo lo que sé es que me siento muy orgullosa de haber tenido a mi lado a una gran persona como es mi hermano porque para mí sigue estando muy presente en mi día a día. No hay día que no me acuerde de mi hermano, no hay día que no recuerde esas lecciones que me daba, no hay día que no recuerde como me enseñó a caminar siempre por esos principios constitucionales levantando la cabeza, sin callarme. Nosotros no nos tenemos que avergonzar absolutamente de nada. Él jamás se avergonzó de lo que él se sentía vasco y español, de ser una persona con una ideología constitucionalista. Jamás se acobardó, jamás se calló. Y yo me siento tremendamente orgullosa. Han conseguido acallar su voz pero la mía no. Y, mientras esté aquí seguiré alzándola para defender lo que él me enseñó y en lo que creía. E intento hacerlo lo mejor posible, siempre acordándome él y siempre teniéndolo muy presente.

–Sin embargo y a pesar de la derrota en muchos lugares sigue intimidando la izquierda abertzale...

–Cuando estábamos en una de las treguas falsas de la organización terrorista ETA que finalizó en el año 2000, una concejal del Partido Popular de San Sebastián dijo una frase que perfectamente se puede trasladar a lo que seguimos viviendo en estos momentos también en el País Vasco que, en mi tierra no nos matan pero tampoco no nos dejan vivir en libertad. Y eso es lo que desgraciadamente estamos viendo todavía en determinadas zonas de Guipúzcoa, del Bollero y determinados municipios, incluso de Álava también, y de Vizcaya, donde simplemente el llevar una bandera española no está bien visto, donde el hijo de Carlos Iturgaiz jugando un partido de fútbol en un municipio en un pueblo de Vizcaya fue insultado y fue amenazado... Queda mucho camino por recorrer y el problema es que ahora ellos se sienten apoyados por ese blanqueamiento que por parte del Gobierno de España se les está haciendo, con lo cual se sienten fuertes para seguir imponiendo sus ideas totalitarias y mafiosas.

Toca seguir defendiendo la dignidad, la memoria y la justicia de todas y cada una de las víctimas del terrorismo porque, desgraciadamente, ahora nuestra memoria está siendo cuestionada, incluso olvidada

–¿Duele más la traición política del Gobierno o la condescendencia de un exjurista como el ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska?

–Cuando tuvo lugar la moción de censura y el cambio de Gobierno en 2018 las víctimas del terrorismo nos enteramos de que el nuevo ministro del Interior iba a ser el juez Grande-Marlaska y nos llevamos una gran alegría. Ese respeto y, sobre todo, esa ayuda y colaboración que siempre habíamos mantenido con él y que nos había prestado no solamente a las víctimas del terrorismo, sino a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, durante su etapa como juez, también amenazado por ETA, en la Audiencia Nacional, ha mutado en una desilusión tremenda. En la primera reunión que tuvimos las víctimas del terrorismo con él nos dijo que se podrían acercar como mucho 20 presos a las cárceles del País Vasco y ninguno con delitos de sangre. Ahora prácticamente están todos los presos acercados, empezando por los asesinos de mi hermano que estaban en cárceles de Huelva y ahora, desgraciadamente, los estoy sufriendo aquí en Madrid. Desde luego ha sido una labor que ha hecho el ministro Marlaska de humillación continua hacia las víctimas del terrorismo.

–¿También con los homenajes, los recibimientos multitudinarios como si fueran héroes?

–Nadie se imagina que en EE.UU. o en Francia homenajeasen a los terroristas del 11S o de Bataclan, o en Alemania a los antiguos nazis. En España eso es viable. Tanto como en los colegios se estén dando clases de que los atentados de ETA tuvieron lugar porque hubo un conflicto entre dos bandos... ¿Qué pasaría sin en el Congreso o en el Senado de Estados Unidos, el presidente se sentara a negociar con quienes fueron los autores materiales o quienes aplaudieron los atentados de las Torres Gemelas? Sería inviable e impensable y, desgraciadamente, aquí está ocurriendo. Para mí no hay cosa más humillante de verdad, como víctima del terrorismo, ver cómo en las calles del País Vasco o en las calles de Navarra se les recibe como verdaderos héroes con aplausos y con gritos de gudaris. Porque solamente se recibe así a quienes no han mostrado arrepentimiento y a quienes sigue mostrando orgullo por cada uno de los crímenes cometidos.

–Para finalizar en positivo porque este es un Congreso para hacerlo, ¿cómo será el Memorial de las Víctimas en Madrid?

–Le doy las gracias tanto al gobierno de la Comunidad de Madrid como a la Fundación San Pablo CEU por volver a organizar este Congresos Internacional de Víctimas del terrorismo donde hemos vuelto a ser las protagonistas que ya nos tocaba. Lo que hemos, lo que hemos sufrido, lo que hemos padecido en este país, desde luego, me parece, me parece algo esencial y sobre todo algo muy importante para ser contado.

Me parece esencial que los jóvenes conozcan no ya quién fue Miguel Ángel Blanco, sino los 50 años de terrorismo que hemos sufrido y padecido la inmensa mayoría de los españoles, unos de manera directa y otros de manera indirecta. Tenemos que seguir avanzando para que la memoria permanezca en el futuro. Y, desde luego, los centros memoriales me parecen esenciales porque se recoge con testimonios, con fotografías, con exposiciones todo lo que hemos vivido y padecido muchos para que ahora todos podamos estar gozando de la calidad democrática que tenemos en nuestro país.

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