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Pedro Sánchez aplaudido por las bancadas del PSOE y Unidas Podemos

Pedro Sánchez, aplaudido por las bancadas del PSOE y Unidas PodemosEFE

Satisfacción en Unidas Podemos

Pedro Sánchez trata de remontar la legislatura entregándose al populismo fiscal

El presidente levitó durante todo el día y los diputados del PSOE y Unidas Podemos se pasearon en actitud triunfal, como si hubieran ganado tiempo. La letra pequeña vendrá más adelante

Hay muchos Pedros dentro de Sánchez. El que prometió que no pactaría nada con Bildu y acaba de firmar la Ley de Memoria Democrática con los de Arnaldo Otegi. El que se declaró insomne con la sola idea de pensar en un Gobierno con Unidas Podemos y ahora afirma que quiere reeditarlo para la próxima legislatura.

También el que coqueteó con la idea de suprimir el Ministerio de Defensa y, por el contrario, durante la Cumbre de la OTAN anunció que en 2029 el gasto militar de España alcanzará el 2 %. El que acogió a 629 inmigrantes del Aquarius en el verano de 2018 y hace dos semanas alabó la gestión de Marruecos del último asalto masivo a la valla de Melilla, que se saldó con una treintena de fallecidos.

Este martes había expectación por comprobar cuál de las múltiples personalidades del presidente más camaleónico de la democracia comparecería en el debate sobre el estado de la nación. De todos los Pedros apareció el del discurso más social, populista a decir de la oposición, para anunciar dos nuevos impuestos a la banca y al sector energético y una política de becas diametralmente opuesta a la de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid.

Y Unidas Podemos, que hace siete días estaba poniendo el grito en el cielo porque el Consejo de Ministros aprobó un crédito de 1.000 millones de euros para el Ministerio de Defensa sin previo aviso (según su versión, porque la Moncloa sostuvo que su socio sí estaba al tanto), esta vez aplaudió a rabiar la determinación de Sánchez.

«Lo que ha ocurrido aquí hoy aumenta las posibilidades de que volvamos a tener un Gobierno de coalición después de 2023», señaló Pablo Echenique ofreciendo al presidente una renovación de sus votos matrimoniales. «Usted hoy ha acertado mirando de frente a los privilegios de los poderosos», añadió.

«Hoy» fue la palabra clave. El matiz. La utilizaron varias veces durante su intervención el portavoz de Podemos y el de los Comunes, Jaume Asens, ambos del grupo confederal de Unidas Podemos. «Hoy ha habido un cambio de guion, un golpe de timón», se felicitó este último. También la vicepresidenta segunda: «Lo que parecía que era imposible hoy vemos cómo ha sido posible», se alegró Yolanda Díaz.

Y la usó, asimismo, el portavoz de ERC, que caló a Sánchez: «Señor presidente, enhorabuena. Hoy se ha levantado de izquierdas», afirmó jocoso Gabriel Rufián, poniendo así de manifiesto los constantes bandazos del presidente. Hoy blanco, mañana tal vez negro. Esquerra no se fía.

El republicano puso sobre la tribuna varias balas lanzadas por los gendarmes marroquíes y recogidas junto a la valla de Melilla y en ese momento el líder del Ejecutivo apretó mucho la mandíbula, indignado.

Imagen de Rufian enseñando las supuestas balas de Melilla

Imagen de Rufian enseñando las supuestas balas de Melilla

Pero, pese a otra performance de Rufián, este martes nada podía arruinar la felicidad de Sánchez. Ni la suya ni tampoco la de las bancadas del PSOE y Unidas Podemos. Éstas necesitaban ese chute de energía y confianza que les dio el presidente del Gobierno desde la derrota en las elecciones andaluzas. Hace ya casi un mes.

El triunfalismo de los socios

Durante toda la jornada, los diputados socialistas y morados se pasearon por la Cámara Baja en actitud triunfal, como si hubieran ganado tiempo a la legislatura. Todos convenían que los anuncios de Sánchez son «muy potentes», aunque sin entrar en la letra pequeña, que llegará.

De momento, el plan pasa por presentar sendos impuestos al sector energético y al financiero como proposiciones de ley del grupo parlamentario del PSOE (y si quiere unirse el de Unidas Podemos como coproponente, también) y no como proyectos de ley del Consejo de Ministros. De esta manera, los trámites serán menos.

El resto de las medidas irá en un nuevo real decreto ley de medidas anticrisis, que hará el número tres. El segundo, por valor de 9.000 millones de euros, ni siquiera ha sido convalidado por el Congreso (lo será este jueves) y ya se ha quedado muy corto.

En Unidas Podemos estaban tan crecidos que Echenique puso nuevos deberes al presidente: que desista de su intención de aumentar el gasto en defensa y que invente algo, lo que sea, para renovar el CGPJ sin el PP: «Algo deberíamos hacer la mayoría progresista para renovar el CGPJ antes de que acabe la legislatura», deslizó.

El PP y Vox

La felicidad de Sánchez fue aún mayor viendo cómo Alberto Núñez Feijóo se tenía que conformar con asistir al debate desde el escaño, sin intervenir, limitándose a tomar (muchas) notas. El líder de la oposición, de hecho, no quiso siquiera hacer una valoración del discurso del presidente en el patio, dejando todo el protagonismo a Cuca Gamarra.

Alberto Núñez Feijóo y Cuca Gamarra

Alberto Núñez Feijóo y Cuca GamarraEFE

La portavoz del PP en el Congreso estuvo dura en las formas y en el fondo, al dar por muerto al «Gobierno Frankenstein», como se refirió a él. «Es usted una fábrica de generar frustraciones», le recriminó, al recordar que muchos españoles no han recibido aún el ingreso mínimo vital o el bono del alquiler joven. Los momentos más tensos entre ambos fueron, sin embargo, a cuenta de la Ley de Memoria Democrática pactada con Bildu.

Con Santiago Abascal también los hubo. «Hay que devolverles a ustedes al armario de la Historia», afirmó el presidente dirigiéndose al líder de Vox, que replicó: «Cuando usted habla sube el pan. Ha subido aquí a anunciar medidas para recaudar 1.500 millones (al año) adicionales de la banca y a los 20 minutos ha provocado pérdidas para los pequeños ahorradores y un espanto a los inversores por valor de 6.000 millones de euros. Ese es usted, señor Sánchez».

Pero este martes Sánchez no estaba para que nadie le bajara los pies a la tierra. Porque levitaba.

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