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Xosé Luís Barreiro Rivas es profesor de Ciencia Política en la Universidad de Santiago de Compostela y autor de A propósito de FeijóoSandra Alonso

Entrevista

Xosé Luís Barreiro: «Feijóo planteó a los gallegos si preferían ser gobernados por una multitud o una mayoría»

A propósito de Feijóo, la última obra de Xosé Luís Barreiro Rivas, recién publicada por Ediciones Nóbel, es un análisis en profundidad de las claves que definen la acción política del líder del Partido Popular

El Profesor Barreiro ha escrito un libro que disecciona el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo desde todas las perspectivas posibles. Son páginas que destilan grandes dosis de conocimiento teórico y experiencia práctica sobre la actividad política en general y sobre el protagonista biografiado en particular.

En varias ocasiones usted se refiere en su nuevo libro a la «excepción Feijoo». ¿En qué consiste, a su juicio, dicha excepción?

–Consiste en que Feijóo, estando en un mandato muy consolidado –iba por su cuarta mayoría absoluta consecutiva–, le llaman desde Madrid para encabezar al PP y sacarlo del marasmo. Pocas veces hay que llamar a alguien para que vaya a salvar a un partido político, y pocas veces se logra con una unanimidad tan grande. Esto supone una excepción.

Hubo un tren anterior.

–Fue en el congreso que relevó a Mariano Rajoy. Si sólo tienes suerte y no estás preparado, la suerte puede no valerte de nada. En 2018, Feijoo consideró que ganar unas primarias luchando contra todos hace que, aunque ganes, ello te ofrezca menos capacidad para liderar en un momento de crisis del partido.

Pocas veces hay que llamar a alguien para que vaya a salvar a un partido político, y pocas veces se logra con una unanimidad tan grande

–Prefirió consolidarse al frente de la Xunta.

–Así consiguió dos cosas: primero, su cuarta mayoría absoluta, que logra ya con Pedro Sánchez en el poder, y, segundo, deja el panorama parlamentario gallego tal y como era a mediados de la Transición.

¿Cómo es el actual panorama parlamentario gallego?

–Es un sistema muy simplificado: es un partido a la derecha, el PP; un partido a la izquierda, el PSOE; y el BNG, un partido que desde su posición nacionalista hace de falsa bisagra, porque solo pacta con el Partido Socialista.

¿Qué discurso emplea Feijóo en su cuarta campaña electoral autonómica para conseguir ese resultado?

–Advertir que podríamos entrar en una etapa de grandes dificultades y de posibles fracasos, porque podía repetirse en Galicia lo que había pasado ya en el Parlamento de Madrid con la moción de censura; que era el Gobierno de un partido en minoría que, además, había perdido las elecciones y que forma una coalición de investidura que no funciona para gobernar, sino simplemente para tensionar y sacar provecho de quien gobierna.

Portada de A propósito de Feijóo, de Xosé Luis Barreiro Rivas

De la cuarta victoria a la primera

Y tras su cuarta victoria electoral en Galicia se produce la gran crisis en Génova, 13.

–Feijóo tiene que responder. Tiene que decidir si va y resuelve el problema, o no va, y el problema queda sin resolver; porque no había ningún liderazgo alternativo que pudiese tener la respuesta que él obtuvo. Por eso, Feijóo dice que aquello antes, en 2018, era una cuestión de oportunidades y después, en 2022, era una cuestión de deberes.

¿Cuál es la receta de Alberto Núñez Feijóo para conseguir cuatro mayorías absolutas consecutivas en Galicia?

–Algunas claves son de contexto. El PP estaba asentado en Galicia como primer partido y primera máquina electoral. Manuel Fraga había ya acostumbrado a Galicia a tener mayorías absolutas. Pero cuando un hiperliderazgo se derrumba –en el caso de Fraga, por anciano–, siempre es muy difícil sustituirlo, porque la comparación generalmente devalúa al sucesor.

–Las encuestas decían que no lo conseguiría.

–No había sido nunca candidato electoral. Siempre creímos que no iba a resolver aquello y él lo resuelve en la primera vuelta. Gana en 2009. A partir de ese momento todo el mundo se pone a mirarle, porque es una sorpresa su primera mayoría absoluta. Fue capaz de sustituir a Fraga y de mantener un partido cohesionado y ordenado. Trabajó mucho el partido y jugó bien jugadas algunas cartas de denuncia y de promesas.

Feijóo demostró una astucia bastante grande en ir en contra de lo que se evidenció a partir de 2014, que es la fragmentación de partidos

También demostró una astucia bastante grande en la utilización de los medios de comunicación, y en ir mucho en contra de lo que se evidenció bastante pronto, sobre todo a partir de los años 2014 en adelante, que es la fragmentación de los partidos. Feijóo planteó los gallegos hasta qué punto estaban dispuestos a ser gobernados por una multitud en vez de ser gobernados por un partido; es decir, por una mayoría.

En su libro, usted apunta que el gran problema político de España es que se ha estropeado la estructura cultural de la Transición.

