Dos años después, Sánchez no ha dado un paso en su plan contra las 'fake news'

«La mentira, la calumnia y la falsedad no son fenómenos nuevos, pero la irrupción de la digitalización ha perfeccionado su producción y facilitado su expansión». Así se expresaba Pedro Sánchez en su discurso de investidura pronunciado el 4 de enero del año 2020. Sus palabras anunciaban la intención de su Gobierno de elaborar una estrategia nacional contra la desinformación. Casi dos años después, el ministerio de Presidencia reconoce a El Debate que esta medida se encuentra aún en «un proceso previo de estudio y planificación».

El discurso de Sánchez en el debate de investidura provocó la risa en la bancada de la oposición donde, por entonces, se sentaba Pablo Casado. Lo cierto es que las intenciones del presidente hicieron saltar las alarmas. Conocedor de esa reacción, el líder del Ejecutivo aseguró que se cumpliría con un «escrupuloso» respecto de la libertad de expresión y de información.

Sin embargo, el prometido plan se le ha atragantado al Gobierno que, casi dos años después, todavía no ha fijado los términos exactos para su lucha contra las informaciones falsas. En una respuesta del ministerio de Presidencia a El Debate se asegura que «en la actualidad el proceso de elaboración de la Estrategia futura de lucha contra la desinformación se encuentra en proceso de estudio y planificación». El retraso se excusa en que la «elaboración de una Estrategia, ya sea global o de segundo nivel (centrada en un asunto en concreto) requiere un proceso previo de planificación y posterior conformación de GTs multiministeriales y multidisciplinares para abordar el fenómeno desde distintos puntos de vista».

Además, el escrito remitido a este periódico asegura que para luchar contra las fake news es imprescindible la «colaboración del sector privado y la sociedad civil». Con este motivo, el propio ministro Félix Bolaños puso en marcha un foro «contra la desinformación» que estará dirigido por el director de Seguridad Nacional, el general Miguel Ángel Ballesteros.

La respuesta ofrecida a través del portal de Transparencia apunta que el retraso de la puesta a punto del plan también está condicionado por el conflicto en Ucrania: «La actual guerra iniciada por Rusia tras la invasión de Ucrania es un elemento esencial a seguir para la elaboración de la futura Estrategia de lucha contra las campañas de Desinformación», aseguran.

El miedo a la censura

Aunque su plan contra la desinformación no ha terminado de cuajar, el Gobierno ha dado pasos acelerados para controlar la información. Es tradición instaurada de Moncloa filtrar las preguntas de manera previa para que sólo los medios que considera afines puedan realizar su trabajo y cuestionar al Ejecutivo acerca de sus acciones. Eso, siempre y cuando tengan permiso para entrar en la sala de prensa y no queden fuera de la convocatoria por «cuestiones de aforo».

Otro de los claros ejemplos fue la presentación del anteproyecto de ley de Información Clasificada a la que la Federación de Asociaciones de Prensa Española (FAPE) denominó como «una grave vulneración de los derechos de libertad de expresión e información con un texto que supondría establecer la censura».

Por el momento toca esperar para conocer los planes concretos del plan contra la desinformación mientras el Ejecutivo avanza para legislar asuntos similares por otras vías.