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Santiago Abascal y otros diputados de Vox registrando la moción de censura

Santiago Abascal y otros diputados de Vox registrando la moción de censuraEFE

Feijóo, en el medio

El PSOE usa la moción de censura de Vox para intentar taponar su fuga de votos al PP

En las últimas 48 horas, una docena de ministros del ala socialista ha cargado contra la indefinición de Feijóo por abstenerse, en una coreografía gubernamental perfectamente diseñada

«A veces abstenerse tampoco es tan grave». La frase no es de Alberto Núñez Feijóo ni de ningún otro miembro de la dirección nacional del PP. Su autor es el exministro José Luis Ábalos, quien la pronunció un lejano 14 de junio de 2017.

Ese día se produjo en el Congreso el debate de la moción de censura que Pablo Iglesias presentó contra Mariano Rajoy, y en la que Pedro Sánchez decidió abstenerse. Como este último no era diputado porque había renunciado a su escaño con anterioridad, le tocó defender la postura del grupo parlamentario socialista a Ábalos.

«Quítenos la responsabilidad de que por el hecho de que nos abstengamos el señor Rajoy siga, porque no es verdad», le pidió el socialista a Iglesias, convertido ese día en candidato a la Presidencia del Gobierno.

Aquel PSOE que entonces defendía que abstenerse en una moción de censura ajena era una opción legítima, ahora le niega ese derecho al PP, que ya la semana pasada anunció el sentido de su voto. «El PP se abstiene ante un Gobierno que pudiera estar eventualmente dirigido por un partido de ultraderecha. Feijóo ha terminado adelantando a Casado por la derecha. Al menos el señor Casado tuvo la dignidad de votar ‘no’. Feijóo se muestra equidistante», sostuvo este lunes desde Ferraz la vicesecretaria general del PSOE y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

Al menos el señor Casado tuvo la dignidad de votar ‘no’. Feijóo se muestra equidistanteMaría Jesús MonteroVicesecretaria general del PSOE y ministra de Hacienda

El PSOE ha visto en la indefinición del PP respecto a la moción de censura de Ramón Tamames una oportunidad para frenar la fuga de votos que se está produciendo a Feijóo, y que ha encendido todas las alertas en el cuartel general de los socialistas. El trasvase entre bloques, y no intrabloques, es siempre lo que más preocupa a los partidos, porque supone un perjuicio doble: lo que pierde Sánchez, lo gana Feijóo; lo que pierde el bloque de izquierdas, lo gana el de centro derecha.

Y hay que recordar que, según el último promedio de encuestas publicado por Electrocracia, el PP mantiene desde hace ya más de cinco meses una ventaja sobre el PSOE superior a los cinco puntos.

Los populares manejan sondeos según los cuales el 11 % de los votantes que en 2019 apoyó a Sánchez ahora manifiesta que votará a Feijóo. De ahí los constantes guiños del líder de los populares al electorado socialdemócrata. En una reciente entrevista en El Debate, Feijóo argumentó: «Si somos un partido de espectro ideológico concreto, de un 15 % o 12 % del voto (en alusión a Vox), seríamos mucho más limitativos sobre nuestras propuestas. Pero cuando queremos ser un partido del 40 % de voto es evidente que el 40 % de los españoles no piensa exactamente igual sobre todo».

Sea cual sea la proporción de trasvasados, para el PSOE es prioritario que se detenga. Y los estrategas socialistas consideran que ésa es la gran oportunidad de esta moción de censura; a cuyo debate, aún sin fecha, Feijóo ni siquiera tiene previsto acudir.

María Jesús Montero, este lunes en Ferraz

María Jesús Montero, este lunes en FerrazEFE

En las últimas 48 horas, hasta una docena de ministros del ala socialista han dado entrevistas, mítines y declaraciones para apuntalar la idea de que ésta no es solo una moción de censura de Vox, sino también del PP. El argumentario que los habían preparado contenía una frase que varios de ellos repitieron, completamente sincronizados: «El PP tira la piedra y esconde la mano». La utilizaron Pilar Alegría, Fernando Grande-Marlaska, María Jesús Montero y hasta la titular de Ciencia, Diana Morant, siguió el guion a pies juntillas.

También hablaron las vicepresidentas Nadia Calviño y Teresa Ribera y los ministros Luis Planas, Félix Bolaños, Miquel Iceta, Margarita Robles, José Manuel Albares y Carolina Darias, en una coreografía gubernamental perfectamente diseñada. «Detrás de esta moción de censura está Vox, pero está el PP, y los contactos que han tenido el señor Feijóo y el señor Abascal», resumió el ministro de Agricultura.

«O Sánchez o el profesor Tamames»

La abstención de los populares no gusta a los socialistas, pero tampoco a Vox. Después de registrarla este lunes en el Congreso, su líder, Santiago Abascal, instó a Feijóo a elegir: «O Sánchez o el profesor Tamames». A lo que respondió el portavoz de campaña del PP, Borja Sémper: «Tiene que haber otro Gobierno, pero no con estos mimbres».

Los socialistas afirman que se toman muy en serio la segunda moción de censura de la legislatura. No van a ridiculizar al profesor Ramón Tamames, anuncian, ni a entrar en confrontación con él.

Las demás formaciones aún tienen que definirse. ERC está intentando pactar con el resto de partidos no intervenir en el debate, pero su iniciativa tiene pocos visos de salir adelante. «Para que tenga sentido tendría que ser consensuada entre todas las formaciones. Si no es así, participaremos y haremos escuchar nuestra voz», señaló la portavoz de los republicanos, Marta Vilalta.

La fecha del debate deberá ser fijada por la Mesa del Congreso una vez que la califique (lo que no ocurrirá hasta el martes 7 de marzo), como ha venido contando este periódico. Por descontado, cuando más convenga a Sánchez. El presidente del Gobierno tiene previsto viajar a la República Dominicana los días 24 y 25 de marzo para participar en la XXVIII Cumbre Iberoamericana. Será difícil que la moción de censura se debate antes de ese viaje, a pesar de que Vox ha pedido celeridad.

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