Fundado en 1910

El revanchismo del Gobierno

La Macarena exhuma de madrugada los restos de Queipo de Llano

La hermandad ha comenzado la noche del miércoles los trabajos en la sepultura bajo la presencia de algunos familiares

La Hermandad de La Macarena, en Sevilla, ha exhumado la noche de este miércoles los restos del teniente general Gonzalo Queipo de Llano de la Basílica de La Macarena, en Sevilla, en virtud de la aplicación de la Ley de Memoria Democrática.

Esta misma semana, el Ejecutivo de Pedro Sánchez y la hermandad de la Macarena anunciaban que estaban preparando un protocolo para llevar a cabo las exhumaciones de Queipo de Llano, su esposa y Francisco Bohórquez Vecina, enterrados en la Basílica.

El objetivo era que todos los trabajos se realizasen en el mes de noviembre y desde el Ejecutivo se esperaba que esta se produjese «de forma inmediata».

Según ha adelantado Abc de Sevilla, las familias de Queipo de Llano y de Bohórquez se encontraban ya dentro del templo. La familia del segundo, desde las 21.00 horas; la del primero, pasadas las 23.00 horas.

La exhumación ha finalizado pasadas las 2.20 horas, cuando salió del interior del templo la furgoneta de servicios funerarios, siendo la misma aplaudida por una ventena de familiares que esperaban a las puertas del recinto mientras activistas gritaban consignas contra el franquismo.

Desde la Hermandad de La Macarena no se ha dado aviso en sus redes sociales de estos trabajos, pese a que sí que ha publicado diversas entradas hasta última hora de este miércoles y se han realizado distintos actos durante la jornada.

Primo de Rivera y Milans del Boch

Como publicó El Debate, el Gobierno iba a ayudar a la Macarena en las labores de exhumación para que los trabajos «se realicen de una manera correcta, respetuosa y en la intimidad», pero sin dotación económica. Es la hermandad la que correrá con todos los gastos, como manda la nueva Ley de Memoria Democrática.

Esta estipula en su artículo 38.3 que los restos mortales de dirigentes franquistas no pueden permanecer inhumados en lugares preeminentes de acceso público distintos a un cementerio, como es el caso de la Basílica de La Macarena.

Esto incidía sobre la tumba de Queipo de Llano y afectará en un futuro próximo a los restos de José Antonio Primo de Rivera o de Jaime Milans del Bosch.