Revilla, cada vez más solo: avalancha de dimisiones y fugas en el PRC a las puertas del 28-M

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, presumía este miércoles durante un acto en el que presentaba a los candidatos a las alcaldías de la comarca de Trasmiera de la «fortaleza» del Partido Regionalista de Cantabria (PRC), pero la realidad es que en los últimos tiempos varios de sus cargos han abandonado al televisivo dirigente y han pasado a engrosar las filas del PP y del PSOE de cara a las elecciones municipales del próximo 28 de mayo.

En los tres últimos meses han abandonado el partido al menos cinco cargos electos del partido fundado por Revilla entre acusaciones de «transfuguismo». La mayoría de ellos lo ha hecho después de que le estallase al líder regional el conocido como caso Carreteras, una millonaria trama corrupta que adjudicaba contratos de obra pública de manera irregular desde el corazón de la Consejería de Obras Públicas del Gobierno cántabro.

El primero en cambiar de partido fue el alcalde de Ruente, Jaime Díaz Villegas, quien cambió el verde regionalista por el azul del PP el pasado 10 de febrero. El regidor, que se había dado de baja del partido el pasado junio, alegó que sentía que no se estaban atendiendo las necesidades de su municipio. El PRC salió al paso asegurando que «ha incurrido en transfuguismo y pasa a ser considerado edil tránsfuga».

De hecho, tras la marcha de Díaz Villegas, el PRC aprobó en el Parlamento regional dos iniciativas para rechazar el transfuguismo, con el apoyo de PSOE y Cs y la abstención o voto negativo –dependiendo del caso– de PP y Vox.

El siguiente en marcharse sería otro alcalde, el de Hazas de Cesto, Alejandro Llano, quien en este caso mudó del verde al rojo del PSOE para presentarse como número dos en las listas de ese Consistorio el 28-M. Casi en paralelo, hicieron lo propio los concejales de Piélagos Antonio Gómez y Beatriz Cavada, quienes también se embarcaron en las naves socialistas.

«Tránsfugas»

En estos últimos tres casos, desde el partido liderado por Revilla se evitó la autocrítica y se apuntó a esa condición de «tránsfugas» para justificar las salidas. A los tres les pidió, además, que entregasen sus actas de concejales y a renunciar al bastón de mando, en el caso del primero de ellos.

La última en cursar baja de la formación liderada por Revilla ha sido la concejal de Educación y Cultura de Laredo, Izaskun Sarabia. Esta salida ha sido la que más ha escocido en el seno del partido cántabro, ya que la edil, que abandonaba también el cargo, dejaba el partido, según defendió, por «motivos éticos», sin dar, de momento, más explicaciones, pero dejando entrever que algo no funciona a su gusto en el partido.

Meses convulsos en el Gobierno regional

Un partido que, desde su acción de gobierno a nivel autonómico, ha vivido unos meses en los que se han sucedido los escándalos. Si a finales de febrero salía a la luz el citado caso Carreteras, que le costó el puesto al, en sus palabras, «mejor hombre» del Gobierno de Revilla, José Luis Gochicoa, consejero de Obras, pronto saltaría la polémica por un presunto chivatazo desde la Delegación del Gobierno en Cantabria al líder regional sobre el registro en esa consejería, del que la Fiscalía no halló indicios.

Poco después el subdirector general de Carreteras fue cesado al aparecer en el sumario de esa trama y unos días después se descubría un caso de presunto nepotismo en la Consejería de Presidencia.

Más tarde, a mediados de marzo, Vox denunciaba ante la UE el supuesto uso fraudulento de decenas de millones de euros de fondos europeos por parte del Gobierno de Revilla y en las últimas semanas el presidente cántabro se llevaba dos rapapolvos de la Junta Electoral por valerse de las instituciones para promocionar su candidatura del 28-M.