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Fuga de fueloil del buque OS 35 ante las costas de GibraltarHM Govt of Gibraltar

Mano de obra barata en una comarca con mucho paro

La razón de la tibia respuesta de España hacia Gibraltar: miles de andaluces trabajan para la última colonia de Europa

La astucia de los británicos, unida a la debilidad de los Gobiernos españoles de todo signo, ha conducido a que el Peñón disfrute de una situación próxima a la impunidad jurídica, además de haber logrado dominar económicamente a toda la comarca española circundante

Las tareas de extracción del gasóleo que portaba el buque OS 35, que el pasado lunes colisionó con un metanero y permanece en la cara este de Gibraltar, han concluido con éxito. El principal damnificado han sido las costas de La Línea de la Concepción, a las que han llegado manchas de entre 50 y 75 metros de los vertidos.

El accidente del granelero, cuyo capitán ha quedado en libertad bajo fianza, no constituye un caso aislado. En agosto de 2008, un buque de chatarra, el New Flame, colisionó con un petrolero, el Torm Gertrud, muy cerca de Gibraltar y se hundió en la zona. El hundimiento provocó derrame de fuel y otros productos químicos. Otros buques como el Samotraki, el Tawe o el Fedra han seguido la misma suerte en la zona de Gibraltar durante los últimos años. Tanto es así que la organización ecologista Greenpeace, a raíz del accidente del OS 35, ha criticado que el Estrecho de Gibraltar se exponga «a diario» a este «transporte de mercancías peligrosas» y sea «básicamente una gasolinera low cost marítima».

Greenpeace considera que Gibraltar es «básicamente una gasolinera low cost marítima»

A la peligrosidad implícita al tráfico de mercancías y combustibles hay que añadir, en el caso de Gibraltar, un peligro extra de naturaleza cuantitativamente superior; es la base militar británica, sita dentro del Peñón, y que es taller habitual para la reparación de submarinos nucleares. Cerca de la cuarta parte del año esta base militar está ocupada por submarinos, que en algunos casos arriban para la reparación de graves daños. Por ejemplo, grietas en el circuito primario de refrigeración de los reactores nucleares.

Trabajadores cruzando la frontera entre España y la colonia británica de GibraltarAFP

Aguas territoriales robadas

Esta situación se contempla desde el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, el MAEC, con enfado y resignación, debido a que la causa de este alto nivel de peligrosidad permanente es la zona es debido a la existencia misma de la colonia de Gibraltar sobre territorio español, máxime cuando el Tratado de Utrecht de 1713, por el que la Corona británica construyó esta plaza militar, señala explícitamente que su posesión no contempla la propiedad de las aguas territoriales que circundan al Peñón. «Este accidente del barco, como tantos otros previos, sucede porque los ingleses, contraviniendo los acuerdos internacionales, han tomado posesión de las aguas territoriales adyacentes, unas aguas que pertenecen a España, para así ampliar su esfera de poder. Han construido un puerto que, sencillamente, no debería de estar allí», señala un interlocutor del MAEC que prefiere conversar con este periódico desde el anonimato.

La pasividad española ha permitido una ampliación ilegal que no solo afecta al puerto, sino también al istmo sobre el que se asienta el aeropuerto gibraltareño, edificado durante la Segunda Guerra Mundial. Así, ladrillo a ladrillo, bloque de hormigón a bloque de hormigón, y bajo un paraguas jurídico y económico sui géneris, que hace que dentro del Peñón en la práctica no se paguen impuestos, Gibraltar ha mutado de plaza sitiada a colonizar económicamente toda la comarca española circundante. «Miles de españoles del Campo entran a trabajar allí a diario. Esto hace que el arco de sanciones que el Gobierno de nuestro país pueda manejar quede muy mermado porque los justos, los trabajadores andaluces, podrían pagar por los pecadores, que son los colonos británicos del Peñón», reflexiona la fuente del MAEC.

Javier Rupérez en la sede de El Debate

Gibraltar ha mutado de plaza sitiada a colonizar económicamente toda la comarca española circundanteJavier RupérezDiplomático español

La pasividad española también se advierte en actitudes más recientes, como es la negociación que mantiene la Unión Europea con el Reino Unido tras el Brexit, que ha causado que la colonia británica sea territorio extracomunitario.

Aunque el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha decidido el pasado junio no prorrogar el derecho de los gibraltareños a la asistencia sanitaria gratuita española –esta medida se aportó en 2020 para paliar los efectos del Brexit sobre la población civil–, lo cierto que es el actual Gobierno español, lejos de optimizar la nueva posición de fuerza, ha partido hacia las negociaciones post Brexit con la propuesta de crear una llamada área de prosperidad compartida que, en la práctica, significa la desaparición de la verja. Los altos funcionarios del Ministerio consideran que «la volatilización del último rastro de la frontera sin mermar la excepcionalidad fiscal de la colonia, solo serviría para que Gibraltar asiente aún más su dominio sobre todo el área española circundante. Es muy sencillo; ellos no pagan impuestos, nosotros sí; ellos no tienen transparencia fiscal, nosotros sí».

