Flor de dos días
Sánchez vuelve de golpe a su realidad: la alegría por la moción dura un suspiro en la Moncloa
En el Gobierno querían estirar los ecos del debate, pero el rebrote del caso Mediador, con el relevo de la directora de la Guardia Civil, ha cortocircuitado el plan
Patxi López tuvo mal ojo en su primera intervención en el debate de la moción de censura. El portavoz del PSOE en el Congreso se indignó porque Cuca Gamarra había recriminado a los socialistas que taparan la corrupción de su partido, a propósito del caso Mediador. Acto seguido, contraatacó recordando a los populares el caso Kitchen, la alcaldesa de Marbella y la foto de Alberto Núñez Feijóo con el narco Marcial Dorado, de 1995.
Pero eligió mal día. El debate siguió, llegó la votación, los diputados votaron. Y, solo una hora y diez minutos después, saltó la noticia del cese de la directora de la Guardia Civil, disfrazado de dimisión. María Gámez estaba acorralada por el caso de los cuarteles –una derivada de la trama canaria– y por la imputación de su marido en una de las piezas separadas de la eterna causa de los ERE, decidida este miércoles por un juez instructor de Sevilla.
A esa misma hora, Gámez ya tenía sustituta: la delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Mercedes González. Pareciera como si en las altas esferas del Ministerio del Interior hubieran estado esperando la imputación formal de Juan Carlos Martínez para consumar el relevo.
Apagados los focos
El cese de la directora de la Guardia Civil devolvió al Gobierno a su realidad, apagados los focos de la moción de censura de Vox. La realidad de los problemas en la coalición y con sus socios parlamentarios, el caso Mediador, la inflación de los alimentos, las turbulencias económicas, el desgaste de la imagen del líder del Ejecutivo y los más de cinco puntos de ventaja que le saca Feijóo en las encuestas.
Y lo hizo antes de lo que a Pedro Sánchez y su equipo les habría gustado, porque en la Moncloa confiaban en poder estirar el chicle de la moción un poco más. «Ahora las noticias se amortizan a las 12 horas. Así que cualquier ocasión que nos permita hablar de la acción del Gobierno es buena para el Gobierno», argumentaron desde el entorno de Sánchez. «La moción ha salido mejor de lo esperado. Esto es lo que hay enfrente», añadió de forma despectiva hacia Vox un ministro del ala socialista a modo de resumen.
De hecho, inicialmente el presidente valoró la posibilidad de acometer la obligada remodelación del Gobierno al término de la moción, antes de poner rumbo a Bruselas para participar en el Consejo Europeo y, desde allí, a Santo Domingo para asistir a la XXVIII Cumbre Iberoamericana. Pero en vista de que el presidente salió muy satisfecho del lance, prefirió no contraprogramarse a sí mismo este miércoles por la tarde.
Así las cosas, la opción más factible es que Sánchez acometa la minicrisis para relevar a Reyes Maroto y Carolina Darias a principios de la próxima semana, a su vuelta de la República Dominicana (prevista el lunes de madrugada) y antes de que, el martes, vuelva a viajar al extranjero. A China. Motivo por el cual la semana que viene no estará en las sesiones de control al Gobierno en el Senado y el Congreso, el martes y el miércoles, respectivamente.
La remodelación del Gobierno se espera para el inicio de la próxima semana
En esa remodelación, Sánchez no tocará a su ministra de Igualdad, que terminó la moción de censura más enfadada de lo que la empezó, carente de todo papel –ni ella ni Ione Belarra–. La tempestad entre Yolanda Díaz y Podemos no amaina, sino que arrecia, y el presidente va a seguir sufriendo sus efectos colaterales.
Más si cabe después de la moción de censura, dado el protagonismo que Sánchez cedió el martes a su socia de coalición. Una interpretación a dúo perfectamente diseñada que no gustó a Pablo Iglesias: «Si hubiera un contador que tomara nota de las veces que en la SER repiten las palabras 'tándem' y 'ticket' para elogiar la generosidad de Sánchez dándole voz a Díaz, estallaría. Rara vez funciona lo que a Prisa le gusta como complemento del PSOE. Timeo Danaos et dona ferentes (temo a los griegos incluso cuando traen regalos)», escribió el miércoles en Twitter.
Este miércoles, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo no intervino en el debate, pero antes de que arrancara la sesión pasó por los micrófonos de RNE. Allí reiteró que el Gobierno de coalición progresista es «la única opción de futuro en nuestro país». Y aprovechó para recordarle a Iglesias que ella fue «designada a dedo»… por él.
En Vox tampoco tienen prisa por que cesen los ecos de la moción. Todo lo contrario, puesto que consideran que la misión está cumplida. «Perder, no hemos perdido un voto. Y sin embargo sí hemos podido ganarlos entre un electorado más mayor al que hasta ahora le habían dicho que no podía votar a Vox», reflexionaron ayer desde la dirección del partido, al término de la votación. «Saldremos reforzados», añadieron.
Y, sin embargo, en el PP estaban deseosos de que acabara y pasar página. «Hoy ha terminado la moción de censura. Volvemos a la España real», zanjó la portavoz popular, Cuca Gamarra, en una conversación informal con los periodistas.