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Irene Montero y Ione Belarra se abrazan al final del debate

Irene Montero y Ione Belarra se abrazan al final del debateEFE

Su ley se estrella

Irene Montero encaja a regañadientes la derrota pero cierra la puerta a su dimisión

La reforma de la ley del 'solo sí es sí' sale adelante con 233 votos a favor, 59 en contra y cuatro abstenciones. «Hoy nos quedamos en minoría, pero vamos a seguir trabajando», afirma la ministra de Igualdad

El culebrón de la ley del ‘solo sí es sí’ y de su reforma vivió este jueves su penúltimo capítulo en el Congreso, con Pedro Sánchez como gran ausente. «En el día en que se rectifica, su máximo responsable no está», lamentó la portavoz del PP, Cuca Gamarra. Porque el presidente puso distancia de por medio, los casi 600 kilómetros que separan la Carrera de San Jerónimo del Parque Nacional de Doñana.

Y un abismo respecto a Irene Montero, convertida en la viuda en el entierro de la que se suponía la norma estrella del Ministerio de Igualdad, por 233 votos a favor (los del PSOE, PP, Cs, PNV, CC, UPN y PDeCAT), 59 en contra y cuatro abstenciones. «Hoy es el día más difícil que yo he vivido en este Parlamento. Esta ley costó muchos años de movilizaciones. La reacción a esta ley ha provocado una vuelta atrás de años», denunció. Al tiempo que cargó contra el PSOE. «Siempre buscamos el acuerdo con ustedes, y lo saben. Cedimos por encima de nuestras posibilidades, y lo saben», añadió Montero. «Hoy nos quedamos en minoría, pero vamos a seguir trabajando», dijo a modo de epílogo, cerrando toda puerta a su dimisión.

Sí estuvo en la bancada azul del Gobierno la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que hasta el último momento amagó con ausentarse, poniendo como pretexto su viaje de vuelta de Washington. Su ausencia habría supuesto una escalada en su guerra con Podemos, acrecentada tras su entrevista al periodista Jordi Évole en La Sexta. Pero también una baza para los morados que Díaz no quiso darles.

El debate repitió el guion del que se produjo el 7 de marzo, cuando el pleno del Congreso votó la toma en consideración de la reforma redactada por el Ministerio de Justicia. La diputada de Unidas Podemos Lucía Muñoz recriminó a los socialistas que, desde diciembre, no se hayan movido un ápice de su postura, a pesar de las ofertas de pacto del Ministerio de Igualdad. «No han tenido voluntad negociadora, y solo se explica porque tienen la voluntad política de volver al esquema anterior», señaló.

Este jueves, como entonces, solo Bildu, el BNG, la CUP y ERC salieron en defensa de la ministra Montero. Y ni siquiera ellos pudieron ocultar el elefante en el hemiciclo: las revisiones van a continuar. «No van a parar, no se van a solucionar», afirmó la diputada de Esquerra Pilar Vallugera.

No hubo en el discurso de la diputada del PSOE Andrea Fernández ni una sola palabra de agradecimiento hacia el PP, el partido que con sus votos ha permitido que esta reforma salga adelante en contra de Unidas Podemos. Fernández se limitó a reconocer la «dedicación y el trabajo tranquilo» de dos diputadas populares, solo dos, María Jesús Moro y Marta González. Nada más. Por el contrario, cargó contra el PP en términos generales por tratar de sacar «rédito político» durante meses a los fallos de la norma.

La diputada del PSOE Andrea Fernández

La diputada del PSOE Andrea FernándezEFE

Tampoco hubo en boca de la socialista una sola palabra que hiciera pensar, ni por un momento, que el presidente del Gobierno va a promover algún cese en Igualdad, como volvieron a reclamar varios portavoces de la oposición: ni el de la ministra ni el de ninguna de sus colaboradoras. Si algo ha quedado claro en estos meses es que ese ministerio escapa de la jurisdicción de Sánchez.

Gamarra, por su parte, justificó que el voto favorable del PP -después de pactar varias enmiendas con el PSOE- no es un bote salvavidas al presidente, sino que los de Alberto Núñez Feijóo lo han hecho por responsabilidad. «El PP estamos dispuestos a servirles y orgullosos de decirles a las mujeres españolas que lo hemos hecho por ellas», señaló la portavoz popular.

«Responsabilidad» fue, precisamente, la palabra que enarboló la diputada socialista. «Hoy aquí tenemos el resultado de un buen trabajo (…). El PSOE no modifica ni una coma de la definición del consentimiento», insistió ésta.

Desde Vox, Carla Toscano cargó contra la forma de legislar del Gobierno en general y del Ministerio de Igualdad en particular: «Legislan a golpe de maldad y de ‘sujétame el debate’. Nos consideran a las mujeres incapaces y sin méritos», aseguró. El partido de Santiago Abascal decidió no participar en la votación.

Con la votación de este jueves, la reforma de la ley está lista para ser trasladada al Senado. Si allí es aprobada en los mismos términos, no tendrá que volver al Congreso, sino que directamente será publicada en el BOE y entrará en vigor.

La primera revisión de condena a la baja se produjo en el ya lejano 15 de noviembre (la ley había entrado en vigor el 7 de octubre). Y podrían llegar a 4.000, según la estimación que los jueces hicieron a las integrantes de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad del Parlamento Europeo, que a finales de febrero visitó España para interesarse por la materia.

Allí les hablaron de cuatro o cinco años de efectos no deseados. Porque, como la propia ministra de Justicia reconoció hace tres meses, la reforma no evitará que siga habiendo revisiones a la baja de casos ya juzgados. De hecho, Llop asumió que, tras su aprobación, habrá tres códigos penales en vigor: uno, el que rigió hasta el pasado 6 de octubre; otro, el que entró en vigor cuando el 7 de octubre entró en vigor la ley del 'solo sí es sí'; y el tercero, el que será publicado en el BOE una vez que las Cortes aprueben la proposición de ley de los socialistas.

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