Estas mismas fuentes del MAEC expresan sus dudas hacia la propia expresión de prosperidad compartida que maneja el Gobierno de Pedro Sánchez: «En realidad», apuntan los interlocutores, «esta prosperidad compartida es complicidad con las diarias prácticas delictivas de la colonia, que es una base militar. Quizás ahora que el PP tiene una mayoría holgada en Andalucía, debería contribuir a una política de sigiloso pero decidido ahogamiento de la colonia y, al mismo tiempo, de limpieza de los muchos tráficos ilícitos que por desgracia ocurren en la comarca del Campo».

«Nadie sabe qué piensa realmente Carlos. La cuestión es: ¿a quien demonios le importa?». Felipe de Edimburgo, reflexionado sobre su primogénito
El Debate

Desindustrialización y dependencia

«Hubo un momento», recuerda Javier Rupérez, diplomático de carrera, exembajador de España ante la OTAN y ante el Gobierno de los EE.UU. en Washington DC, presidente de la consultora Rupérez International, "cuando en 1969 se cierra la frontera, en época del ministro de Exteriores Fernando Castiella, en el que acto seguido se decide, para paliar la dependencia económica, el fomento de la industrialización del Campo de Gibraltar. Todo esto, claro, salta por los aires trece años después, el 14 de diciembre de 1982, cuando el Gobierno del PSOE ordenó la apertura de la verja de la colonia británica para peatones, que se completaría dos años después, en 1985, con el permiso para la circulación de vehículos y mercancías. Y así, sin descolonizar lo que la ONU pide en varias resoluciones que se descolonice, permitiendo que se desindustrialice la comarca del Campo, y sin exigir siquiera respeto a Utrecht, es como el Reino Unido ha ido ocupando más y más las aguas territoriales españolas y enseñoreándose de paso de toda la economía de la zona. De esta forma llegamos a la política de hechos consumados que sufrimos en la actualidad, en la que los Gobiernos españoles de distinto signo, ante las transgresiones británicas, miran para otro lado porque el puesto de trabajo de miles de españoles peligra si desde Madrid se toman decisiones consecuentes”.

La situación de impunidad británica ha llegado al punto de que la familia real inglesa, cada vez que uno de sus jóvenes miembros se casa, tiene por costumbre iniciar su viaje de bodas visitando el PeñónJavier RupérezDiplomático español

«La situación de impunidad británica ha llegado al punto de que la familia real inglesa, cada vez que uno de sus jóvenes miembros se casan, tiene por costumbre iniciar su viaje de bodas visitando el Peñón», remarca Rupérez, académico de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.

Este acto nupcial adquiere el carácter de un cierto irredentismo imperialista inglés, irrelevante por anacrónico en su conjunto, pero de efectos reales en la comarca de Campo de Gibraltar y que incluso se extiende sobre toda la Costa del Sol, gracias a las ventajosas –y nunca especialmente transparentes– condiciones tributarias del Peñón, que le convierten de facto en un paraíso fiscal y un lugar para el lavado de dinero negro. Basta un dato para hacerse una idea de lo que acontece allí: dentro de este tozo de roca de 6,8 kilómetros cuadrados y 33.000 habitantes censados, fuentes policiales españolas calculan que hay 80.000 empresas registradas, muchas de ellas de carácter Offshore.

Gibraltar también está cubierto por el paraguas de la OTAN y por la relación especial, «the special relationship», que une al Reino Unido con EE.UU. Así, la base militar gibraltareña forma parte tanto de la Alianza Atlántica como del AUKUS, la nueva coalición estratégica entre Australia, el Reino Unido y los Estados Unidos, que se anunció públicamente en 2021 para la región del Indo-Pacífico. La pinza que forman Rota y Gibraltar es clave, porque facilita el control militar del Estrecho, uno de los puntos determinantes a nivel geopolítico mundial.

Agentes de la Guardia Civil durante unos registros en las barriadas de El Zabal y Los Junquillos, en la Línea de la Concepción.EFE

Semilla de pobreza

El dominio británico sobre la comarca, y la dejación de los gobiernos de Madrid, no ha traído prosperidad al Campo de Gibraltar, sino pobreza y precariedad. La Línea de la Concepción es el segundo ayuntamiento de España con la mayor tasa de desempleo –más de un 30%– y está entre los cinco municipios españoles donde se fallece a edad más temprana. La pobreza crónica, la falta de un futuro social claro, más la ausencia de controles serios por parte de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad sobre el territorio, ha hecho que una parte de la sociedad lienense, aprovechando la cercanía con Marruecos, haya orientado su actividad hacia el narcotráfico de hachís.

La situación que se vive en La Línea de la Concepción y el resto de municipios cercanos al Peñón ha generado una difícil red de intereses. «¿Por que no decimos que algunos trabajadores andaluces en Gibraltar cobran el paro en España mientras trabajan en la colonia? ¿Por que no explicamos que cuando se abrió un registro para facilitarles el tránsito diario, de los 7.000 trabajadores –10.000 según Gibraltar– solo se registraron 40?», apuntan, dolidas por este contexto social, fuentes próximas al consistorio de La Línea para El Debate.

En síntesis. La ausencia de una soberanía española efectiva, y la en la práctica desindustrialización concomitante, ha permitido la emergencia de un contrapoder británico que, sobre una base de dominio militar y privilegios jurídicos y fiscales, tercermundiza desde hace décadas –también a nivel ecológico– toda la comarca del Campo de Gibraltar.