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Irene Montero escucha una intervención de Pedro Sánchez, el 2 de noviembre en el CongresoGTRES

Vox reprocha al Gobierno que le diga en respuesta parlamentaria que confía en la «eficacia» de sus ministros

El partido de Abascal afea al Ejecutivo de Pedro Sánchez que «saque pecho» de los miembros de su Gabinete pese a tener «un Gobierno fracturado» y varias polémicas cercando a la coalición

El Congreso volvió a ser el pasado jueves el escenario en el que se materializó la ruptura de la coalición de Gobierno que preside Pedro Sánchez. La votación de la reforma del PSOE y del PP de la ley el 'solo sí es sí' –de la que se ausentó el jefe del Ejecutivo– evidenció, de nuevo, la crisis entre los socialistas y Podemos.

En una bancada, las ministras, Pilar Llop y María Jesús Montero, enfrente, Ione Belarra e Irene Montero, que lanzó una mirada de indignación a sus socios de Gobierno tras aprobarse el texto. Aunque disgustada, salía indemne, sin ser cesada ni dimitir pese a los efectos negativos que ha traído, durante más de cinco meses, la norma impulsada por su ministerio.

Este solo fue un capítulo más del enfrentamiento que se viene produciendo entre ambos partidos desde hace meses. A cuenta de este tema, pero también de otros muchos, y cada vez con más intensidad al estar inmersos en plena precampaña electoral. Pero, además de esta división, han sido varias las polémicas que, si bien no han dejado hasta la fecha ninguna dimisión, han cercado y cercan a no pocos ministerios, desde el de Igualdad hasta el de Interior.

Es por eso por lo que desde Vox trasladan su sorpresa al ver que, en respuesta parlamentaria, el Ejecutivo «saca pecho» de la «eficacia» de sus ministros, pese a tener varios frentes abiertos y un «Gobierno fracturado». Concretamente, su grupo en el Senado había registrado una pregunta relacionada con un problema de aguas residuales en Cantabria, un asunto que el pasado año terminó en los tribunales europeos.

El Gobierno, con fecha del 29 de marzo, se limitó en su respuesta a remitirse a una intervención de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y a afirmar: «El presidente del Gobierno mantiene la confianza en la diligencia y eficacia de todos y cada uno de los miembros de su Gabinete».

Fuentes de la formación de Abascal reprochan, en conversación con este periódico, que el Ejecutivo se muestre orgulloso de todos sus ministros en plena crisis, «con todo lo que estaba pasando» y con varios de ellos en el punto de mira, además del hecho de que, según consideran, no se está llevando bien ningún ministerio.

Solo un día antes de su respuesta, llegaba un varapalo para el ministro Marlaska por parte del Tribunal Supremo, que anulaba la destitución del coronel Diego Pérez de los Cobos como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Madrid, ordenada por el titular de Interior después de que en 2020 se negara a informar a sus superiores sobre la investigación que se había abierto en torno a la manifestación del 8-M como posible foco de propagación de la pandemia de coronavirus. Una polémica más que se sumaba, entre otras cosas, a la controvertida dimisión de la directora de la Benemérita, María Gámez, apenas unos días antes.

Pese a todo lo anterior, tanto Montero como Marlaska salieron intactos de la reciente remodelación acometida por el presidente del Gobierno el pasado marzo, que se limitó únicamente a la hasta entonces ministra de Sanidad, Carolina Darias, y a la titular de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto, ambas candidatas del PSOE a la Alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria y Madrid, respectivamente, el 28-M.

Pero, además, se da la circunstancia de que, también desde hace meses, la división de la que adolece el Ejecutivo se ha acrecentado con la intención de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de presentarse a las elecciones generales –no a las autonómicas ni municipales– con su proyecto Sumar. Un proyecto al que parece querer dar alas el propio Sánchez y el PSOE, y al que parecen temer los morados. Aquella calurosa tarde de julio ningún dirigente de Podemos acudió a su presentación. Como tampoco lo hicieron en el lanzamiento de su candidatura el pasado 2 de abril, tras un mes de marzo lleno de críticas cruzadas y tensiones que se antojan imposibles de resolver, al menos no antes de los comicios de mayo.