Librar la batalla cultural hoy: retos y desafíos
Serrano Oceja: «Sin ingenuidades ni buenismos, hay que tratar de descubrir lo que de amigo hay en el enemigo»
Este pasado miércoles, en el Ateneo de Santander, se ha celebrado una nueva mesa redonda dentro del ciclo La actualidad, ¡a debate!
organizado por la Asociación Católica de Propagandistas con la colaboración de la Fundación Cultural Ángel Herrera Oria y la Universidad Europea del Atlántico, la mesa redonda celebrada ayer miércoles ha estado moderada por Alfredo Alfonso García, consejero nacional y secretario del Centro Santander, y han participado Agustín Domingo Moratalla, Catedrático de Filosofía Moral y Política de una Universidad de Valencia, Francisco José Serrano Oceja, Catedrático de Periodismo de la Universidad CEU-San Pablo, y Frigdiano Álvaro Durántez Prados, Director de Relaciones Internacionales de la Fundación Universitaria Iberoamericana.
La importancia de la educación
Frigdiano Álvaro Durántez Prados centró su intervención en la dimensión internacional de la llamada guerra o batalla cultural, subrayando la necesidad de dar a conocer y de poner en valor la inmensa aportación de España y de los países hispánicos, e iberohablantes en general, a la civilización universal; se trata, en su opinión, de «contar la verdad histórica siendo, al mismo tiempo, muy conscientes de los mecanismos de propaganda mediática y cultural activados desde hace siglos por otros actores estatales y políticos con sistemas de valores no siempre coincidentes con los de los pueblos iberófonos».
Hay que poner en valor la inmensa aportación de España y de los países hispánicos, e iberohablantes en general, a la civilización universalDirector de Relaciones Internacionales de la Fundación Universitaria Iberoamericana
El director de la Cátedra FUNIBER destacó la importancia de la educación como instrumento clave para impulsar el desarrollo de nuestras sociedades capacitando a los jóvenes de todo nuestro espacio lingüístico y cultural. En este sentido, Durántez resaltó «la labor que en todo el mundo desarrolla la Fundación Universitaria Iberoamericana como primera plataforma universitaria iberófona y de vocación panibérica, con presencia en varios continentes y en la práctica totalidad de los países de lenguas española y portuguesa».
Efesios 6
Por su parte, José Francisco Serrano Oceja planteó una propuesta de cómo entender la batalla cultural, matizando que esto no significa «seguirle el juego a formaciones políticas de derecha populista ni de derecha neoconservadora al modo norteamericano».
Recordando al sociólogo norteamericano James D. Hunter, «nos estamos refiriendo a la necesidad de reformular los consensos sobre los que se había asentado el estado político cultural posterior a la Segunda Guerra Mundial en el mundo y en Europa, y en España a los que habían cristalizado en el período de la Transición», matizó el Catedrático de la Universidad CEU San Pablo.
El cristiano debe ser un militante de Cristo, y no podemos obviar la teología de san Pablo al respecto, en concreto de Efesios 6Catedrático de Periodismo de la Universidad CEU-San Pablo
Serrano Oceja, en el marco de esta perspectiva, destacó una concepción no polarizada de entender la batalla cultural, que exige «dejar a un lado la dialéctica de los contrarios de la modernidad, para ir a encuentro de los polos, reflexionar si es posible descubrir 'lo que de amigo hay en el enemigo', que no es ingenuidad ni buenismo al uso, sino invitar a compartir un camino de búsqueda conjunta de la verdad».
Por último, el Catedrático destacó que no es ajeno el concepto de batalla cultural a «una concepción de la espiritualidad cristiana desde el punto de vista militante. El cristiano debe ser un militante de Cristo, y no podemos obviar la teología de san Pablo al respecto, en concreto de Efesios 6».
Debate de ideas, no solo de números
Tras ello, Agustín Domingo Moratalla explicó la historia del libro ¿Librar la batalla cultural?, del que es coautor, destacando la necesidad de explicar que el debate político se trata de un debate de ideas y no únicamente de números. De tal modo, expuso que «plantear el tema de la batalla cultural y hablar sobre ello no tiene por qué ser algo clandestino. Es legítimo el encuentro de ideas y la discrepancia entre opiniones, juicios y tradiciones encontradas. Lo planteo como encuentro y no como guerra». En este sentido, Domingo Moratalla remarcó que «la batalla cultural no consiste en una lucha entre amigo y enemigo, sino que debe ser planteado como una lucha olímpica de ideas».
La batalla cultural no consiste en una lucha entre amigo y enemigo, sino que debe ser planteado como una lucha olímpica de ideasCatedrático de Filosofía Moral y Política de una Universidad de Valencia
Por otro lado, Domingo disertó sobre el papel de la verdad y la instrumentalización del lenguaje en el espacio público dentro del marco de las batallas culturales y destacó el concepto de democracia liberal y la lucha contra «la cancelación y la espiral del silencio».