Tribunal Constitucional
Conde-Pumpido a Trevijano: «Conviene posponer el Pleno»
Un escrito de los cinco magistrados progresistas del TC obligaba a su presidente a posponer el Pleno de ayer, bajo la amenaza de boicot al debate y la posterior votación del recurso de amparo del PP
Eran las nueve de una fría y lluviosa mañana de diciembre cuando, uno a uno, empezaban a llegar los magistrados a la sede del Tribunal Constitucional, en la madrileña calle de Domenico Scarlatti. Periodistas y reporteros de varios medios de comunicación se arremolinaban en la entrada principal del edificio, enfundados en gruesas prendas de abrigo. España entera contenía la respiración a la espera de conocer la decisión de un grupo de hombres y mujeres llamados a poner freno a los planes del Gobierno para controlar, vía exprés, y a través de dos enmiendas con «aroma de inconstitucionalidad» una de las más altas instituciones del Estado, la suya, la Corte de Garantías.
Los primeros en hacer acto de presencia eran los seis miembros del bloque conservador que se habían dado cita una hora antes de la oficialmente fijada para el Pleno extraordinario acordado por el presidente, Pedro González-Trevijano, con la intención de fijar una postura común sobre la admisión del recurso y las medidas cautelarísimas instadas por el Partido Popular para que el Congreso, reunido ya por entonces en la Carrera de San Jerónimo, no llegase a votar los polémicos textos.
No las tenían todas consigo sobre si sus otros cinco compañeros acudirían a la cita o si, por el contrario, tratarían de boicotear un cónclave que necesita, como mínimo, de la presencia de ocho miembros para quedar legalmente constituido. Pero, allí estaban puntuales a las 10.00, la hora convenida, y encabezados por el magistrado Cándido Conde-Pumpido quien, erigido las veces como portavoz del grupo, anunciaba sin rodeos a González-Trevijano: «Conviene posponer el Pleno». La forma fue correctísima y el fondo, inequívoco.
Se cumplían, en parte, las sospechas de quienes sí estaban dispuestos a debatir y deliberar, en términos jurídicos, sobre un amparo cuya «urgencia» precipitó, precisamente, la convocatoria del encuentro. Que la jornada sería tensa y convulsa era la única certeza palpable de un jueves planteado en doble clave: parlamentaria y judicial. Y así las cosas el presidente del TC, de nuevo de acuerdo con el vicepresidente, decidía retrasar dos horas el inicio de la deliberación mientras en los pasillos del Congreso, los socialistas en sus off the record fanfarroneaban sobre cómo el Constitucional «no se iba a atrever» a hacer nada.
Y no se atrevió, al menos no ayer jueves, consciente de que tras el registro de dos nuevos escritos del PSOE y de Podemos –solicitando personarse en el recurso de amparo promovido por el PP para frenar la aprobación parlamentaria de las dos enmiendas con las que Pedro Sánchez aspira a controlarlos– los progresistas tenían la excusa perfecta para exigir a González-Trevijano una prórroga más amplia.
La maniobra no pasaba ya por ganar tiempo para que el Congreso, sin traba judicial que se lo impidiese, pudiese aprobar las dos polémicas enmiendas 61 y 62 del Gobierno que rebajarán las mayorías reforzadas necesarias para que el Poder Judicial –que se reunirá finalmente el día 20 de este mes– elija a los dos candidatos que han de incorporarse al propio Constitucional, caducado en un tercio desde el pasado mes de junio. Los progresistas endurecían entonces el tono e insistían a las 12.00 en la «complejidad» y «relevancia» de un pronunciamiento que alterará irremediablemente, y pase lo que pase, el futuro del Poder Judicial en España, para instar al Constitucional a posponer hasta el próximo lunes día 19 su decisión sobre la reforma legal del Gobierno que, vía enmiendas, trata de hacerse con el control de la Corte.
A la presión de Cándido Conde-Pumpido, el candidato de la Moncloa a presidir un futuro y eventual órgano afín, María Luisa Balaguer, Ramón Sáez, Inmaculada Montalbán y Juan Antonio Xiol para dilatar cualquier resolución ante la «imposibilidad» de un «estudio completo del asunto, a la vista del volumen de la documentación aportada, de la complejidad de la cuestión que plantea el recurso y de su relevancia», se le sumaba ya entonces la amenaza de expresa de que él y los suyos se ausentarían «de la deliberación» y la posterior «votación» dinamitando, así, el cónclave. Y su advertencia quedaba reflejada por escrito.
No en vano, se habían pasado «toda la mañana maquinando» cómo «desvirtuar» y «debilitar» la posición del Pleno «correctamente convocado en fondo y forma» , se lamentaban con impotencia fuentes próximas a la Corte. Conde-Pumpido no podía fracasar por segunda vez, tras el revés de hace apenas una semana, en su propio intento por acelerar al máximo el control de Pedro Sánchez al Constitucional y, con él, su llegada al máximo cargo del Tribunal.