¿Qué quedará para la historia de la cumbre de la OTAN en Madrid?
Una primera impresión puede tapar una visión más profunda de lo que se recordará dentro de un año
Pasadas las 22:00 horas del jueves, abandonaba el último periodista la sala de prensa de la cumbre de Madrid. Se cerraba así dos días, algunos más en el caso de los informadores, de intensa, ajetreada y apasionante cumbre de la OTAN. Dos jornadas llenas de carreras, piezas informativas y corrillos entre los periodistas, repletas de conversaciones, reuniones, negociaciones y, por qué no decirlo, acuerdos, para las delegaciones de los 44 países que se han reunido en la capital de España para desarrollar la hoja de ruta de un futuro, a ojos de la OTAN, mejor.
Pero, una vez que unos y otros, y también los ciudadanos que estos dos días se han visto abrumados por un continuo hablar e informar de la cumbre de la OTAN, hayan desconectado, la tensión se haya relajado y la mente haya descansado, ¿qué quedará en la memoria colectiva, en la historia, sobre la cumbre de la OTAN en Madrid?
«La belleza de España»
La imagen que se ha dado de Madrid al mundo ha sido muy buena. España se ha mostrado como un país serio, que sabe organizar grandes eventos, que sabe acoger a quien acude a ella. Y los propios madrileños han demostrado que han sabido soportar las incomodidades producidas por los cortes de tráfico y las medidas de seguridad en torno a la cumbre. La misma primera dama de los Estados Unidos, Jill Biden, agradecía a la Reina Letizia su interés en mostrar «la belleza de España».
Los periodistas, cerca de 2.000, que se han acercado hasta Madrid desde todos los rincones del mundo se habrán llevado una buena impresión. Es cierto que se han dado algunos errores, ausencia de traducción en español de las ruedas de prensa, alguna caída de la red que ha complicado el envío de la información o unos precios desorbitados en la cafetería.
Pero ¿se estudiará algo en los libros de Historia del futuro de lo que fue la cumbre de la OTAN de Madrid 2022?
Madrid dará nombre al nuevo concepto estratégico, la hoja de ruta que marcará el camino a seguir de la OTAN en la próxima década. En ella se ha alertado, por primera vez, de los peligros que suponen Rusia para la estabilidad mundial. También se ha alertado sobre las maniobras de China. Pero si pensamos en todo lo que ha cambiado el mundo en los 12 años que duró el anterior concepto estratégico, donde Rusia era un socio, quién sabe si las amenazas del nuevo documento de Madrid permanecerán vigentes en 2032.
Acuerdos palpables
Pero también se han alcanzado acuerdos más concretos que tendrán efectos inmediatos. Así, por ejemplo, se ha acordado el reforzamiento de las tropas de la OTAN disponibles para entrar en acción de forma rápida. De los 40.000 actuales a los 300.000 del futuro.
También los 30 Estados miembros se han comprometido a aumentar sus presupuestos de Defensa hasta alcanzar el 2 % del PIB, lo que también será palpable, aunque algunos países, como España, tardarán bastante en alcanzar ese compromiso.
Se ha creado un fondo de innovación dotado con 1.000 millones de euros que puede favorecer la investigación tecnológica y, por lo tanto, provocar efectos positivos tanto en los dispositivos militares como también en los de la sociedad civil.
Y quizá lo más visible, lo que quedará definitivamente escrito en los libros de historia sea el acuerdo con Turquía para que Suecia y Finlandia pasen a formar parte de la OTAN cuando su incorporación sea aprobada por los Estados miembros. Aunque, ha habido cumbres que en este aspecto han resultado más importantes. Sin ir más lejos, la anterior cumbre de la OTAN que se celebró en Madrid en 1997 supuso la apertura de la Alianza Atlántica a la Europa del Este tras la caída del Muro de Berlín.
¿Qué ha sacado España?
El tiempo lo concretará, pero, en principio, España no ha sacado gran cosa de esta cumbre. Una buena imagen, eso sí. Una muy buena imagen que puede beneficiar para que, en los próximos años, se incremente el número de visitantes y, por qué no decirlo, para que las organizaciones internacionales se animen a organizar sus cumbres en la capital de España.
Dos empeños tenía el Gobierno de Pedro Sánchez respecto a esta cumbre desde el punto de vista político: la inclusión de alguna forma de Ceuta y Melilla en el ámbito de protección de la OTAN y la vigilancia sobre el llamado flanco sur.
Cumbre de la OTAN en Madrid
Así es el flanco sur: tráfico de armas, drogas y la creciente amenaza rusa
A este respecto, el concepto estratégico menciona el Sahel, sí. Pero a efectos prácticos, con medidas concretas, España tan solo ha recibido la llegada de dos nuevos destructores a la base de Rota que lo mismo sirven para persuadir a los grupos armados del Sahel como a lo que pueda suceder sobre las dos ciudades autónomas.
Cumbre de la OTAN en Madrid
La OTAN limita el refuerzo del flanco sur que pedía Sánchez a los dos nuevos destructores de EE.UU.
Y sobre Ceuta y Melilla, aunque el Gobierno trata de vender que el cambio de «integridad territorial de la OTAN» a «integridad territorial de los aliados» introduce a las ciudades autónomas en el terreno bajo protección OTAN. Lo cierto es que el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ni tan siquiera mencionó este cambio en la valoración final de la cumbre.