La OTAN limita el refuerzo del flanco sur que pedía Sánchez a los dos nuevos destructores de EE.UU.

El refuerzo del flanco sur, la gran apuesta que Pedro Sánchez traía a la cumbre de la OTAN en Madrid, será limitado. Mucho menor, cuantitativa y cualitativamente, que el del flanco este, donde actualmente se sitúa la gran amenaza de la Alianza: Rusia.

España no quiere hacer comparaciones y se da por «muy satisfecha» con la ampliación de cuatro a seis destructores en la base de Rota. Ello contrasta con el considerable aumento de las tropas ya desplegadas por la Alianza en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia, a las que a partir de ahora se sumarán nuevos grupos de combate en Bulgaria, Eslovaquia, Rumanía y Hungría. Y es posible que, en el medio plazo, también en Suecia y Finlandia, una vez que se materialice su entrada en la Alianza.

«No podemos comparar el flanco este con el flanco sur», señalan fuentes gubernamentales en alusión al peligro que se cierne sobre la frontera de la OTAN con Rusia. Esos destructores actuarán, igual que los actuales, como escudo antimisiles. Y supondrán la llegada a la base de 600 marines estadounidenses más.

Además, el refuerzo en el sur no viene determinado por un acuerdo de los aliados en el marco de la cumbre, sino por una decisión de Estados Unidos pactada con España que Pedro Sánchez y Joe Biden ratificaron el martes en La Moncloa. Decisión para la que, además, el presidente se apoyará en el PP y no en Unidas Podemos, su socio de Gobierno. Menos aún en sus socios parlamentarios de la mayoría Frankenstein.

Por el contrario, en el este, los países miembros han pactado aumentar de 40.000 a más de 300.000 los efectivos de las fuerzas de respuesta rápida. Este «refuerzo de la capacidad de disuasión y defensa» no será con carácter permanente, sino que los efectivos se movilizarán cuando sea necesario. Y siempre que así lo decidan las autoridades militares.

Las urgencias del flanco este

Sánchez quería llevarse a su terreno esta Cumbre de Madrid, más allá del sentido literal de la expresión. Para ello traía una apuesta firme porque la Alianza mirase al flanco sur. Sin embargo, las urgencias del flanco este, donde notan las dentelladas de Rusia, han dejado África en un segundo plano.

No obstante, la delegación española pone en valor lo conseguido, a la espera de que también en la jornada de este jueves –segunda y última– los aliados reflexionen más sobre la amenaza del sur (aunque los acuerdos ya han sido adoptados). «Podemos estar muy satisfechos, muy orgullosos», señalan, y ponen en valor que llevan tres meses trabajando en el nuevo Concepto Estratégico, negociando punto por punto y coma por coma de las once páginas finales.

El Gobierno ha peleado especialmente el reconocimiento del Sahel como región de interés estratégico, como también el norte de África. En ambos casos se mencionan los peligros que pueden entrañar para la OTAN, pero poco más.

El equipo de Sánchez también se arroga el éxito de haber dejado fuera de toda duda la protección de la Alianza a Ceuta y Melilla al cambiar un concepto estratégico: el de «integridad territorial aliada» por el de «integridad territorial de los aliados».

En este último caso, que es el que entra en vigor a partir de esta Cumbre, la OTAN asume las fronteras que cada país miembro tiene determinadas en su legislación, como ha contado El Debate.

El Gobierno insiste en que el Concepto Estratégico no menciona ambas ciudades autónomas de la misma forma que no menciona Burgos o las ciudades fronterizas de Letonia y Lituania, a tiro de Putin. Pero en que no hay ni la más mínima duda de que están bajo la protección de la Alianza.

Según la Moncloa, también ha sido iniciativa suya la inclusión, como amenazas híbridas, de la instrumentalización de la inmigración –como hizo Marruecos en mayo de 2021 en la frontera del Tarajal– y de la manipulación de flujos energéticos. Esto último se refiere al uso de la energía para el chantaje y va, no tanto por Argelia, sino sobre todo por Rusia.

Los compromisos de Sánchez con la OTAN, en cuanto a la ampliación del gasto en defensa y al despliegue de dos buques de guerra más en Rota, marginan más a Unidas Podemos. El Gobierno pretende someter esto último al visto bueno del Congreso en el pleno extraordinario del 12 al 15 de julio. Los de Yolanda Díaz se debaten entre oponerse o abstenerse, pero en ningún caso apoyarán al presidente. Mucho menos lo harán socios parlamentarios como ERC y Bildu.