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El código ético del PSOE prohíbe a sus miembros promover el indulto de delitos de corrupciónPaula Andrade

El código ético del PSOE impide al partido apoyar el indulto de Griñán

El artículo 8 de dicho reglamento interno establece que los miembros del partido «se comprometen a no proponer ni apoyar el indulto de cargos públicos condenados por delitos ligados a corrupción»

Es un documento de apenas nueve páginas pero que no deja mucho lugar a la interpretación. El código ético del PSOE aprobado en octubre de 2014 durante la primera etapa de Pedro Sánchez como secretario general es inequívoco: los miembros del partido no pueden «promover ni apoyar el indulto de cargos públicos condenados por delitos ligados con la corrupción».

Esta regla interna obligará a la actual dirección del PSOE a realizar todo un ejercicio de contorsionismo político si quiere justificar el indulto de José Antonio Griñán, presidente de la Junta de Andalucía entre los años 2009 y 2013 y presidente del propio partido entre 2012 y 2014 condenado en firme por el Supremo por prevaricación y malversación de caudales públicos.

Cabe recordar que el pasado 26 de julio el Alto Tribunal confirmó las penas a Manuel Chaves y José Antonio Griñán por su implicación en los ERE de Andalucía, el caso de corrupción política más cuantioso de la historia de España. Manuel Chaves fue sentenciado por un delito de prevaricación mientras que a Griñán se le confirmaron delitos de prevaricación y malversación que le han valido una pena de nueve años de prisión.

Tanto la prevaricación como la malversación están considerados delitos asociados con la corrupción, por lo que Griñán (cuya petición de indulto ya apoyan tanto Felipe González como José Luis Rodríguez Zapatero) colisiona con lo establecido en el código ético del PSOE.

Sánchez ya lo incumplió

El artículo 8 del reglamento no admite lugar a dudas: «Los cargos públicos del PSOE se comprometen a no proponer ni apoyar el indulto de cargos públicos condenados por delitos ligados a corrupción, violencia de género, delitos de acoso o discriminación, contra la libertad e indemnidad sexuales, torturas o contra la integridad moral, así como la comisión de hechos constitutivos de delitos graves».

A pesar de la claridad del reglamento, no es la primera vez que Pedro Sánchez desoye a su propio reglamento. El presidente del Gobierno promovió y aceptó el indulto de los presos separatistas a pesar de que muchos de ellos cometieron delitos de malversación de caudales públicos, que es el A-B-C de la corrupción política.

En aquella ocasión comenzó a preparar el terreno con una frase que sentó como un puntapié a buena parte de la judicatura: «La venganza no es un valor constitucional». Como ya hemos contado en El Debate, el expediente de los indultos argumentaba la idoneidad de los mismos utilizando artículos de prensa afín, circulares de sindicatos e incluso encuestas promovidas por la Generalitat.

Casi nadie descarta ya que el indulto a José Antonio Griñán se vaya a producir. El mismo día en que se confirmó la sentencia del Supremo, la posición del partido consistió en asegurar que Griñán no se había enriquecido con la trama de los ERE, postura que siguen defendiendo hoy. Los responsables del PSOE se agarran a que la votación en el Supremo fue muy ajustada (por tres votos a dos) y esperan a que el voto particular de las dos magistradas de corte progresista (partidarias de absolver a Griñán por su delito de malversación) les dé alguna idea más.