–Pedro Sánchez está dispuesto a gobernar en 2017 de cualquier manera, a pesar de tener la posibilidad de hacer un Gobierno de concentración para una situación de emergencia como fueron los años de 2015 y 2016.

El PP le había ganado contundentemente las elecciones. El PP estaba dispuesto a pactar con el PSOE, y si el PSOE estuviera dispuesto a pactar con el PP, no habría ningún cambio cultural. Estamos otra vez en la Transición. Cuando digo pactar, digo pactar los temas importantes; si yo necesito en un momento determinado reformar la Constitución, en vez de pactar con 18 partidos, la pacto con el PP y estoy en la Transición.

Xosé Luís Barreiro Rivas es Profesor de Ciencia Política en la Universidad de Santiago de Compostela y autor de A propósito de FeijóoSandra Alonso

El orden de la Transición

En cambio, Pedro Sánchez decidió romper con estas condiciones básicas para gobernar.

–Una de las condiciones que se rompen es la de que gobierne el que ha ganado las elecciones con el apoyo, para los temas importantes, del otro gran partido. Pedro Sánchez se ha metido en manos de una coalición con la que le es imposible mantener el orden de la Transición. Sánchez siempre está pensando que, si yo ganase mucho, mandaría a todos estos al cuerno. Pero la evidencia es que no sólo no gana, sino que está perdiendo.

¿Cómo definiría el tipo de liderazgo que encarna Feijóo?

–Se demuestra, en primer lugar, por su capacidad. Ha tocado todos los balones. Ha subido la escalera peldaño a peldaño, hasta el último. No se ha saltado ninguno.

Basándose en esto, en dónde estaba y en todo lo que había hecho, en un momento determinado, el Partido Popular, sumido en una grave crisis, cree que solo él lo puede sacar adelante. Su autoridad moral le da la autoridad real; es un señor al que le aclaman. Insiste en que organicen un congreso porque si no, lo meterían por aclamación.

Este es el liderazgo clásico.

–Así es. Desde esta perspectiva, yo creo que el liderazgo de Feijóo implica efectivamente una cierta recuperación del liderazgo clásico. Cuando llega Sánchez a su jugada de la moción de censura, su partido y una parte importante de su electorado están en contra. Y él gana porque es el más pillo, no porque sea el más líder.

En cambio, Feijóo estaba sentado en la tierra de Finisterre y alguien dice: «¿Quién puede sacarnos de ésta?» Y al unísono responden: «O Feijóo o nadie». Este creo que es fundamentalmente el liderazgo clásico mezclado con el liderazgo moderno, que significa gestionar un partido y gestionar un poder.

Usted señala que el pragmatismo es una de las características de Feijóo.

–El pragmatismo quiere ir en contra de la manía que tenemos ahora de ideologizarlo todo. Por ejemplo, cuando vas a decidir cómo renovamos el Consejo General del Poder Judicial, tienes que plantear negociaciones que no tengan topes ideológicos artificiales; es decir, que con un cierto pragmatismo las pueda resolver. Para ir en contra de la Ley Trans no necesitas criterio ideológico. Te basta la racionalidad pura de cómo puede funcionar la sociedad.

–Comenta que a Feijóo, cuando le preguntan qué es gobernar, suele dar una respuesta: resolver los problemas a la gente.

–Yo creo que esta visión está ahora muy metida en el ADN del PP, pero la evidencia de lo que está sucediendo es que el discurso demagógico o populista cala de manera extraordinaria.

La evidencia de lo que está sucediendo es que el discurso demagógico o populista cala de manera extraordinaria

Por ejemplo, el tema del Poder Judicial. Es evidente que los dos tienen la misma culpa. Pero la culpa la lleva toda el Partido Popular, porque el PSOE ha manejado el discurso de que el PP no cumple la Constitución.

No es el único ejemplo de discurso demagógico.

–Sánchez puede aliarse con toda la izquierda, pero Feijóo no se puede aliar con nadie, salvo con Ciudadanos, que ya no existe, porque todo lo demás le contamina. A Sánchez no le contamina nadie, pero a Feijóo sí le contaminaría.

Quizás no le impida ganar las elecciones, pero el desgaste del momento es muy grande. El PSOE tiene un discurso, desde mi punto de vista, falso y populista, pero el PP solo habla constantemente de que tienen los pies en el suelo y de su mensaje en contra del independentismo.

–¿Qué solución plantea usted ?

–Si tienes que gobernar con Vox, primero tienes que demostrar que no es una coalición incoherente, porque evidentemente no estamos de acuerdo en todo, pero no vamos al revés. Segundo, es una coalición que yo dominaría.

¿Como?

–Por Andalucía. Quien salió perjudicado del acuerdo en Andalucía fue Vox, y quien salió beneficiado fue el PP. Mucho electorado que creía necesario a Vox para pelear contra Sánchez, ahora entiende que lo que hay que hacer es ganarle con Feijóo. Se puede dominar una coalición con Vox.