Encuentran asesinada a Milena, la joven de 20 años desaparecida en Madrid

A Milena se la tragó la tierra el pasado martes 23 de noviembre. El primero en saber que algo malo sucedía fue F., su novio. Se habían conocido sólo seis meses antes, pero el chico nunca había sentido algo igual por una mujer: la amaba con locura. Cuando el martes, a eso de las cinco de la tarde, no le cogió el teléfono, F. intuyó que algo había pasado. Lo sentía en su interior.

Milena y él vivían juntos desde el pasado verano. La joven de 20 años había abandonado la casa de su madre, con la que hasta entonces convivía. Por la razón que fuera, madre e hija se dejaron de hablar: alguna decisión inadecuada de la joven les había alejado. Quizá por eso ella se enteró por televisión de que Milena había desaparecido. La Policía no le avisó de nada. La noticia le cayó como un puñetazo en plena cara.

Mientras, F. había acudido a la comisaria de Alcalá de Henares a presentar denuncia: «Ha desaparecido mi novia, se llama Milena, tiene 20 años, pesa entre 45 y 50 kilos. Es delgada, de piel muy blanca, pelirroja de pelo y ojos castaños». Así la describió cuando los agentes le fueron haciendo preguntas. «Hoy se ha ido a trabajar, luego había quedado sobre las diez de la mañana con un amigo especial al que llamaba Fofi. Salía del trabajo sobre las cinco de la tarde. Le he escrito a esa hora por WhatsApp, pero no ha respondido. La he empezado a llamar, pero tampoco ha contestado».

Con amigas en la Puerta del Sol

A las siete de la tarde, Milena había quedado con unas amigas en la Puerta del Sol. «Se iban a ir de compras, pero tampoco acudió a la cita. La esperaron dos, pero no apareció. Desde que la conozco nunca se había comportado así», explicó nervioso. Todo este fin de semana se ha dejado los dedos colgando carteles de ella en la Puerta del Sol y enseñando su foto para saber si alguien la había visto, pero todo el mundo negaba con la cabeza.

Lo rocambolesco de la historia es que el pasado sábado una amiga del fallecido lo encontró muerto después de que cundiese la alarma porque había mandado unos mensajes muy funestos. Esta mujer se presentó en el domicilio y halló al presunto asesino colgado en la habitación principal. El hombre, de 54 años, se había ahorcado con su propio cinturón.

La mujer avisó inmediatamente a la policía y a los servicios sanitarios. En la casa vieron una puerta cerrada con un candado, pero a nadie se le ocurrió mirar en el interior. Dentro estaba Milena, muerta. Sin embargo, nadie abrió esa puerta. Ha sido a través de las pesquisas policiales que los agentes de Grupo Sexto de homicidios han dado con el domicilio del sospechoso. Al presentarse allí se han enterado de que la persona con la que iban a hablar estaba muerta. Con la experiencia que tienen a sus espaldas han sospechado de que algo raro ocurría. Al registrar la casa han visto el candado y la habitación. Han reventado el cierre y han localizado a la joven.