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Poder Judicial

Lesmes dimite este lunes como presidente del CGPJ y del Supremo y abre una crisis institucional sin precedentes

El presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Alto Tribunal dice adiós a un cargo que ha ocupado durante nueve años

El presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Supremo, Carlos Lesmes, renuncia este lunes a su cargo al frente del máximo órgano de gobierno de los jueces, incapaz de lidiar con la profunda crisis en la que se encuentra sumido el Poder Judicial. La dimisión del magistrado –tras nueve años en el puesto, de los cuales los cuatro últimos en funciones, desde el 4 de diciembre de 2018– no ha provocado sorpresa, ya que él mismo, durante su discurso en la solemne apertura del Año Judicial, abrió la puerta a su salida si el Gobierno de Pedro Sánchez y la oposición de Alberto Núñez Feijóo no ponían fin al mandato caducado de la institución de manera «urgente».

Con su decisión se abre una crisis institucional sin precedentes en democracia que ha obligado a los distintos actores a replantearse sus posiciones: el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya ha convocado al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo; y, los vocales del Consejo dan por «congeladas» las negociaciones para la renovación del Constitucional, pese a que el grupo de los ocho conservadores se reunirá, de urgencia, esta misma mañana.

El CGPJ hacía pública una nota a última hora de la tarde del domingo en la que se aseguraba que Lesmes formulará este lunes su renuncia al cargo al amparo de lo establecido en el artículo 588.2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial. La renuncia será efectiva una vez publicado en el Boletín Oficial del Estado el Real Decreto correspondiente.

«Finalizado en el día de hoy el plazo anunciado por él mismo a los vocales del Consejo en el Pleno del pasado 29 de septiembre, sin que Gobierno y oposición hayan alcanzado un acuerdo para la renovación o la devolución de competencias al órgano de gobierno de los jueces, Lesmes ha decidido cesar de inmediato en las funciones que le corresponden legalmente, según ha señalado en una declaración», afirma la nota con la que se cumplen las informaciones que ha ido avanzando El Debate en primicia.

El inmovilismo de PSOE y PP y el veto de sus propios vocales al nombramiento de los dos magistrados que, por cuota, les corresponde designar para renovar el Constitucional, han precipitado los acontecimientos. Lesmes ya habría comunicado su decisión a S.M. el Rey Felipe VI, según han avanzado a El Debate fuentes próximas al Consejo.

No en vano, ante el monarca lanzó el ultimátum que hoy mismo ha materializado consciente de que ni su propio llamamiento ni las exhortaciones hechas por el comisario de Justicia de la Unión Europea, Didier Reynders, durante su última visita a España, han surtido el efecto deseado. «Los contactos desarrollados en estos últimos días de los que ha sido informado, no han dado resultado positivo alguno», ha lamentado Lesmes.

«Perdida toda esperanza de rectificación y ante el patente deterioro del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, que no puedo evitar, mi presencia al frente de estas instituciones carece ya de utilidad y sería además contraria a mi propia conciencia profesional, por lo que se impone mi renuncia como presidente, ya que mantenerse a partir de ahora en esta responsabilidad solo puede servir para convertirme en cómplice de una situación que aborrezco y que es inaceptable», ha reiterado el ya expresidente Lesmes en su despedida institucional.

El juez, eterno aspirante a ocupar una plaza en el seno de la Corte de Garantías, volverá ahora a su plaza como magistrado de la Sección Quinta de la Sala Tercera del Supremo, precisamente, una de las más mermadas con la situación de parálisis impuesta al CGPJ por el Gobierno, tras vetarle la posibilidad de continuar con los nombramientos que han de reponer las vacantes sobrevenidas en la más alta Magistratura del Estado. De hecho, Lesmes lleva varios meses asistiendo –sin derecho de voto– a las deliberaciones de su Sala en el Alto Tribunal con la intención de actualizarse en la jurisprudencia.

La polémica sobre su sucesión

El día 5 de octubre ha estado siempre sobre la mesa de Lesmes y así se lo transmitía, hace unas semanas, a su círculo de confianza. No en vano, el ya expresidente de los jueces, encargó un informe al Gabinete Técnico del Consejo para abonar el terreno de su sustitución como presidente del Alto Tribunal y del CGPJ generando un profundo malestar interno en el seno de la institución a la que convocaba para presentárselo tan sólo un día más tarde de que se diese a conocer la fecha límite autoimpuesta por el magistrado.

Mientras los vocales del grupo conservador se desmarcaban del baile de nombres propios, los consejeros del sector progresista ponían distancia en su apoyo al presidente sustituto. De acuerdo con el dictamen técnico –opuesto a otro idéntico de 2019 en el que se apostaba por una bicefalia al frente del Supremo y del Consejo–, tras la renuncia de Lesmes la Presidencia debía recaer en el magistrado de Sala más antiguo del Supremo. En este caso, Francisco Marín Castán.

Sin embargo, para la izquierda, contraria al perfil de Marín Castán, próximo a su predecesor, el sustituto debería ser el vocal de mayor edad. Es decir, el consejero Rafael Mozo nombrado a propuesta del PSOE que, de confirmarse, tendrá que asumir las riendas de una institución encallada, a partir del próximo Pleno extraordinario fijado el jueves 13 de octubre.

Sea como fuere, «ahora toca aclarar posiciones», apuntan a El Debate fuentes próximas al órgano de gobierno de los jueces que tendrá que «reorganizarse» hasta que lo renueven, «sea dentro de un mes, de seis o de dos años». Un nuevo escenario lleno de incógnitas en el que «todo está parado» –en relación a los nombramientos de los dos magistrados del Supremo que el CGPJ tiene que designar al Constitucional– y en el que la actividad propia de los consejeros «no se verá condicionada» por la reunión prevista a nivel político entre PSOE y PP en la Moncloa.