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Victoria Rosell, durante la concentración de la Comisión 8M el miércoles ante el Ministerio de JusticiaEuropa Press

España

Rosell se manifestó contra su propio Gobierno por la reforma de la ley del ´solo sí es sí´

La reforma de la ley del ´solo sí es sí´ ha salido adelante a pesar del enfrentamiento entre las feministas de los distintos partidos y de que no existe un arrepentimiento por parte de Podemos

Hoy jueves 20 de abril, se ha votado en el Congreso de los Diputados la reforma de la ley ´solo sí es sí´. La reforma impulsada por el PSOE ha contado con los votos favorables del PP, que ha acordado con los socialistas la inclusión en el texto de varias enmiendas. La modificación se ha votado con Pedro Sánchez ausente, y ha salido adelante a pesar de la negativa de Podemos. Pero el enfrentamiento del Gobierno ha quedado demostrado. Esto se hizo aún más patente ayer, cuando la delegada del Gobierno contra la violencia de género, Victoria Rosell (Unidas Podemos), se unió a la manifestación frente al Ministerio de Justicia con el objetivo de protestar por la reforma por considerar que borra la centralidad del consentimiento y «es un paso atrás».

«Sin consentimiento la ley es un cuento»

Bajo la proclama «Sin consentimiento la ley es un cuento» , un centenar de personas acudieron el miércoles a la concentración frente al Ministerio de Justicia. Los manifestantes se han aglutinado en torno a un manifiesto que lleva la firma de la Comisión 8M Movimiento Feminista de Madrid o la Asamblea de de Mujeres de Bizkaia, así como de varios juristas feministas como los catedráticos de Derecho Penal Patricia Lourenzo y Manuel Cancio, Juan Carlos Carbonell, Ana Pérez Cepeda o María Luisa Maqueda. El manifiesto ha sido firmado por más de 2.000 personas y 150 organizaciones que no querían que la reforma saliera adelante. Durante la manifestación se pudieron escuchar gritos como «No se negocian nuestros derechos», «Basta ya de justicia patriarcal» y «PSOE y PP, la misma mierda es».

Victoria Rosell (a la derecha) y Ángela RodríguezEFE

Uno de los rostros que hizo aparición y que más llamó la atención fue el de Victoria Rosell, la delegada del Gobierno contra la violencia de género, que también estuvo acompañada por otras caras conocidas de la política, como la candidata de Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Alejandra Jacinto, que se manifestaron porque «el consentimiento no se toca».

La violencia como agravante

La oleada de rebajas a las penas de los violadores, ha hecho que a todas luces fuera más que necesaria una reforma de la ley. Sin embargo, mientras que los socialistas apuestan por crear un subtipo agravado dentro del delito de agresión sexual para que las penas sean más elevadas si hay violencia o intimidación, los morados no querían dar su brazo a torcer por considerar que esto suponía un paso atrás. La rivalidad ha hecho que las manifestantes del miércoles, en la órbita de Podemos, cargaran contra el PSOE por impulsar una ley que vuelve a introducir la violencia como subtipo penal para elevar las condenas a los agresores sexuales.

En opinión de Unidas Podemos la mejor opción es que la violencia y la intimidación sean agravantes, algo que comparten otros partidos del bloque progresista como ERC y EH-Bildu. Otras circunstancias agravantes son la sumisión química, la agresión grupal, el parentesco, etc.

Irene Montero y Ione Belarra se abrazan al final del debate de la reforma de la ley del ´solo sí es sí´EFE

A pesar de que no existe un arrepentimiento por parte de Podemos, la reforma hoy ha salido adelante, rectificando la norma con los esfuerzos aunados del PSOE y el PP. Irene Montero se ha mostrado contrariada y ha manifestado «Hoy es el día más difícil que yo he vivido en este Parlamento. Esta ley costó muchos años de movilizaciones. La reacción a esta ley ha provocado una vuelta atrás de años».