44º Aniversario
Los momentos clave en los que Don Juan Carlos y Felipe VI han defendido la Constitución
La Carta Magna ha tenido durante estas más de cuatro décadas a ambos Monarcas como sus más firmes baluartes
Se cumplen 44 años de la Constitución Española. Tras ser aprobada por las Cortes, la Carta Magna era ratificada por el pueblo español el 6 de diciembre de 1978, y con ello se abría en España una etapa de democracia y de prosperidad con la progresiva incorporación del país a las instituciones europeas e internacionales. Durante estas más de cuatro décadas, todo ello ha ido alentado por la Monarquía, y el texto constitucional y lo que de él emana ha tenido, primero en el Rey Juan Carlos y, más tarde, en su hijo, el Rey Felipe VI, dos firmes baluartes.
Tres años después de ser proclamado Rey de España, Don Juan Carlos cedió todos los poderes que se le otorgaron al pueblo español, comprometiéndose a acatar y servir la Constitución, una voluntad que así transmitió en el acto solemne de sanción de la Carta Magna. Entonces, la describió como una ley que «constituye el marco jurídico de nuestra vida en común». «Si hemos acertado en lo principal y en lo decisivo, no debemos consentir que diferencias de matiz o inconvenientes momentáneos debiliten nuestra firme confianza en España y en la capacidad de los españoles para profundizar en los surcos de la libertad y recoger una abundante cosecha de justicia y de bienestar», expresó el Monarca en su discurso animando a defender aquello que une a los españoles.
La primera prueba a la que se sometería la democracia llegaría unos años después. El 23 de febrero de 1981, un grupo de guardias civiles coordinados por el teniente coronel Antonio Tejero irrumpió en el Congreso con arma en mano mientras se celebraba la votación de investidura del sucesor de Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo. No obstante, todo quedó en un intento fallido de golpe de Estado.
A la 1:15 de la madrugada del 24 de febrero de 1981, Televisión Española emitía un mensaje del Rey Juan Carlos, y ante unas circunstancias que habían dejado por un momento a España en vilo, el Monarca trasladó un contundente mensaje: «La Corona, símbolo de la permanencia y unidad de la Patria, no puede tolerar en forma alguna acciones o actitudes de personas que pretendan interrumpir por la fuerza el proceso democrático que la Constitución votada por el pueblo español determinó en su día a través de referéndum». Tras pedir «serenidad y confianza», comunicó haber dado orden para que se tomaran las medidas oportunas «para mantener el orden constitucional dentro de la legalidad vigente».
Solo unas semanas antes, el 4 de febrero, Don Juan Carlos y la Reina Sofía se desplazaban hasta el País Vasco en la que era su primera visita oficial a la región desde su proclamación. Cuando el Rey se disponía a pronunciar un discurso en la Casa de Juntas de Guernica, un grupo de miembros de Herri Batasuna interrumpieron su intervención cantando el Eusko Gudariak –canción común entre el nacionalismo vasco–, con el puño en alto.
El Rey respondió ante este incidente proclamando: «Frente a quienes practican la intolerancia, desprecian la convivencia, no respetan las instituciones ni las normas elementales de una ordenada libertad de expresión, yo quiero proclamar, una vez más, mi fe en la democracia y mi confianza en el pueblo vasco».
Durante su reinado, los atentados perpetrados por la banda terrorista ETA fueron constantes. Y en todo momento la Corona ha mostrado su apoyo y su cercanía con las víctimas, y ha manifestado su defensa de la democracia y de la libertad de los españoles, que emanan de la Constitución. Así lo han hecho también a la hora de transmitir firmeza en la lucha contra el terrorismo en general, como en su mensaje tras los atentados del 11 de marzo de 2004, en el que Don Juan Carlos apeló a la «unidad, firmeza y serenidad» por encima de diferencias «en torno a la más firme voluntad de convivencia pacífica y democrática, que garantiza nuestra Constitución, expresión soberana del pueblo español».
En junio de 2014, el Rey Juan Carlos decidía abdicar en su hijo. Se iniciaba entonces «el reinado de un Rey constitucional» como el propio Felipe VI señaló en su discurso de proclamación. «Mi fidelidad a la Constitución ha sido permanente, como irrenunciable ha sido –y es– mi compromiso con los valores en los que descansa nuestra convivencia democrática», subrayó. Ratificaba así el compromiso que en 1986 con su mayoría de edad había alcanzado como legítimo heredero de su padre con la Carta Magna y con las funciones que en ella se le encomendaban.
La Constitución Española viviría un nuevo jaque años más tarde, en octubre de 2017, con el referéndum ilegal celebrado en Cataluña sobre su independencia. Ante el golpe de los separatistas y en medio de un contexto de fuertes disturbios en las ciudades catalanas, el Rey pronunció un discurso histórico en el que trasladó de nuevo su «firme compromiso» con la Constitución, con la democracia y con la unidad nacional.
Felipe VI Recalcó así que sin el respeto a la ley «no hay convivencia democrática posible en paz y libertad» y, ante una situación «de extrema gravedad», llamó a los poderes del Estado a «asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento del Estado». Y lanzó un mensaje de apoyo a los catalanes y al resto de españoles que asistían con preocupación a lo ocurrido: «A quienes así lo sienten, les digo que no están solos, ni lo estarán; que tienen todo el apoyo y la solidaridad del resto de los españoles, y la garantía absoluta de nuestro Estado de Derecho en la defensa de su libertad y de sus derechos».
Será a finales de 2023, año en que la Princesa Leonor cumplirá la mayoría de edad, cuando previsiblemente la heredera al trono jure la Constitución al igual que hizo su padre, como así queda recogido en el artículo 61.2 de la Carta Magna.