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El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, este jueves, en MéxicoEFE

Populismo indigenista

López Obrador critica al Rey Felipe y a España solo un día después de la visita de Albares y Maroto

El presidente mexicano, de orígenes españoles, insiste en que España «pida perdón por la conquista» apenas 24 horas después de celebrarse en Ciudad de México una cumbre bilateral publicitada como «el relanzamiento de las relaciones» entre ambos países

El presidente de México, el izquierdista Manuel López Obrador, ha vuelto a cargar contra España. Algo que no sería noticia si no fuese porque hasta ayer mismo en el país hispanoamericano se celebró la Comisión Binacional México-España, con la participación del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y de la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, quienes habían vendido el encuentro como un «relanzamiento de las relaciones bilaterales» entre ambos países.

Nada más lejos de la realidad, al menos de cara a la galería. Esa que desde México expone que España debe «pedir perdón por la conquista». Esa misma que liberó a los pueblos indígenas del yugo de los aztecas de la mano de Hernán Cortés, «La Malinche» y un puñado de esas naciones precolombinas que estaban hartas de que se los devorasen.

López Obrador –cuyos orígenes españoles remiten a Cantabria–, volvió a hacer gala de su habitual populismo indigenista, tan en boga en buena parte de Hispanoamérica, y señaló este viernes que «continúa la pausa» en las relaciones con España pues consideró que España no respeta a México, al no responder a sus reclamos.

«Continúa la pausa porque no hay, de parte de ellos, una actitud de respeto. Envié una carta respetuosa al Jefe del Estado, al Rey de España, y ni siquiera tuvo la atención de contestarme», aseguró el mandatario durante su rueda de prensa matutina desde el Palacio Nacional, según recoge Efe. «No les vamos a pedir que devuelvan todo lo que se llevaron, nada más que reconozcan los abusos, las masacres, que se reprimió a los pueblos originarios y que nosotros después de la independencia también cometimos esos excesos», añadió el dirigente

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y el canciller mexicano, Marcelo EbrardEFE

En un comunicado difundido la noche del viernes por el Ministerio que encabeza Albares, «el Gobierno de España rechaza tajantemente las declaraciones del presidente de los Estados Unidos Mexicanos sobre Su Majestad el Rey, empresas españolas y sectores políticos de España». «Dichas declaraciones resultan incomprensibles tras una exitosa Comisión Binacional que tantos resultados concretos ha ofrecido», considera Exteriores.

Según el comunicado, «España favorecerá siempre el estrechamiento de los lazos fraternos, humanos, culturales, económicos y educativos entre nuestros dos países hermanos». El día antes, desde la Moncloa se había anunciado el acuerdo entre ambos países «en el ámbito comercial, financiero, turístico, transporte, movilidad, agenda urbana, telecomunicaciones y agenda digital, así como agricultura y alimentación», según otro comunicado.

Dos pueblos que son «hermanos» por su historia común, fruto del mestizaje, si bien la posición de López Obrador es la de vender que México deriva solamente de las culturas prehispánicas y no del Virreinato de Nueva España, que englobaba territorios que tras la independencia México perdió en favor de Estados Unidos.

Críticas a las empresas españolas

El presidente mexicano también pidió que las empresas españolas «no vengan a promover y a fomentar la corrupción en México» y que «respeten la dignidad del pueblo y la nación mexicana».

Reyes Maroto atendiendo a la prensa, el jueves, en Ciudad de MéxicoEFE

Unas palabras que sorprenden, ya que, según los datos del Departamento que lidera Maroto, España es el segundo inversor a nivel mundial en México, con 80.000 millones de dólares invertidos desde 1999 y aproximadamente 7.000 empresas de capital español operando en el país.

Los españoles, «bienvenidos»

En su discurso, López Obrador precisó que estas diferencias no suponían una «ruptura» con España, sino tan solo «una pausa» –se entiende que hasta que Felipe VI y el Gobierno que lidera Pedro Sánchez pidan perdón por los supuestos errores cometidos desde hace medio milenio y hasta la independencia, a comienzos del siglo XIX– y matizó que los españoles sí «son bienvenidos», en un país donde el peso del sector turístico supone más del 7 % del Producto Interior bruto.

«Para los españoles, México es su casa. No se le impide a ninguna empresa española que venga a hacer negocios lícitos a México, lo que no queremos es que nos vean como tierra de conquista. Lo que no queremos es que nos quieran dar trato de país colonial. Eso es todo», señaló el dirigente del partido Morena (Movimiento Regeneración Nacional).

Reiteró además, según publica Efe, que el pueblo español «es extraordinario, de primera» y aseguró que los movimientos democráticos de España, progresistas, «son gentes excepcionales, muy inteligentes, muy solidarios».