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Félix Bolaños, Dolores Delgado y Antonio Hidalgo López, durante la exhumación de Franco el 24 de octubre de 2019

Félix Bolaños y Dolores Delgado, durante la exhumación de Franco el 24 de octubre de 2019GTRES

Ministerio Público

Delgado aspira a la futura plaza de fiscal de Sala de Memoria Democrática tras su dimisión

La recién aprobada Ley del Gobierno, con el apoyo de Bildu, prevé la creación de la nueva especialidad en el seno de la Fiscalía lo que la ascendería a la categoría de fiscal de Sala

La polémica Ley de Memoria Democrática aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez con el apoyo de EH Bildu dará una salida profesional a Dolores Delgado, tras su dimisión como fiscal general del Estado (FGE). Según han apuntado fuentes de la Fiscalía a El Debate, la socialista aspira a ocupar la nueva plaza de Fiscal de Sala que se creará en el seno del Ministerio Público «para la investigación de los hechos que constituyan violaciones de Derecho Internacional de Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario, incluyendo los que tuvieron lugar con ocasión del golpe de Estado, la Guerra y la Dictadura».

Un fiscal al que, además, «se le atribuirán asimismo funciones de impulso de los procesos de búsqueda de las víctimas de los hechos investigados, en coordinación con los órganos de las distintas administraciones con competencias sobre esta materia, para lograr su debida identificación y localización», según lo previsto en el artículo 28 de la norma.

El responsable último de dicho nombramiento, una vez convocada la vacante, será el nuevo fiscal general, Alvaro García Ortiz, al que, precisamente, Delgado ascendió a la primera categoría de la Carrera cuando le reclamó para incorporarse a la Secretaría Técnica de su equipo. Para ello, la exministra de Justicia tendrá que adquirir la condición de fiscal de Sala, una promoción automática en el caso de que ella sea la designada para el cargo y el modo en el que su sucesor, y hasta ahora mano derecha, de devolverle el voto de confianza.

Movimientos en el seno de la Fiscalía

En el seno de la Fiscalía, se han producido algunos cambios relevantes en los últimos días que despejan el camino a Dolores Delgado hacia su destino. Entre ellos, el traslado del fiscal Fernando Rodríguez Rey, quien fuera número dos de la fiscal general María José Segarra, predecesora de la propia Delgado –que, como sucede habitualmente en el caso de los fiscales de Sala que una vez cesados se quedan sin funciones, son asignados a parcelas no especializadas– se encargaba de la coordinación de los fiscales al frente de los delitos de odio. Sin embargo, desde hace dos semanas, por decisión de la ya dimitida FG, era destinado al frente del área de delincuencia económica.

La Fiscalía acumula tres vacantes en la categoría de fiscales de Sala: la que deja el sucesor de Dolores Delgado, Álvaro Ortiz, en la Secretaría Técnica; la de lo Militar; y, la de Memoria Democrática, a la que aspira la ya exfiscal general del Estado

Según ha podido saber El Debate, el movimiento se produjo antes de la aprobación de la Ley de Memoria Democrática y el motivo «extraoficial» fue que la inminente creación de una Fiscalía especialista, hasta ahora inexistente en el organigrama del Ministerio Público, aconsejaba liberar de funciones, sin estructura, a Rodríguez Rey. De manera que la creación del nuevo Departamento previsto en el cuerpo de la polémica norma no se encuentre con ningún fleco imprevisto.

No en vano, en julio de 2021, el Gobierno encargaba a la entonces titular de la Fiscalía, la creación de la nueva figura de «fiscal de Sala de Derechos Humanos y Memoria Democrática» con el cometido de esclarecer los presuntos crímenes ocurridos durante el franquismo. De manera premonitoria, el Ejecutivo encomendaba a su exministra de Justicia el nombramiento de esta nueva figura que ha suscitado todo tipo de críticas en el seno del Consejo Fiscal y entre las principales asociaciones profesionales.

El «atajo» para ascender a Delgado

El pasado 30 de marzo, el Gobierno trató de colar un atajo legal para asegurar a Dolores Delgado su ascenso automático a la categoría de fiscal de Sala, una vez fuera de su cargo.

«Si el nombramiento de Fiscal General recayese sobre un miembro de la Carrera Fiscal, quedará en situación de servicios especiales y adquirirá la categoría de Fiscal de Sala del Tribunal Supremo una vez se produzca su cese», rezaba la enmienda número 603 que el Grupo socialista en el Congreso presentó al texto sobre la reforma del Gobierno a la Ley Concursal para modificar, por la puerta de atrás, el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal. La maniobra que, finalmente resultó frustrada, se convirtió en una polémica más para la ya maltrecha reputación de Delgado y sublevó en bloque a los fiscales de Carrera.

Tres meses más tarde, en junio, el PSOE decidía retirar la enmienda con la que buscaba premiar a Dolores Delgado con un ascenso y un aumento salarial cuando finalizase su mandato o bien, después de haber dimitido del mismo, como ha sido el caso este martes. El bloqueo de Podemos, y del resto de grupos parlamentarios socios del Ejecutivo de coalición a la propuesta, obligó al Gobierno a desistir de su intento.

Con la reciente salida de Delgado, se abre una nueva oportunidad para la exsocialista de conseguir el ansiado objetivo: postularse de la mano del nuevo fiscal general del Estado, su hombre de confianza, a la nueva plaza de fiscal responsable de Memoria Democrática. Por el momento, en la Audiencia Nacional, donde Dolores Delgado tiene su plaza como fiscal de segunda categoría, se trabaja en los preparativos para acondicionar el que será su nuevo despacho una vez reincorporada a sus labores ordinarias.

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