Balance del año
Sánchez trata de esconder el referéndum bajo una alfombra de 10.000 millones en ayudas
El presidente afirma que todo lo que está haciendo en Cataluña es por el bien de la convivencia. Y que el que está incumpliendo la Constitución hoy no es independentismo, sino el PP
Pedro Sánchez se reservaba 10.000 millones de euros para su comparecencia de fin de año, pero ni esa cantidad ha sido suficiente para acallar los ecos de la comparecencia de Pere Aragonès, que horas antes fechó 2023 como el año del ho tornarem a fer (lo volveremos a hacer).
El referéndum en Cataluña ha sobrevolado toda la intervención del presidente del Gobierno, máxime después de que el Senado aprobara el pasado jueves, definitivamente, la derogación de la sedición y la rebaja de la malversación, como quería ERC.
Sánchez ha justificado repetidamente que todo lo que hace lo hace en pro de la convivencia en Cataluña, para no volver al año 2017. «La labor de los políticos es apostar por la convivencia», ha insistido. Ante un problema que, según ha afirmado, «heredé, no provoqué, del PP y de los independentistas».
No es que haya colocado a ambos, el PP y los independentistas, al mismo nivel, sino que ha sostenido que el problema de España es hoy el principal partido de la oposición, no el secesionismo. Según Sánchez, «son otros, el PP, el que incumple la Constitución hoy». Aunque en este punto ha obviado la sentencia del 25 % del castellano en las aulas, incumplida sistemáticamente por la Generalitat de Cataluña.
El presidente ha restado toda importancia al hecho de que Oriol Junqueras y Pere Aragonès vuelvan a agitar el referéndum de autodeterminación. Porque, según él, ha «perdido la cuenta» de las veces que lo han pedido estos años, pero lo importante es que durante su mandato no han celebrado un referéndum.
La malversación, su lastre
La rebaja de la malversación ha sido el otro gran elefante en la habitación que Sánchez ha intentado obviar sin ningún éxito. Las preguntas de la prensa han ido por ahí, por lo que pasará si esta reforma del Código Penal acaba teniendo efectos perversos similares a los de la ley del ‘solo sí es sí’.
El líder del Ejecutivo ha negado que ese escenario vaya a producirse, puesto que la reforma lleva incluida una disposición transitoria «para que no haya revisiones a la baja».
En cualquier caso, en ningún momento ha hablado de la malversación como una concesión a ERC -que es lo que ha sido-, sino como una «homologación» con las «principales democracias europeas». «No se destipifica», ha remachado. Y se ha felicitado de que, actualmente, la corrupción sea el problema número 18 para los españoles, cuando hace años ocupaba las primeras posiciones.
A pesar de las últimas concesiones al independentismo, que ya está pidiendo más, Sánchez ha garantizado que nunca cruzará la puerta de un referéndum porque «no cabe ni en ésta ni en ninguna Constitución».
Durante su comparecencia de fin de año, el presidente ha sacado pecho por el «éxito» de la excepción ibérica y su repercusión directa en la bajada del precio de la energía en España. También, del «escudo social» que el Gobierno ha ido desplegando desde marzo.
«Hemos avanzado con un vendaval en contra, imagínense cuando tengamos el viento a favor», ha señalado. Tampoco ha desaprovechado la ocasión de referirse a su próxima Presidencia de turno de la UE, en el segundo semestre de 2023, como una gran oportunidad para todo el país.
A Sánchez le han preguntado, casi al final de su comparecencia, si considera que tiene un «problema de credibilidad» después de tantos giros de guion. El presidente ha respondido con evasivas, destacando el tiempo «tan inédito» que vivimos. Y volviendo al PP: «Que no cumpla la Constitución es un problema», ha remarcado.