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77ª Asamblea General de Naciones Unidas  Sánchez defiende ante la ONU sus políticas en el Sáhara y Gibraltar: «No podemos arrastrar conflictos del pasado»

En su discurso, no ha hecho alusión al histórico giro de la postura española respecto al territorio norteafricano y ha destacado el entendimiento con Reino Unido sobre la colonia británica

Pedro Sánchez ha defendido este viernes en su discurso ante la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, su gestión en los dos principales asuntos territoriales que afectan a la política exterior española: Gibraltar y el Sáhara Occidental.

Sobre el primero, el presidente del Gobierno ha presumido del entendimiento bilateral alcanzado el 31 de diciembre de 2020 con Reino Unido, dentro del contexto del Brexit, para sentar las bases de la futura relación de la colonia británica con la Unión Europea.

«Este acuerdo –que en su día fue definido por diversos analistas como una oportunidad perdida para que España tratase de recuperar el Peñón– deberá ser respetuoso con la doctrina de la ONU sobre dicho territorio, con la que España se alinea plenamente», ha señalado Sánchez.

En este sentido, el también secretario general del PSOE ha mostrado su deseo de trabajar conjuntamente «por el desarrollo de un área próspera social y económica que abarque todo el espacio y el Campo de Gibraltar».

El «entendimiento» con Reino Unido consiste, a falta de más detalles, en la creación de una «zona de prosperidad compartida» entre Gibraltar y la comarca gaditana.

El Ejecutivo indicó entonces que el principio de acuerdo «no implica o implicará una modificación de la posición de España en relación con la soberanía o jurisdicción de Gibraltar», que, según la ONU es un «territorio no autónomo pendiente de descolonización».

Apoyo al plan marroquí

Sobre el segundo, la antigua colonia española del Sáhara Occidental, de la que nuestro país sigue siendo la potencia administradora, el presidente del Gobierno no ha hecho alusión al histórico giro dado por España hace medio año, pero sí afirmó que «no podemos arrastrar conflictos del pasado».

En abril, Sánchez manifestó por carta al Rey de Marruecos, Mohamed VI, que creía que el plan de autonomía propuesto por el país alauita era «la base más sólida, realista y creíble» para solucionar un conflicto vigente desde 1975.

Estas palabras, interpretadas como un gesto de acercamiento al país magrebí tras el asalto a la valla de Ceuta, el año pasado, enfurecieron al Frente Polisario y a sus socios en el Gobierno de coalición, Unidas Podemos, que defienden «la autodeterminación del pueblo saharaui».

El líder del Ejecutivo ha señalado que España «seguirá apoyando a la población saharaui en los campamentos, como ha hecho siempre, siendo el principal donante internacional de ayuda humanitaria» para la población de refugiados de los campamentos de Tinduf, en Argelia, país cuyo embajador todavía no ha regresado a España seis meses después del inicio de la crisis diplomática causada por el cambio de postura respecto al Sáhara.

En la que es la 77ª Asamblea General de Naciones Unidas, Sánchez también ha destacado «la labor fundamental del Enviado Personal del secretario de la ONU», Staffan de Mistura, que lleva un año tratando de acercar las posiciones de Marruecos y el Frente Polisario, sin éxito.

Pese a ello, el presidente español ha pedido «una solución política mutuamente aceptable y en el marco de la Carta de las Naciones Unidas y de las resoluciones del Consejo de Seguridad».