I Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo Jiménez Becerril: «En España tenemos buenas leyes contra el terrorismo, pero alguna no se cumple»
Teresa Jiménez Becerril conoce como pocas la situación de las víctimas del terrorismo. El etarra José Luis Barrios asesinó por la espalda a su hermano, Alberto, y a su cuñada, Ascen
El I Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo, celebrado en Madrid y organizado por la Fundación San Pablo CEU y la Comunidad de Madrid reunió el martes 14 y el miércoles 15 de junio a decenas de víctimas del terrorismo que pudieron hablar, escuchar y debatir en qué situación se quedan tras sufrir en carne propia el azote del terrorismo o perder a sus familiares.
Teresa Jiménez Becerril, ex parlamentaria europea, ex diputada en el Congreso y ahora adjunta al Defensor del Pueblo conoce bien esta situación. Su hermano y su cuñada fueron asesinados por ETA. Y por eso, en calidad de víctima del terrorismo, acudió al congreso.
–¿Qué importancia tienen estos congresos para las víctimas?
–Son importantísimos porque estamos en un momento en el que hay que contarlo. Siempre ha habido que contarlo, pero en estos momentos, cuando ETA no mata, es más importante que nunca. La gente cree que le debemos algo por haber dejado de matarnos. No, son ellos los que nos deben a nosotros las vidas de nuestros seres queridos. A mí me duele la vida de mi hermano Alberto Jiménez Becerril, de su mujer. Dejaron a cuatro niños de cuatro, siete y nueve años, sin padre y sin madre. Se fueron a tomarse algo, a esos niños los dejaron acostados y se levantaron huérfanos. Y estoy muy orgullosa de mi sobrino Alberto, que estuvo hablando en este Congreso y no destila odio. Pero una cosa es no tener odio y otra cosa es no reivindicar la memoria, la dignidad y la justicia. Eso tenemos que hacerlo todos.
–También instituciones como la Fundación Alberto Jiménez Becerril se encargan de dar voz a las víctimas.
–La fundación hace muchos actos, siempre con las víctimas. Expertos que hablan de terrorismo, seminarios para chicos jóvenes... Hacemos muchas actividades porque en realidad queremos educar en la no violencia y queremos educar, sobre todo, en la memoria del terrorismo. Damos un premio todos los años, el Premio Alberto Jiménez Becerril, que este año se va a dar a mi madre. Por todo lo que ella ha hecho y en representación de todas las madres y abuelas que han sacado adelante a sus nietos y han llorado mucho a sus hijos.
–Usted que ha sido europarlamentaria diez años, ¿Cómo se ve en Europa al terrorismo?
–Yo trabajaba mucho allí para que se supiera a nivel internacional qué era ETA. Porque en ETA son muy hábiles en cambiar el relato, en hablar de igualar a todos como víctimas. No señor. Aquí había quien pegaba tiros en la nuca o ponía bombas debajo de los coches e inocentes que morían. Mi hermano no fue a ninguna guerra cuando le mataron. Mi hermano venía de cenar, por lo tanto, no iba armado. Aquí ni hay lucha armada, ni hay conflicto, ni hay nada de nada. Yo soy periodista y es muy importante que los periodistas entiendan y se utilice bien el lenguaje.
–Ahora el Parlamento Europeo ha aprobado un documento con exigencias a España respecto al terrorismo
–Se ha votado por mayoría en el Parlamento Europeo y urge a España a que acabe con la impunidad que supone más de 379 asesinatos de ETA que están sin resolver. Para el 44% de las familias que perdieron a sus seres queridos, no han sido juzgados los criminales que los perpetraron. Con lo cual es muy importante que sean considerados crímenes de lesa humanidad para que se puedan seguir investigando y no prescriban. Otra cosa importantísima que también ha urgido Europa es a acabar con los homenajes.
–Eso también me gustaría que nos comentara, los 'ongi etorri'.
–¿Se imaginan ustedes que homenajearan a los asesinos de Bataclan o de las Torres Gemelas? Imposible. El otro día yo estaba en Roma, en un Congreso de las Naciones Unidas sobre Víctimas de Terrorismo. Me mandaba un mensaje en ese momento mi amiga Ana Ibarra, mujer de Gregorio Ordóñez, en el que ponía que en Navarra estaban haciendo un homenaje pidiendo la liberación del terrorista que asesinó a mi hermano y a su mujer. Cuando dicen 'es que hay que pasar página'… Yo no creo que tengamos que pasar página mientras haya crímenes sin resolver y mientras los que se homenajean sean los terroristas.
–En su caso, saben quién es el asesino de su hermano y su mujer. ¿Pone más en valor el sufrimiento de quienes no los conocen?
–Tengo la suerte de que los asesinos están en la cárcel y estuvieron desde muy al principio. Y esa sensación de justicia la tenemos, pero imagínate todos esos que no lo saben. Los etarras quieren beneficios y el acercamiento de los terroristas, liberación, terceros grados… Que colaboren con la justicia. Muchos de ellos eran los jefes. No es importante solo el que dispara. ETA es una organización con una cúpula, con abogados, con simpatizantes, con gente que los mete en su casa, con gente que los dejaba y les proporcionaba coches para que escaparan a Francia. Es una organización criminal terrorista. Por eso, que estén en el Congreso quienes no condenan el terrorismo de ETA... No lo pueden condenar porque ellos son los que van a la calle a pedir que los liberen. Es tristísimo, es durísimo.
–¿Entonces falla la justicia?
–España tiene muy buenas leyes para luchar contra el terrorismo, para defender a sus víctimas y para darle compensación, reparación y todo. ¿Qué es lo que pasa? Que alguna no se cumple. O sea, cuando un juez interpreta que, como ETA no mata, glorificar a un terrorista o el enaltecimiento del terrorismo con tweets no son delito, aunque lo dicen claramente las leyes, aquí hay algo que no funciona. A mí no me gusta un país en el que se homenaje a los terroristas. Algo hemos hecho mal. Si yo voy a dar una conferencia a Vitoria y una de las niñas me dice que su mejor amigo dice que quiere que vuelva ETA, algo estamos haciendo mal. Imaginen ustedes lo que es para las víctimas ver que esta gente tienen apoyo, que tiran bengalas cuando salen de la cárcel y le reciben con baile. Es insoportable.
–¿Qué se puede hacer desde la sociedad civil. ¿Qué podemos hacer los ciudadanos?
–Hablar lo que estáis hablando, preguntando. Hablar con vuestros amigos, con la gente que conocéis, cuando lleguéis a casa, hablar cuando uno dice 'ah, bueno, pero es que Otegui ha cumplido su condena'. Ha cumplido su condena, pero no puede ser el líder de un partido político. ¿Por qué? Porque tampoco lo sería un violador. No llevarían a un violador de niños a un cumpleaños de niños ni sería el presidente de su comunidad. Lo que creo que tenemos que hacer es seguir defendiendo la memoria de las víctimas, seguir luchando para que tengan reparación. Y pedir que, para que les den beneficios, colaboren y por supuesto cumplan íntegramente su condena. Porque yo tengo la idea de que a ETA no le debemos nada, nos lo deben ellos a nosotros y no tenemos por qué aligerar la vida ni con terceros grados ni con nada. ¿Qué te da mucha pena? Pena me da también a mí ver a mi madre. Cuando dicen que tienen que viajar mucho para ir a verlo a la cárcel. Mi madre se daría la vuelta al mundo diez veces solo por verlo media hora.