País Vasco
Una protesta de radicales escenifica la división en Bildu
Los grupos juveniles disidentes sacan músculo y reúnen a 2.000 personas en una acampada adoctrinadora en Durango
«El comunismo es la opción que nos une». La frase se ha convertido prácticamente en el lema de la acampada que este fin de semana ha reunido a 2.000 jóvenes de la disidencia abertzale en la localidad vizcaína de Durango.
Y esta concentración se ha hecho sonar todas las alarmas en el partido abertzale por antonomasia, Bildu. Porque la acampada estaba convocada por GKS, siglas de la Coordinadora Juvenil Socialista en euskera, e Ikasle Abertzaleak, el sindicato estudiantil surgido de Herri Batasuna. Efectivamente, los jóvenes de ese partido ilegalizado que se convirtió en el embrión de Sortu, partido mayoritario en Bildu, ya dan la espalda a sus mayores y se abrazan a GKS, una organización juvenil surgida hace tres años y que apuesta por una mayor radicalidad y la confrontación directa con Bildu.
«No podemos olvidar que los partidos parlamentarios son financiados por el Estado y los empresarios, desde sus residencias hasta el bolsillo de los políticos», afirmaron en un ataque directo a Bildu, a quien acusan de haberse doblegado a la burguesía con tal de tocar sillón.
Peligran los votos
Y que a un encuentro en el que lanzan tales afirmaciones acudan 2.000 jóvenes vascos y, sobre todo, los que durante tantos años fueron sus retoños estudiantiles no ha sentado nada bien en las filas de Bildu. Ni por la misma reunión que va horadando sus postulados ni, sobre todo, porque 2.000 jóvenes que se reúnen en un acto de la disidencia abertzale son 2.000 votos menos que obtendrán en las próximas elecciones.
Hace ya unos meses que GKS se está enfrentando a Ernai, las juventudes de Bildu que, todavía, se mantienen fieles a los postulados oficialistas. Pero este enfrentamiento se está agudizando más conforme más fuerza coge GKS y hace poco más de un mes que, incluso llegaron a las manos en San Sebastián.
Tiene que intervenir Otegi
Por eso la preocupación se extiende por las asambleas de Bildu. Tal es así que durante un acto político el pasado 23 junio el gran líder de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi, tuvo que tomar cartas en el asunto y afirmó que «no tienen nada que ver con la izquierda abertzale. Tienen que ver lo mismo con nosotros que con el PNV o con el PSOE. Además, ellos impugnan en términos políticos lo que nosotros hacemos». Fruto del nerviosismo que está provocando la situación, no en vano, es la primera vez desde la escisión de Aralar en 1997 que alguien se atreve a enfrentarse a ellos desde dentro, el coordinador general de Bildu llegó a decir que “llevan años insultando, amenazando y coaccionando», que «no admiten a nadie que no piense» como ellos y denunció que «tratan de imponer concepciones que el resto no comparte». «Son autoritarios», concluyó.