La Pirámide de los Italianos llega al Senado transalpino: un miembro del Gobierno de Meloni insta a protegerla

La pugna política por la Pirámide de los Italianos ha traspasado nuestras fronteras y ha llegado hasta Italia a través de una pregunta parlamentaria en la que un senador del partido de la primera ministra del país transalpino, Giorgia Meloni, instó al Gobierno a protegerla frente a la Ley de Memoria Democrática de Pedro Sánchez.

Roberto Menia, vicepresidente de la tercera comisión permanente, la de Asuntos Exteriores y Defensa, registró la pregunta el pasado 14 de febrero en la Cámara Alta italiana dirigiéndose a los ministros de Cultura y Defensa de aquel país, preocupado por el futuro del mausoleo.

Menia, para quien la pirámide es «un objeto de valor arquitectónico» que expresa «las concepciones artísticas de la época», hizo referencia a las informaciones publicadas en los medios de comunicación españoles a raíz de la intención del Ejecutivo de Sánchez de incluir esta construcción en un catálogo de «símbolos franquistas», lo que podría conducir a su derribo.

Ante esta posibilidad, el Ejecutivo regional castellanoleonés –la pirámide se encuentra en la provincia de Burgos, en su límite con Cantabria– incoó el expediente necesario para su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), lo que, de facto, ya protege, al menos por ahora, a este mausoleo construido en 1939, al término de la Guerra Civil.

Desde el PSOE de Castilla y León ya han advertido de que si finalmente la pirámide se convierte en BIC, como pretende la consejería de Cultura, liderada por Gonzalo Santonja (Vox), el partido acudirá a la Justicia para tratar de que se revoque la decisión.

La pirámide, única construcción de este tipo que hay en España, albergó hasta los años 70 del siglo XX los cadáveres de 384 voluntarios italianos que combatieron junto al bando nacional. Desde entonces, el edificio permanece en un estado de abandono, lo cual no impide que sea uno de los mayores atractivos turísticos del lugar, por lo que los vecinos y las autoridades de la zona se oponen a su derribo.

La destrucción o vandalismo de testimonios del pasado es peligrosaRoberto MeniaSenador de Fratelli d'Italia

Para Menia, «la destrucción o vandalismo de testimonios del pasado es peligrosa, expresa una actitud radicalizada, lamentablemente ya observada con consternación en otras partes del mundo, que de aplicarse en la práctica provocaría la destrucción de gran parte del patrimonio artístico y arquitectónico de la humanidad».

Según el senador de Hermanos de Italia, de llevarse a cabo su demolición, ésta sería «una actitud destructiva de aniquilamiento muy ajena a la cultura europea y que no encuentra cabida en la conciencia civil y en la pertenencia común a la Unión Europea».

Por todo ello, el senador del partido de Meloni pidió saber si los ministros aludidos son conscientes de la situación de la Pirámide «y si en su caso pretenden intermediar, cada uno por sus competencias, con el Gobierno español para impedir el derribo».

Y es que, a su juicio, la Pirámide de los Italianos es «una obra que, aunque ya no contenga restos de italianos, representa un monumento de testimonio fúnebre y religioso, que merece el respeto humano independientemente de las connotaciones políticas o nacionales de los caídos a quienes fue dedicada».

Asimismo, en su escrito, llamó a averiguar si el Estado italiano es el verdadero dueño del inmueble, ya que el alcalde del Valle de Valdebezana, en cuyo término municipal se encuentra la construcción, afirmaba hace unos días que los datos catastrales no aclaraban del todo esta cuestión.

Por último, Menia preguntó «si se han tomado iniciativas para solicitar información destinada a su protección, independientemente de la propiedad de la misma». En este sentido, fuentes del Gobierno señalaron a Efe hace unos días que tendría que ser el titular de la pirámide quien la reinterprete o la derribe.

El pasado viernes, el laboratorio de ideas de Vox, Fundación Disenso, avisó de que «el derribo del mausoleo podía ser visto como un acto deliberado de odio contra el pueblo italiano». Por ahora, nadie se ha referido en estos términos en el país transalpino, si bien los planes del Ejecutivo de Sánchez ya están empezando a levantar ampollas allende nuestras fronteras.